CENÁCULO DE CONSAGRACIÓN AL PURÍSIMO E INMACULADO VIENTRE DE MARÍA – DÍA 12

CENÁCULO DE CONSAGRACIÓN AL PURÍSIMO E INMACULADO VIENTRE DE MARÍA

Día 12

Día 12

3 de mayo del 2014

Mis hijos formados en mi Santísimo Vientre cumplen la Divina Voluntad de la Santísima Trinidad.

La Santa Madre:

Hijitos, mis hijos cumplen con la santísima Voluntad del Divino Querer, es por eso que el Padre se complace en ellos.

Miren, hijos míos, cuando un alma cumple la santísima Voluntad, se llena de luz, que significa la presencia de la Santísima Trinidad en esa alma, y la llena de amor. Amor porque esa es su esencia, solo con amor a la Santísima Trinidad, se cumple, hijos míos, el amor a la Santa Voluntad.

Muchos de mis hijos preguntan ¿cuál es la Voluntad de Dios para mí? Yo les contesto mis niños: Amar a Dios sobre todo y todos, y amor a tus hermanos como a ti mismo, en esto radica la base, la roca, el baluarte, el pendón de la Santísima Voluntad.

La voluntad del Padre sobre sus hijos es el amor. Amor sacrificado, amor entregado, amor anonadado, amor en oblación.

Mis hijos, mis verdaderos hijos, los que realmente nacen del Santísimo Vientre, son aquellos que se complacen en cumplir la Voluntad del Padre, aquellos que sin entender se sumergen en su misericordia.

Yo, vuestra santa Mamá, mis niños, no comprendí bien el anuncio del Ángel (Lucas 1, 26-38) pero me anonadé en la Santísima Trinidad, en su Divino Querer y eso fue mi alimento y sostén, cumplir la Divina Voluntad del Padre en el Fiat. Así que mis niños verdaderamente míos, dicen el Fiat a la Voluntad del Padre no importa lo que ello implique: renuncias, sufrimiento, dolor.

La Voluntad de la Santísima Trinidad está viva y presente en la Sagrada Escritura, en la Santa Doctrina y en la enseñanza de los apóstoles de la Iglesia de mi Hijo, de mi grey.

Yo, Madre de la Divina Voluntad, les enseñaré a cumplir con amor, negación, oración. Les pido, mis niños, que crezcáis en amor y obediencia a la Santísima Voluntad de la Santísima Trinidad, crezcan sumergidos en mi Amor. Amén.