CENÁCULO DE CONSAGRACIÓN AL PURÍSIMO E INMACULADO VIENTRE DE MARÍA
Día 2
Día 2
27 de febrero del 2014
La acción del Espíritu Santo en el primer instante de mi creación.
La acción del Espíritu Santo en el primer instante de mi creación.
La Santísima Madre:
El seno de mi madre Ana al formarme según la carne, fue colmado del Divino Espíritu Santo. Actuó desde que Yo estaba en el Vientre de mi madre Ana y así poder liberarme de la esclavitud del pecado original. Para que mi Alma no fuera manchada y así poder librar al Hijo de Dios de los pecados porque… cómo iba a ser posible que Dios, Nuestro Señor ¿se manchara y contaminara?…
Por eso, Yo fui preservada de toda mancha desde mi primer instante natural, desde mi ser primero, el Espíritu Santo actuó allí para limpiar mis cadenas genéticas y mis líneas ancestrales para que Yo no quedara manchada.
Por eso el Espíritu Santo actuó en el Misterio de mi Concepción, de mi Inmaculada Concepción. El Espíritu Santo me colmó, me llenó, me santificó.
“Ave Llena de Gracia” fue el saludo de la Santísima Trinidad. “Ave Llena de
Gracia”, no por Mí, sino por la misericordia de mi Padre. No por mis méritos, sino por la misericordia de mi Padre. Así que, Yo soy la Llena de Gracia porque me abrí a la acción del Espíritu Santo.
Así también, ustedes, hijos míos, tienen que dejarse formar por Mí. En mi Vientre ingresen en Fe, en mi Corazón, en mis cuidados maternos; que desde la Cruz los llevaré hasta mi Hijo Jesús. Mi Inmaculado Vientre los
espera. Yo los llevaré hasta Jesús, que está en el Calvario hasta la plenitud de los tiempos. A Él, consuelo y adoración por infinitos siglos de los siglos.
Hijo mío, deben comprender y aceptar que su limpieza y purificación debe empezar desde sus ancestros y cadenas genéticas, para ir purificando su vida hasta llegar a su concepción; y, desde allí, pidan entrar a mi Vientre Inmaculado de esta manera:
Por eso, Yo fui preservada de toda mancha desde mi primer instante natural, desde mi ser primero, el Espíritu Santo actuó allí para limpiar mis cadenas genéticas y mis líneas ancestrales para que Yo no quedara manchada.
Por eso el Espíritu Santo actuó en el Misterio de mi Concepción, de mi Inmaculada Concepción. El Espíritu Santo me colmó, me llenó, me santificó.
“Ave Llena de Gracia” fue el saludo de la Santísima Trinidad. “Ave Llena de
Gracia”, no por Mí, sino por la misericordia de mi Padre. No por mis méritos, sino por la misericordia de mi Padre. Así que, Yo soy la Llena de Gracia porque me abrí a la acción del Espíritu Santo.
Así también, ustedes, hijos míos, tienen que dejarse formar por Mí. En mi Vientre ingresen en Fe, en mi Corazón, en mis cuidados maternos; que desde la Cruz los llevaré hasta mi Hijo Jesús. Mi Inmaculado Vientre los
espera. Yo los llevaré hasta Jesús, que está en el Calvario hasta la plenitud de los tiempos. A Él, consuelo y adoración por infinitos siglos de los siglos.
Hijo mío, deben comprender y aceptar que su limpieza y purificación debe empezar desde sus ancestros y cadenas genéticas, para ir purificando su vida hasta llegar a su concepción; y, desde allí, pidan entrar a mi Vientre Inmaculado de esta manera:
Querida Madre, déjame entrar en tu purísimo y materno Vientre, concédeme ser formado por el Divino Espíritu Santo, para ser otro Cristo y asemejarme más a Él.
Divino Purísimo Vientre de la Virgen María: guárdame. Divino Purísimo Vientre de la Virgen María: fórmame.
Amén
Oren así, queridos hijos, porque ya estando espiritualmente en mi santo Vientre serán formados y sus heridas serán sanadas, serán desatadas, serán transformados y liberados por la Misericordia del Padre. Amén.