San Juan Evangelista

27 de Diciembre: Memoria Litúrgica de San Juan Evangelista

SANTO PATRÓN DE LOS EDITORES Y DEL APOSTOLADO DE LOS SAGRADOS CORAZONES UNIDOS

San Juan Evangelista es el patrón de editores, autores, mercantes de arte, curtidores y teólogos. Fue conocido como el discípulo amado de Jesús y fue el único de los doce que no abandonó a Jesús en la hora de su Pasión.

San Juan Evangelista tiene muchas historias atribuidas, incluido el salir ileso de una olla de aceite hirviendo, y de las piedras arrojadas por los seguidores de Artemisa, él se dio la vuelta y golpeó a los lanzadores.

También se le atribuye haber escrito el cuarto evangelio. La fiesta de San Juan Evangelista es el 27 de diciembre.

San Juan el Divino, hijo de Zebedeo y su madre era Salomé [Mateo 4:21, 27:56; Marcos 15:40, 16: 1]. Vivía a orillas del mar de Galilea. El hermano de San Juan, probablemente bastante mayor, fue Santiago. La mención de los “jornaleros” [Marcos 1:20], y de la “casa” de San Juan [Juan 19:27], implica que la condición de Salomé y sus hijos no era de gran pobreza.

Juan y Santiago siguieron al Bautista cuando predicó el arrepentimiento en el desierto del Jordán. No cabe duda de que los dos discípulos, a quienes San Juan no nombra (Juan 1:35), que miraron a Jesús “mientras caminaba”, cuando el Bautista exclamó con percepción profética: “¡He aquí el Cordero de Dios!” fueron Andrés y Juan. Lo siguieron y le preguntaron al Señor dónde vivía. Les pidió que vinieran a ver y se quedaron con Él todo el día. Del tema de conversación que tuvo lugar en esta entrevista no nos ha llegado ningún registro, pero probablemente fue el punto de partida de toda la devoción de corazón y alma que duró la vida del Amado Apóstol.

Juan, aparentemente, siguió a su nuevo Maestro a Galilea, y estuvo con Él en la fiesta de las bodas de Caná, viajó con Él a Capernaum, y desde entonces nunca lo abandonó, excepto cuando fue enviado a la expedición misionera con otro, investido con el poder de curar.
Él, Santiago y Pedro entraron en el círculo más íntimo de los amigos de nuestro Señor, y se permitió que estos tres permanecieran con Cristo cuando todos los demás apóstoles se mantuvieron a distancia [Marcos 5:37, Mateo 17: 1, 26: 37].

La madre de Santiago y Juan, conociendo el amor de nuestro Señor por los hermanos, le pidió especialmente que se sentaran uno a su derecha y otro a su izquierda en su reino [Mateo 20:21].

Debe haber habido mucha impetuosidad en el carácter de los hermanos, porque obtuvieron el apodo de Boanerges, Hijos del Trueno [Marcos 3:17, ver también Lucas 9:54].

Pedro, Santiago y Juan estaban con Cristo en el Huerto de Getsemaní.

No es necesario detenerse en la historia familiar de la Última Cena y la Pasión. Nuestro Señor le confió a Juan el más alto de los privilegios, el cuidado de su Madre [Juan 19:27].

Juan [el “discípulo a quien Jesús amaba”] y Pedro fueron los primeros en recibir la noticia de la Magdalena de la Resurrección [Juan 20: 2], y se apresuraron a ir al sepulcro, y allí, cuando Pedro fue reprimido por el temor, Juan impetuosamente “llegó primero al sepulcro”.

En el intervalo entre la Resurrección y la Ascensión, Juan y Pedro estaban juntos en el Mar de Galilea [Juan 21: 1], habiendo regresado a su antigua vocación y a sus viejos lugares familiares. Cuando Cristo apareció en la orilla al amanecer, Juan fue el primero en reconocerlo.

Las últimas palabras del Evangelio revelan el vínculo que existía entre los dos apóstoles. A Peter no le bastaba con conocer su propio destino, debía aprender también algo del futuro que le esperaba a su amigo. Los Hechos nos muestran que todavía estaban unidos, entrando juntos como adoradores en el Templo [Hechos 3: 1] y protestando juntos contra las amenazas del Sanedrín [Hechos 4:13].

