CENÁCULO DE CONSAGRACIÓN AL PURÍSIMO E INMACULADO VIENTRE DE MARÍA – DÍA 17

CENÁCULO DE CONSAGRACIÓN AL PURÍSIMO E INMACULADO VIENTRE DE MARÍA

Día 17

Día 17

25 de mayo del 2014

Mis hijos anuncian el glorioso retorno de Nuestro Señor Jesucristo, Nuestro Señor y amor.

La Santa Madre:

Hijos, muy amados de mi Corazón Doloroso e Inmaculado, hoy vengo nuevamente a enseñarles con estos mensajes que brotan de mi Doloroso e Inmaculado Corazón.

Hijos, los que nacen de mi Vientre son como Yo, su Madre, Yo les enseño e instruyo en este caminar con estos llamamientos al amor.

Por eso hoy vengo, como la Madre del segundo retorno de mi Hijo, con poder y gloria (San Marcos 13, 26).

Hijos míos, deben saber y comprender que mis verdaderos hijos claman continuamente ¡Ven, Señor Jesús! este es su grito de lucha, grito de júbilo, grito victorioso. Por eso les pido que anhelen la venida del Señor.

Hemos sido creados para amarle, servirle y adorarle a Él solamente, y cuánto deseo que llegue el momento en que nos reuniremos todos junto a Él. Mi corazón ansia ese momento, por eso vayan, mis pequeños, y anuncien que mi Hijo viene, que mi Hijo está en ustedes, en sus hogares, en sus vidas.

Clamen al Padre:

¡VEN, PADRE ¡Y ENVÍANOS A TU HIJO!
Cristo, hijos míos, traerá la luz, el amor, la misericordia y el perdón, la verdadera paz y una sincera unidad.

Por eso clamen, mis pequeños, clamen. Es necesario que mi Hijo venga, porque Él es Rey y como Él es Rey, entonces, reinará verdaderamente.

Cuando ustedes pequeños claman ¡VEN, SEÑOR JESÚS! no solo claman su venida, también su Reino, su misericordia, su paz, su presencia en cada alma.

Clamen porque este clamor simboliza su pronta llegada y la pronta liberación del mal sobre la tierra.

Clamen, mi niño, ¡VEN, SEÑOR JESÚS!, y Él traerá su triunfo, el Reino del Amor y de la Paz, la Unidad, el verdadero Perdón en cada hijo de mi Inmaculado y Doloroso Corazón.

Cómo se estremece el Corazón de mi Hijo cuando claman ¡VEN, SEÑOR JESUS!

Hijos, Cristo es Rey y Él reina en la vida de cada hijo mío nacido de mi Purísimo Vientre.

¡VEN, SEÑOR JESÚS!
A FORMARME EN EL VIENTRE DE LA SANTÍSIMA MADRE

Esta jaculatoria se las doy, mis niños, desde lo más profundo de mi Corazón Doloroso e Inmaculado, que los ama infinitamente. Amén.