APOSTOLADO DE LOS SAGRADOS CORAZONES UNIDOS DE JESÚS Y DE MARÍA

DÍA 2:

Cuando se hace justicia...

Lecturas

Pr 21,13-15 Cuando se cumple el derecho, el justo se alegra y los malhechores se echan a temblar.

Mt 23,23-25 No se preocupan de lo más importante de la ley, que es la justicia, la misericordia y la fe

Reflexión

Desde el principio, el Libro de Proverbios se propone dar a conocer la sabiduría y la educación en “justicia, derecho y honradez” (1,3). A través de sus oráculos de sabiduría, la llamada a actuar con justicia y a buscar la justicia es un estribillo constante que todos comparten y afirman rigurosamente, siendo más agradable a Dios que cualquier sacrificio. En una sola frase, que es una perla de sabiduría, el orador testifica que los justos se regocijan cuando se hace justicia. Pero la justicia molesta a quienes practican la iniquidad. Los cristianos, allende sus separaciones, deben estar unidos en alegría cuando se hace justicia, y han de estar preparados cuando la práctica de la justicia conlleve la oposición de los demás. Cuando hacemos lo que el Señor nos pide y nos atrevemos a buscar la justicia, podemos encontrarnos insertos en un torbellino de resistencia y oposición a cualquier intento de hacer las cosas bien en favor de los más vulnerables que se encuentran entre nosotros. 

Aquellos que se benefician de los sistemas y estructuras respaldadas por ideologías contrarias a las que Jesucristo nos dejó citadas en su Evangelio pondrán impedimentos a la justicia. Pero buscar la justicia es golpearles el corazón con la Palabra y el Amor, siendo verdaderos apóstoles y discípulos del Maestro, abriendo espacio para la recta y estable sabiduría de Dios en un mundo que se muestra con frecuencia impasible ante el sufrimiento. Hay alegría cuando se actúa con justicia. Hay gozo cuando se busca la justicia para aquellos que están oprimidos, sometidos y explotados, que son los preferidos de Dios. Sólo habrá justicia si hay paz y la paz la trae Jesucristo, trabajemos con ahínco orando, reparando y sirviendo para hacer realidad ese Reino de Paz que Dios Espíritu Santo prepara en nuestros corazones. 

Hay alegría en la búsqueda de la reconciliación con otros cristianos, pues de esa manera podemos servir mejor a la proclamación del reino. Dejemos que esa alegría se manifieste a través de nuestras experiencias compartidas de la presencia de Dios en comunión, en aquellos espacios conocidos y desconocidos donde descubrimos a Dios caminando con nosotros hacia la salvación, la reconciliación y la unidad en Cristo. 

Unidad de los cristianos 

Los líderes religiosos a los que Jesús se dirige en el pasaje del Evangelio se han acostumbrado y se han acomodado a las injusticias del mundo. Se sienten a gusto cumpliendo los preceptos religiosos del diezmo de la menta, el eneldo y el comino, pero descuidan las exigencias más importantes y más desestabilizadoras de la justicia, la misericordia y la fidelidad. Del mismo modo, los cristianos nos hemos acostumbrado y acomodado a las divisiones que se dan entre nosotros. Somos fieles, en gran parte, a la observancia de los preceptos religiosos, pero descuidamos el desafiante deseo del Señor de que todos sus discípulos sean uno. 

Desafío

¿Cómo pueden las congregaciones locales apoyarse mutuamente para resistir la oposición que puede derivarse de obrar con justicia? 

Oración

Dios, tú eres la fuente de nuestra sabiduría. Te pedimos sabiduría y coraje para obrar con justicia y para enderezar aquello que está errado en nuestro mundo; te pedimos sabiduría y coraje para crecer en la unidad de tu Hijo, Jesucristo, que contigo y el Espíritu Santo, reina por los siglos de los siglos. Amén.

TEXTO BÍBLICO PARA LAS REFLEXIONES DIARIAS DURANTE LA SEMANA DE ORACIÓN PARA LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS Y PARA LA REPARACIÓN POR LA DIVISIÓN

AÑO 2023

Isaías 1,12-18

Cuando entráis en mi presencia y penetráis por mis atrios, ¿quién os exige esas cosas? No traigáis más ofrendas injustas, el humo de su cremación me resulta insoportable. Novilunio, sábado, asamblea… no soporto reuniones de malvados. Odio novilunios y fiestas, me resultan ya insoportables, intento en vano aguantarlos. Cuando tendéis las manos suplicantes, aparto mi vista de vosotros; por más que aumentéis las oraciones, no pienso darles oído; vuestras manos están llenas de sangre. Lavaos, purificaos; apartad de mi vista todas vuestras fechorías; dejad ya de hacer el mal. Aprended a hacer el bien, tomad decisiones justas, restableced al oprimido, haced justicia al huérfano, defended la causa de la viuda.
Venid y discutamos esto, dice el Señor. Aunque sean vuestros pecados tan rojos como la grana, blanquearán como la nieve; aunque sean como la púrpura, como lana quedarán.