Fueron colaboradores, siempre unidos, en el primer paso de la expansión de la Iglesia. El apóstol cuya ira se había encendido por la incredulidad de los samaritanos, fue el primero en recibir a estos samaritanos como hermanos [Lucas 9:54, Hechos 8:14].

Llevó a la Virgen María a Éfeso. Permaneció con Ella hasta la Asunción de la Virgen. Luego se sabe que estuvo en Jerusalén quince años después de la primera visita de San Pablo allí [Hechos. 15: 6]. No hay rastro de su presencia en Jerusalén cuando San Pablo estuvo ahí por última vez. 

San Jerónimo dice que supervisó y gobernó todas las Iglesias de Asia. 

En la persecución de Domiciano fue llevado a Roma y colocado en un caldero de aceite hirviendo, fuera de la puerta Latina, sin que el fluido hirviendo le hiciera daño. [Eusebio no menciona esto. La leyenda del aceite hirviendo lo mencionan Tertuliano y San Jerónimo].

Fue enviado a trabajar en las minas de Patmos. En el reinado de Nerva fue puesto en libertad y regresó a Éfeso, donde se cree que escribió su evangelio. De su celo y amor combinados tenemos ejemplos en Eusebio, quien cuenta, con la autoridad de Ireneo, que una vez San Juan huyó de un baño al enterarse de que Cerinto, el hereje, estaba en el mismo, no fuera que, como él afirmó, el techo se cayera, y aplastara al hereje. Lo cual ocurrió.

Por otro lado, mostró el amor que había en él. Encomió a un obispo a un joven y le pidió que mantuviera bien su fe. Unos años después se enteró de que el joven se había convertido en un ladrón. San Juan, siendo muy viejo, lo persiguió entre las fortalezas de la montaña, y con su ternura lo recuperó.

En su vejez, cuando no pudo hacer más, fue llevado a la asamblea de la Iglesia en Éfeso, y su única exhortación fue: “Hijitos, amaos unos a otros”.

La fecha de su muerte no se puede fijar con precisión, pero es cierto que vivió hasta una edad muy avanzada. Se le representa sosteniendo un cáliz del que sale un dragón, ya que se supone que recibió veneno, que, sin embargo, era inofensivo para él. También su símbolo es un águila.

Tomado de La Vida de los Santos por el Rev. S. Baring-Gould, M.A., publicado en 1914 en Edimburgo

LLAMADOS DE AMOR Y DE CONVERSIÓN QUE NOS ENSEÑAN COMO SAN JUAN 'EL EVANGELISTA' VIVIÓ SU AMOR A CRISTO Y A SU APOSTOLADO:

8 de abril de 2015 - LLAMADO DE AMOR Y DE CONVERSIÓN DEL CORAZÓN DOLOROSO E INMACULADO DE MARÍA.

Hijo de mi materna Fe

Mi querido, hijo de mi materna Fe, pequeño especial de Fátima, hijo de los Sagrados Corazones Unidos, el mundo debe cerrar sus oídos al demonio porque ello lo lleva a un continuo caos y desastres.

Yo debo suscitar a mi Ejército, a los hijos de los Sagrados Corazones Unidos que como Juan viven en el Sagrado Corazón de Jesús y me acogen también a Mí, como Madre.

Deseo suscitar almas devotas y piadosas que, desde la oración, el sacrificio y la penitencia están combatiendo la gran batalla espiritual que está sobre la tierra, pero que las almas insensatas no ven porque no desean ser crucificados como Jesús, para luego ser resucitados con Él.

Sean mi Llama de Amor encendida en la tierra, deseo la unidad de mis hijos y no la separación que es el fruto del orgullo y la ambición.

Ora, ora, ora por mi materno Corazón que está trabajando para forjar la unidad de la Iglesia, el Nuevo Rebaño de Cristo, hijos de Nuestros Dos Corazones, es que el hijo de María es hijo también del Sagrado Corazón de mi Hijo.

Oren siempre y construyan el Reino de Dios en el mundo, ahora y siempre. El resto déjenlo al Divino Espíritu que sopla donde quiere.

