Amados hijos de Mi Corazón, he venido para enseñarles el Amor de Dios.
Queridos hijos, sus corazones se alejan continuamente de Mi Hijo Jesús, he venido para acercarlos al Señor.
Querido hijos Míos, el mundo cada vez se destruye más porque no hay amor, porque no hay paz, porque no hay reconciliación.
Con Amor de Madre les suplico ¡regresen a Dios! vean en Mi Hijo Crucificado el Amor Eterno que Él tiene por cada uno de ustedes.
Él dio la Vida en la Cruz y también la da ahora en el Santo Sacrificio de la Misa, por cada uno de ustedes.
Queridos hijos, en cada Cenáculo de Oración Yo reúno a todas las almas en Mi Corazón y cada una de sus necesidades Yo se las presento a Mi Hijo Jesús. Confíen en Dios. Como Madre les vengo a pedir: “abran sus corazones al Amor de Dios”.
Queridos hijos, en estos Mis Llamados de Amor y de Conversión, vuestra Madre Celestial los exhorta a que cambien de vida, a que regresen a la oración, al ayuno, a la lectura diaria de la Palabra de Mi Hijo. Vuelvan a la práctica de los Sacramentos. No se alejen de Dios, quien se aleja de Nuestros Sagrados Corazones vive en la oscuridad, vive en el odio, vive en la inseguridad. Pero quien escucha a la Madre y regresa a Jesús, todo sanará, todo cambiará y la Fe les dará la confianza y la fortaleza que necesitan para perseverar.
Con Amor Maternal bendigo todos los objetos piadosos, beso las frentes de cada uno de ustedes y les invito nuevamente: «Vuelvan a mirar al Crucificado y contemplen el Amor Inmenso que Dios les tiene”. Reciban Mi Amorosa Bendición, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.