Veo con mi alma a Jesús Agonizante y Crucificado (traía expuesto su Sagrado Corazón).
Querido hijo, mi amada Sangre se derrama sobre el mundo como un manantial que calma toda sed, alivia todo mal y lava todo pecado. Hoy mi Sangre Sacrosanta la ves brotando de mis poderosas heridas. Cada herida, cada llaga es una Fuente de Luz clarísima para mis elegidos y siervos perpetuos de mi redención.
Quiero unirlos a Mí, sumergirlos en mi Preciosa Sangre y serán lavadas sus culpas. Cada Gota de mi Sangre bañará al mundo.
Oren, oren, oren. Mi Preciosa Sangre les dará mi Paz, una conversión radical y profunda en sus vidas.
Son promesas de vida, mi pequeño siervo, para todas las almas. Hoy mis gracias serán derramadas por todas aquellas almas que necesitan conversión. Quiero decirles a todos que les amo. Mi promesa la he cumplido ¿verdad, almas mías, que desde que conocieron mi Amor y Acción Redentora en mi Sacrosantas y Preciosas Llagas, sus vidas han cambiado? No desconfíen y sean como la cierva del monte que busca aguas vivas para su sed. Vean como les amo en ustedes, mis hijos.
En el poder de mi Preciosísima Sangre sean benditos y consagrados.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.