Santísima Trinidad

DOMINGO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

“Los tres en una perfecta comunión”

La doctrina de la Santísima Trinidad, como misterio lleno de significado, es un alimento para quienes se preocupan por vivir la vida de la Santísima Trinidad. Pero también es una fuente de confusión y pérdida para quienes desean tener una conclusión lógica de que 1 + 1 + 1 = 1.

Dios no se revela a sus creaturas solamente con ciencia matemática, dentro del margen del entendimiento que Él le ha permitido a la creatura, hasta ahora, no basta esa comprensión para poder ver, vivir y conocer a nuestro Dios. La revelación de Dios es su auto comunicación a sus criaturas: la comunicación de su amor. Esta revelación se manifiesta en tres momentos idénticos: la creación, la redención y la santificación de la creación. Momentos que revelan a la perfección la expresión concreta del Dios Trino. Pero la identidad de este Dios no pretende ser un acertijo matemático, ni un análisis filosófico deductivo e inductivo. Es un misterio de un Dios perfecto, una unidad perfecta, un amor y una comunión perfectos de tres Personas indivisas en un Dios.

Un solo Dios en tres Personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

La Iglesia dedica el siguiente domingo después de Pentecostés a la celebración del día de la Santísima Trinidad.

Un misterio es todo aquello que no podemos entender con la razón. Es algo que sólo podemos comprender cuando Dios nos lo revela.

El misterio de la Santísima Trinidad

Un sólo Dios en tres Personas distintas, es el misterio central de la fe y de la vida cristiana, pues es el misterio de Dios en Sí mismo.

Aunque es un dogma difícil de entender, fue el primero que entendieron los Apóstoles. Después de la Resurrección, comprendieron que Jesús era el Salvador enviado por el Padre. Y, cuando experimentaron la acción del Espíritu Santo dentro de sus corazones en Pentecostés, comprendieron que el único Dios era Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Los católicos creemos que la Trinidad es Una. No creemos en tres dioses, sino en un sólo Dios en tres Personas distintas. No es que Dios esté dividido en tres, pues cada una de las tres Personas es enteramente Dios.

Naturaleza

Padre, Hijo y Espíritu Santo tienen la misma naturaleza, la misma divinidad, la misma eternidad, el mismo poder, la misma perfección; son un sólo Dios. Además, sabemos que cada una de las Personas de la Santísima Trinidad está totalmente contenida en las otras dos, pues hay una comunión perfecta entre ellas.

Con todo, las personas de la Santísima Trinidad son distintas entre sí, dada la diversidad de su misión:

1. Dios Hijo -por quien son todas las cosas- es enviado por Dios Padre, es nuestro Salvador.

2. Dios Espíritu Santo -en quien son todas las cosas- es el enviado por el Padre y por el Hijo, es nuestro Santificador.

3. Dios Padre -lo vemos claramente en la Creación, en la Encarnación y en Pentecostés.

En la Creación, Dios Padre -está como principio de todo lo que existe-.

En la Encarnación, Dios se encarna, por amor a nosotros, en Jesús, para liberarnos del pecado y llevarnos a la vida eterna.

En Pentecostés, el Padre y el Hijo se hacen presentes en la vida del hombre en la Persona del Espíritu Santo, cuya misión es santificarnos, iluminándonos y ayudándonos con sus dones a alcanzar la vida eterna.

Símbolos de la Santísima Trinidad

Para explicar este gran misterio, existen ciertos símbolos que son entendibles a nuestra razón: La Santísima Trinidad es simbolizada como un triángulo. Cada uno de los vértices es parte del mismo triángulo y sin embargo cada uno es distinto.

También podemos simbolizar a la Santísima Trinidad como una vela encendida: La vela en sí misma simboliza al Padre, la cera que escurre es el Hijo, que procede del Padre y la llama encendida es el Espíritu Santo. Los tres son “vela”, pero son distintos entre sí.

Hay quienes simbolizan a la Santísima Trinidad en forma de trébol. Cada una de las hojas es “trébol” pero son distintas entre sí.

