Traigo conmigo un camino de paz.
Mis pequeños hijos, hoy traigo un Camino de Paz, y un encuentro de amor y unidad se moldea en Nuestros Corazones Unidos.
Hijos de mi Doloroso e Inmaculado Corazón, la paz, la alegría es centro de la esperanza.
Es Uno, es Eterno ¡Ven Señor Jesús! Mi Hijo viene pronto. No se asusten, si no que mi Hijo se encontrará con su Rebaño.
Oren y canten. Cantar es alabar, orar, no sólo con el interior ni la voz, sino con la animación espiritual donde elevan el espíritu de la presencia de mi Padre. Cuando cantan se abre, en mis hijos, un santuario de amor, porque el canto prepara la adoración, la entrega, el amor. Cada canto, cada himno ofrecerlo, no para alargar el tiempo, sino para adorar a mi Padre. A través de la alegría del canto, mi Hijo derrama gracias. Un canto es una petición, una oración hecha himno.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María purísima, sin pecado concebida.