14 febrero 2018 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CASTO Y AMANTE CORAZÓN DE SAN JOSÉ

14 febrero 2018 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CASTO Y AMANTE CORAZÓN DE SAN JOSÉ

Queridos hijos de mi Corazón Paternal, están viviendo un tiempo de gracia, donde se les otorga la oportunidad del arrepentimiento, del cambio de vida, de la humillación.

Queridos hijos, los hombres están tan impregnados del orgullo, de la autosuficiencia, de la egolatría, que tienen miedo a la humillación y quien no se humilla no será enaltecido nunca, porque sólo el que es capaz de vencer su voluntad humana y se humilla, puede ser exaltado junto al Señor.

Esta generación tiene miedo a la humillación ¡En eso se parece a Satanás! Satanás teme ser humillado. Satanás huye de la humildad. Hijos, abran sus corazones a la humildad, Satanás es el primer soberbio y orgulloso, no sean hijos de la soberbia ni del orgullo, porque sino Satanás es su padre.

Mientras el que ama la humildad, el que se vence a sí mismo, el que sabe perdonar y pedir perdón, el que sabe cubrir su cabeza con ceniza y humillarse ante el Padre y ante sus hermanos, por haber pecado, ése es hijo de la Misericordia, es hijo del Dios del Amor.

Abran sus corazones, para que puedan tener el Don de la Humildad, para que escuchen con humildad, para que aprendan con humildad, para que observen sin alterar la Verdad en sus pensamientos, para que sus palabras no estén movidas por el orgullo y el enojo, sino que de sus labios brote la humildad.

¡Hablen con humildad! ¡Aprendan a expresarse con humildad! María es la primera humilde, pues sabe en su humildad glorificarse en Dios, y no buscar nada para Ella misma, sino que todo lo retribuye al Señor. El humilde todo lo devuelve al Señor. El humilde cuando ora se llena de recogimiento interior, se encierra en el cuarto de su corazón y ora en lo secreto a su Padre. El humilde sirve con sencillez a sus hermanos.

Aquel que es capaz de obedecer a nuestros Sagrados Corazones es capaz de ser humilde, porque, en Nazaret, María, Jesús y Yo, José, practicamos la humildad, la vida sencilla y la pobreza de espíritu, que consiste en abandonarse en Dios, a su Misericordia y a su Providencia.

Mi Corazón Castísimo, padre de la humildad y de la vida sencilla, les da la Bendición.

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.