Existen multiplicidad de simbolismos, en los cuales nuestra Iglesia católica es muy rica.

La Señal de la Cruz

¿Que hacemos al persignarnos? “En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. Es costumbre de los católicos repetir frecuentemente estas palabras, principalmente al principio y al fin de nuestras acciones.

Cada vez que hacemos la Señal de la Cruz sobre nuestro cuerpo, recordamos el misterio de la Santísima Trinidad.

– En el Nombre del Padre: Ponemos la mano sobre la frente, señalando el cerebro que controla todo nuestro cuerpo, recordando en forma simbólica que Dios es la fuente de nuestra vida.

-…y del Hijo: Colocamos la mano en el pecho, donde está el corazón, que simboliza al amor. Recordamos con ello que, por amor a los hombres, Jesucristo se encarnó, murió y resucitó para librarnos del pecado y llevarnos a la vida eterna.

-…Y del Espíritu Santo: Colocamos la mano en el hombro izquierdo y luego en el derecho, recordando que el Espíritu Santo nos ayuda a cargar con el peso de nuestra vida, el que nos ilumina y nos da la gracia para vivir de acuerdo con los mandatos de Jesucristo.

Algunas personas argumentan que no es verdad porque no podemos entender el misterio de la Santísima Trinidad a través de la razón. Esto es cierto, no podemos entenderlo con la sola razón, necesitamos de la fe ya que se trata de un misterio. Es un misterio hermoso en el que Dios nos envía a su Hijo para salvarnos.

LLAMADOS DE AMOR Y CONVERSIÓN Y LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Sin duda la revisión de algunos Llamados de Amor y de Conversión nos ayudarán a entender el amor, la sabiduría, y el modo en que podremos adentrarnos en el conocimiento del Misterio de la Santísima Trinidad y su Divina Voluntad. Solo sometidos

30 de abril de 2014 - LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Soy vuestro Dios Trino y Uno

Amado hijo:

Soy la Santísima Trinidad, Soy vuestro DIOS Trino y Uno.

Para que el Fuego del Amor Divino ingrese en cada alma y puedan entregar sus pecados, deben abrir sus corazones para que entremos y cenemos (Apoc 3, 20) con ustedes, y así purifiquemos vuestras vidas y vuestro interior. 

Ámenme y ámense (1 Pedro 1, 22) con el Fuego del Amor Divino. 

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén 

Comentario de Manuel de Jesús: El Fuego del Amor Divino entonces ahora se convierte en el Fuego de un nuevo Pentecostés. 

3 de mayo de 2014 - LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CORAZÓN DOLOROSO E INMACULADO DE MARÍA

Mis hijos, formados en mi Santísimo Vientre, cumplen la Divina Voluntad de la Santísima Trinidad. 

Hijitos, mis hijos cumplen con la Santísima Voluntad del Divino Querer, es por eso que el Padre se complace en ellos.

Miren, hijos míos, cuando un alma cumple la Santísima Voluntad se llena de luz, que significa la presencia de la Santísima Trinidad en esa alma, y la llena de Amor. Amor porque esa es su esencia. Sólo con amor a la Santísima Trinidad, se cumple hijos míos, el amor a la Santa Voluntad. 

Muchos de mis hijos preguntan ¿cuál es la Voluntad de Dios para mí? Yo les contesto mis niños: amar a Dios sobre todo y todos, y amor a tus hermanos como a ti mismo. En esto radica la base, la roca, el baluarte, el pendón de la Santísima Voluntad. La Voluntad del Padre sobre sus hijos es el amor, amor sacrificado, amor entregado, amor anonadado, amor en oblación. Mis hijos, mis verdaderos hijos, los que realmente nacen del Santísimo Vientre, son aquellos que se complacen en cumplir la Voluntad del Padre, aquellos que sin entender se sumergen en su Misericordia. 

Yo, vuestra Santa Mamá, mis niños, no comprendí bien el anuncio del ángel (cfLc 1, 26-38) pero me anonadé en la Santísima Trinidad, en su Divino Querer, y eso fue mi alimento y sostén: cumplir la Divina Voluntad del Padre en el Fiat.

