Hijitos de Mi Corazón Inmaculado, deseo que abran, de verdad, sus corazones, porque, como Madre, insisto para que todos Mis hijos vivan en santidad, en amor, en paz.
Mis pequeños, quisiera recordar Mi Mensaje de Fátima: ofrezcan sacrificios, y sus sufrimientos, a Jesús, para la purificación de sus corazones y del mundo entero; recen diariamente el Santo Rosario, consagrándose a Nuestros Sagrados Corazones, el de Mi Hijo y el Mío, para que alcancen, para ustedes, la Paz que viene de Dios, y sus familias tengan paz, y ustedes practiquen la paz.
Que ya no se ofenda más a Jesús, porque mucho se le ha ofendido. En este tiempo, Jesús sufre mucho por vuestros pecados; la falta de amor y de paz, y por los pecados de todo el mundo. Oren con el corazón.
Mi Mensaje de Fátima, no ha sido atendido, ni obedecido, como el Cielo lo desea. Reparen, hijos Míos, obedeciéndome de verdad. Por la desobediencia que los hombres han tenido a Mi Mensaje, quiero, hijos, que reparen a Mi Corazón Inmaculado; que los sacerdotes consagrados a Nuestros Dos Corazones, ofrezcan Santas Misas de Reparación, y que todos Mis hijos se unan también para reparar Nuestros Dos Corazones. No olviden Mis Mensajes, ¡vívanlos!, que son para vuestro bien.
Con Amor de Madre les bendigo, en este tiempo tan especial. Mi Corazón Inmaculado triunfará si cooperan con Mi Obra. Tengan paz, vivan en paz. En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.