En la última Aparición de nuestra Señora en Fátima, Dios Padre también me envío a Mí para que los tres pastorcitos me vieran, junto al Niño Jesús, bendiciendo al mundo.
Así prefiguramos la devoción más deseada por el Cielo; la devoción a los Tres Corazones de la Sagrada Familia: el Corazón del Redentor, el Corazón de la Madre de Dios y el Corazón del Primer Apóstol de Jesús y de María, mi Casto y Amante Corazón. Los Tres Corazones.
No se limita sólo al miembro físico, sino que ser apóstoles devotos de nuestros Sagrados Corazones, también son apóstoles de nuestro Querer, de nuestras Intenciones, de nuestros Deseos.
En el Corazón se centra toda la Persona. Cuando adoran el Corazón de Jesús, adoran su Humanidad y su Divinidad, todo su Ser. Es por eso mismo que, ser apóstoles de los Sagrados Corazones, es ser reflejos de Ellos en el mundo; sus corazones deben ser copias vivientes de los Sagrados Corazones.
Así, con esta Aparición de los Tres Corazones en Fátima, se anunció la llegada de esta Obra de los Últimos Tiempos. Y ahora, desde estos Últimos Llamados de Amor y de Conversión, anunciamos por última vez, lo que se anunció en Fátima.
¡Estén atentos! todos los amantes de Jesús y de María deben unirse a ésta Obra, no hay otra, porque aquí resuenan, una vez más, las autenticas Revelaciones del Cielo que ya ha hecho en tiempos pasados ¡céntrense en esta Obra!
Mi llamado, para todos los apóstoles de los Últimos Tiempos, es que no se dejen quitar la paz por falsas profecías, recuerden que hasta el demonio puede hacer grandes manifestaciones. Dios se manifiesta en lo sencillo, en el silencio, en el orden. Esta Obra es obediente en primer lugar al Cielo, está al servicio de la Iglesia de Cristo, es una Obra para la Gloria de Dios y la salvación de las almas. También es una Obra que ama y ora por el Santo Padre.
Al Cielo le duele mucho cuando se desvían y se dejan confundir por seres vestidos de luz que dividen la Iglesia y al Ejercito Mariano. No se dejen confundir. Y les digo: no busquen más, esta es la Obra de los Últimos Tiempos. Oren y ayunen para que comprendan la importancia de esto.
Los bendigo, así como un 13 de Octubre bendije al mundo; en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Así prefiguramos la devoción más deseada por el Cielo; la devoción a los Tres Corazones de la Sagrada Familia: el Corazón del Redentor, el Corazón de la Madre de Dios y el Corazón del Primer Apóstol de Jesús y de María, mi Casto y Amante Corazón. Los Tres Corazones.
No se limita sólo al miembro físico, sino que ser apóstoles devotos de nuestros Sagrados Corazones, también son apóstoles de nuestro Querer, de nuestras Intenciones, de nuestros Deseos.
En el Corazón se centra toda la Persona. Cuando adoran el Corazón de Jesús, adoran su Humanidad y su Divinidad, todo su Ser. Es por eso mismo que, ser apóstoles de los Sagrados Corazones, es ser reflejos de Ellos en el mundo; sus corazones deben ser copias vivientes de los Sagrados Corazones.
Así, con esta Aparición de los Tres Corazones en Fátima, se anunció la llegada de esta Obra de los Últimos Tiempos. Y ahora, desde estos Últimos Llamados de Amor y de Conversión, anunciamos por última vez, lo que se anunció en Fátima.
¡Estén atentos! todos los amantes de Jesús y de María deben unirse a ésta Obra, no hay otra, porque aquí resuenan, una vez más, las autenticas Revelaciones del Cielo que ya ha hecho en tiempos pasados ¡céntrense en esta Obra!
Mi llamado, para todos los apóstoles de los Últimos Tiempos, es que no se dejen quitar la paz por falsas profecías, recuerden que hasta el demonio puede hacer grandes manifestaciones. Dios se manifiesta en lo sencillo, en el silencio, en el orden. Esta Obra es obediente en primer lugar al Cielo, está al servicio de la Iglesia de Cristo, es una Obra para la Gloria de Dios y la salvación de las almas. También es una Obra que ama y ora por el Santo Padre.
Al Cielo le duele mucho cuando se desvían y se dejan confundir por seres vestidos de luz que dividen la Iglesia y al Ejercito Mariano. No se dejen confundir. Y les digo: no busquen más, esta es la Obra de los Últimos Tiempos. Oren y ayunen para que comprendan la importancia de esto.
Los bendigo, así como un 13 de Octubre bendije al mundo; en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.