Así que mis niños, verdaderamente míos, digan el Fiat a la Voluntad del Padre no importa lo que ello implique: renuncias, sufrimiento, dolor… La Voluntad de la Santísima Trinidad está viva y presente en la Sagrada Escritura, en la Santa Doctrina y en la Enseñanza de los Apóstoles de la Iglesia de mi Hijo, de mi Grey.

Yo, Madre de la Divina Voluntad, os enseñaré a cumplir con amor, negación, oración. Les pido, mis niños, que crezcáis en amor y obediencia a la Santísima Voluntad de la Santísima Trinidad, crezcan sumergidos en mi Amor. Amén. 

14 de mayo de 2014 - LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CORAZÓN DOLOROSO E INMACULADO DE MARÍA

La criatura que se deja formar en mi Vientre Purísimo ama y cumple la Santísima Voluntad manifestada en las Sagradas Escrituras y la Enseñanza Apostólica.

 Queridos hijos, Yo, vuestra Madre, os inculco en vuestros seres amor a la obediencia de la Divina Voluntad. Es así, hijos míos, que cada alma se va transformando en una esencia pura y cristalina, pues cumple y ama lo que cumple: la Santísima Voluntad de la Santísima Trinidad. 

La Voluntad del Eterno Padre para todos sus hijos es que sean fieles, fieles en el amor, felices en la comunidad y vida en paz en vuestras conciencias, paz en vuestras acciones, paz para con los hermanos. La paz hijos míos debe reinar en cada corazón y en la conciencia, así mis hijos tendrán paz, pero si cumplen con la Santísima Voluntad. 

La Santísima Voluntad del Padre esta manifestada en las Sagradas Escrituras. Los profetas alzaron su voz en el desierto y Yo hoy alzo mi voz en cada hijo mío: ¡Volved pequeños a la práctica de los Santos Mandamientos, a la práctica de la Santa Doctrina, al amor! ¡Amor que debe unirlos para seguir juntos y alcanzar misericordia para el mundo! 

El alma de cada hijo mío se sumerge en mi vientre cuando se anonada en la buena práctica de la Santísima Voluntad: los diez mandamientos, las bienaventuranzas, el mandamiento mayor (amor a Dios y al prójimo).

Así el alma se va limpiando y sanando, conforme vaya creciendo y profundizando en la experiencia del Amor de Dios, manifestado en mi Hijo Jesús. Mi Vientre os llama a todos a una profunda oración, sincera conversión y llama a las almas a cumplir la Santísima Voluntad manifestada en las Sagradas Escrituras y la Enseñanza Apostólica. 

16 de mayo de 2015 - LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CORAZÓN DOLOROSO E INMACULADO DE MARÍA

La familia es imagen de la Santísima Trinidad

 Mis pequeños hijos, cuiden de sus familias para que la contaminación espiritual que hay en el mundo no ingrese en sus hogares, cuidad, queridos hijos, padres de familia, a vuestros hijos, porque vosotros daréis estrictas cuentas de cómo guiaron a sus hijos.

El hombre del mal pretende destruir las familias ya que cada familia es imagen de la Santísima Trinidad [1]. Queridos hijos custodien y vigilen a sus familias. La abominación ha entrado en muchos hogares que ahora viven acostumbrados al pecado. Conviertan sus familias en cenáculos de oración constantes, ámense, perdónense, sopórtense, ayúdense [2], no le den entrada al padre de la mentira [3] que envía sus agentes espirituales, a perturbar las familias, moral y psicológicamente.

En muchos países se han aceptado las familias del anticristo, las familias no naturales, no designadas por DIOS, en este país se está filtrando esta corriente en silencio, pero rápidamente. Oren, oren, oren, detengamos juntos esta nueva destrucción de las familias.

La familia es hombre y mujer creados en DIOS [4] para continuar su obra procreadora, pero satanás desea implementar todo lo que sea contrario a la enseñanza de la Iglesia de mi Hijo Jesús.

