Amado hijito y el más pequeño de todos, deseo vivamente expresarte Mi gran Amor.
Bendigo a todos los apóstoles de Nuestros Sagrados Corazones Unidos de estos últimos tiempos. Bendigo cada alma que ha escuchado Nuestros Llamados de Amor y Conversión. Bendigo el esfuerzo, y les pido y exijo desde el Amor Santo, den más.
Hijitos, ayúdennos a salvar almas, ayuden a Mi Mamá a llegar a todos los corazones orando para que se multipliquen por doquier los cenáculos de oración, arcas de salvación.
Tu pequeño, has sido preparado. Ahora, hijo, junto a tus guías espirituales y unido a ellos, debes evangelizar al Residuo Santo. Hijo, ahora hay que guiar a los que me obedecen, hacia Nuestro Reinado Eucarístico y el Triunfo Final de la Mujer vestida del Sol.
Hijo, guía y predica al Resto Fiel para que siendo fieles a Pedro, a la Santa Eucaristía y a Mi Mamá Celestial, rescaten muchas almas del gran engaño de Satanás.
Amado Pueblo Mío, agradece las tantas manifestaciones del Cielo a lo largo del peregrinar de Mi Iglesia. Agradece, cada manifestación Celestial como un Llamado amoroso a la conversión. Mi Pueblo, no sean como los leprosos; nueve eran de Mi Pueblo, uno extranjero. El único que recibió con amor, aceptó con fe y dijo el Fiat de Mi Mamá del Cielo, fue el leproso extranjero que ya sano se me acercó y agradeció.
Hijos, muchas gracias han sido dadas para Mi Iglesia. Muchos míos las han ignorado y desperdiciado mientras que almas pequeñas y sencillas, insignificantes y ocultas, han acogido las gracias del Amor Trinitario con fe. Pueblo Mío, agradece, se un rebaño agradecido con su Buen Pastor.
Te amo y te bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.