Jesús:
Querido hijo, déjame caminar en el prado de tu alma. Deja que guíe mi rebaño a la Fuente de Aguas tranquilas. Cuánto necesito ovejas que me sigan. Las cosas del Espíritu son infinitas como Yo Soy infinito. Ámame y confía en mi Amor por ti, juntos venceremos.
Yo prometo que uniré a mi rebaño bajo el redil de Pedro. Pedro, de Mí, amadísimo. Sufre por él, hijo mío, que tu vida mística conforta a mi Pedro, a mi Iglesia. ¿Tú y yo?
El instrumento: Tu y yo, por siempre Jesús. Amén.
Jesús: Sígueme en Paz, ovejita de mi Sagrado Corazón de Buen Pastor.