Queridos hijos protejan a vuestras familias, que cada hogar sea un horno de mi Llama de Amor, para que fulminemos a satanás, que cada familia sea un santuario familiar, para que, como Jesús, José y Yo, vuestra Santísima Madre virginal [5], vivan en constante unión en la fe, la caridad y la esperanza en DIOS [6], e implorando y construyendo su reino en la tierra.

Yo te amo y te bendigo.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

23 de junio de 2016 - LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL SAGRADO CORAZÓN EUCARÍSTICO DE JESÚS

El Sacramento del Matrimonio

Jesús: Pequeño, anda escribe.

Dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a la que nuestro Abba le ha dado como esposa (cfr. Gn 2, 24). Pequeño, el Sacramento del Matrimonio es una unión de dos corazones que se unen para amarse y amando, ser colaboradores con la obra creadora de Mi Padre: “Creced y multiplicaos” (Gn 1, 28).

Esta unión es entre el varón y la mujer, la obra perfecta de Mi Padre, ya que el ser humano ha sido la única creatura hecha a imagen y semejanza Nuestra. El hombre es la única creatura que ha sido llamada y escogida por Mi Padre para tener una vocación a la unidad perfecta con Dios, unidad perfecta que se vivía en el Edén antes del pecado. Esta unidad fue rota por la desgracia del pecado y los hombres prefirieron usar la voluntad humana que vivir la Voluntad Divina.

Pero Mi Padre, que es Amor y Misericordia, lento a la Ira y rico en Clemencia (cfr, Nm. 14, 18), quiso que la vida del hombre se dignificara y santificara y que las generaciones fueran Pueblo Santo, Pueblo que ha sido redimido por Mí en la Santa Cruz.

El Sacramento del Matrimonio es un Sacramento de Amor para dignificar la descendencia del hombre, y que la familia sea la imagen (reflejada en el mundo) de la Santísima Trinidad. De las almas unidas en matrimonio se hace almas-sacramento, pues el Sacramento son la pareja, varón y mujer, cuya unión es consagrada al Señor y donde Yo en la persona del sacerdote entrego esa unión como mediador al Eterno Padre, y los hijos de un matrimonio son hijos nacidos en el orden y en la gracia….

18 de julio de 2016 - LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CORAZÓN DOLOROSO E INMACULADO DE MARÍA

Queridos hijos, les exhorto a que vivan en la paz del corazón, a que vivan en la oración confiando en la Divina Voluntad de Mi Hijo; y que vivan del Amor, el Amor que proviene de la Santísima Trinidad, el Amor que se encarna y que redime, el Amor que se entrega y que sirve, el Amor que se dispone a vivir la Divina Palabra de Mi Hijo dado en el Santo Evangelio.

Queridos hijos, es en ese Amor con el que deben amar a Dios con todas vuestras fuerzas, con vuestra mente, y con vuestro corazón; y amando al Señor amaran el Evangelio, amaran los Diez Mandamientos, y rechazaran el pecado; y amando con el Amor de Dios amaran a los hombres y oraran por ellos.

Pequeños, en este tiempo de Gracias, oren, porque el mundo necesita de sus oraciones; oren por la paz; oren para que los corazones de los hombres dejen el pecado y sigan a Mi Hijo.

Oren, hijitos Míos; con vuestras oraciones Yo puedo actuar en sus vidas y en la vida de Mis demás hijos. Pero oren, confíen, y esperen. Mi Hijo Jesús y Yo estamos con ustedes. Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

11 de agosto de 2016 - LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CORAZÓN DOLOROSO E INMACULADO DE MARÍA

Queridos hijos, las Gracias que brotan de Mi Corazón Inmaculado son las Gracias que la Santísima Trinidad me otorga para dispensarlas a Mis hijos; por eso, pequeños hijos, pidan en vuestras oraciones que todas las Gracias, que Mi Hijo Jesús quiere concederles, sean otorgadas por medio de Mi Corazón Inmaculado…