¿Quiénes somos?
El Apostolado de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María es una organización Cristiana dirigida a servir y evangelizar el mundo, ceñido a los estatutos de la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana.
El Apostolado es un instrumento que los Sagrados Corazones Unidos y el Espíritu Santo están utilizando para reunir al ejercito Eucarístico y Mariano, que es el resto fiel; ejército que con la oración, la penitencia, la reparación y la obediencia también defenderán la Iglesia de Jesucristo.
La Misión
Este Apostolado llama a laicos y clérigos a unirnos, examinando nuestras conciencias a la luz del Evangelio, aceptando la cruz y la prueba con la que Jesús deberá purificar nuestras vidas, con el crucifijo en una mano y el Rosario en la otra.
La actividad apostólica principal del Apostolado es reunirse en Cenáculos de oración y Adoración Eucarística, promoviendo la Devoción y Consagración del mundo entero a los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María.
Los Cenáculos de Oración, impulsarán la proclamación del Quinto Dogma (María Corredentora, Medianera y Abogada) y darán lugar al Triunfo del Corazón Inmaculado de María profetizado en Fátima.
La actividad apostólica principal del Apostolado es reunirse en Cenáculos de oración y Adoración Eucarística, promoviendo la Devoción y Consagración del mundo entero a los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María.
Los Cenáculos de Oración, impulsarán la proclamación del Quinto Dogma (María Corredentora, Medianera y Abogada) y darán lugar al Triunfo del Corazón Inmaculado de María profetizado en Fátima.
Los Llamados de Amor y de Conversión
Los mensajes, conocidos como “Últimos Llamados de Amor y Conversión a la humanidad”, son una recapitulación de todas las Manifestaciones que están en fidelidad al Magisterio de la Iglesia y sometidos a su juicio definitivo.
El instrumento que Dios eligió para ésta misión se llama Manuel de Jesús, quien desde niño, ha sido favorecido de gracias místicas. Hasta hace poco tiempo, estuvo en el anonimato.
El instrumento que Dios eligió para ésta misión se llama Manuel de Jesús, quien desde niño, ha sido favorecido de gracias místicas. Hasta hace poco tiempo, estuvo en el anonimato.