Te amo y te bendigo.

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ave María Purísima, sin pecado concebida

1 de septiembre de 2015 - LLAMADO DE AMOR Y DE CONVERSIÓN DEL CORAZÓN DOLOROSO E INMACULADO DE MARÍA.

Pueblo de María.

Su dulce Madre y Corredentora de las almas rescatadas por mi Hijo Jesucristo. Desde la Cruz les entregó todo su Amor y mi Amor Materno. Mi Corazón Doloroso e Inmaculado está irradiando sobre el mundo, pero sólo perciben esta Luz de Amor las almas que respondan con el “hágase en mi tu Voluntad”.

Hijito, Yo, como Madre y Señora de todos los pueblos, estoy reuniendo a mi pueblo. Mi pueblo son todas las almas que se han consagrado a mi Inmaculado Corazón.

Hijito, cuando mi Hijo en la Cruz me dijo: “Mujer, he ahí a Tu Hijo”, que era Juan y en Juan todos los creyentes, Mi Hijo Jesús les invitó a ustedes a consagrarse a mi Inmaculado Corazón de Madre, y a Mí, me dio la misión de acogerlos como hijos. Con mi llamado materno entonces les exhorto a que sean mi Pueblo consagrado a mi Inmaculado Corazón.

Si responden con fe, entonces serán mis hijos. Yo soy su Madre, pero aún, ustedes deben aceptarme como su Madre para que sean mis verdaderos hijos, el Pueblo de María, hijos de María.

Te amo y te bendigo.

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ave María Purísima, sin pecado concebida.

3 de octubre de 2015 – LLAMADO DE AMOR Y DE CONVERSIÓN DEL CORAZÓN DOLOROSO E INMACULADO DE MARÍA.

Mi Corazón Doloroso e Inmaculado es su refugio

Hijito, mi Doloroso e Inmaculado Corazón escucha las súplicas humildes y sinceras de tu pequeño corazón. Mi Corazón Doloroso e Inmaculado viene a la humanidad enviado por la Santísima Trinidad para el bien del mundo, para el auxilio de la Iglesia y amparo de mis hijos.

Querido hijo de mi Corazón Inmaculado, Yo vengo en estos tiempos como el Refugio de los pecadores, como Corredentora de sus almas.

Querido hijo, refugio será mi Inmaculado Corazón para las almas sencillas, almas orantes, almas heridas, almas extraviadas, para las almas del mundo.

El Padre Eterno me ha confiado a la humanidad y envía a la siempre Esclava para que, con Voz Maternal, les ayude y les guie.

Mi Corazón Inmaculado es la Luz y Guía, pero sólo ilumina a las almas que se refugian en Él. Es guía porque estoy guiando a mi Resto Fiel a la Casa de Dios. Pero, en este caminar hay muchos peligros, obstáculos y muchas almas son alcanzadas por las tinieblas.

Por eso, hijito, aférrate de mi Mano, refúgiate en la Nueva Arca de la Alianza Eterna: mi Inmaculado Corazón que viene a pedir la Consagración total de ustedes mismos a mi Doloroso e Inmaculado Corazón.

Diariamente, en sus oraciones y vida diaria, vivan aferrados a mi cadenilla del amor, el Santo Rosario y a la Consagración a mi Inmaculado Corazón Materno, así no serán presa del adversario, caminarán a la Verdad y no titubearán en este valle de lágrimas.

Juan y mi amada hija María Magdalena llegaron, a pesar de todo lo difícil que fue el camino del vía crucis, hasta el pie de la Cruz, porque iban refugiados en mi Doloroso e Inmaculado Corazón y refugiados en mi Manto de Madre, también fueron testigos de la Resurrección de mi Hijo Jesucristo.

Así, queridos, mi Inmaculado Corazón desea que se refugien en Él, para que lleguen hasta el final de su misión que el Señor Trino y Uno les ha confiado. De Mí, su Madre, obtendrán la fuerza para culminar todo, en Cristo Jesús.

Te amo y te bendigo.

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ave María Purísima, sin pecado concebida.

10 de junio de 2016 - LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Unan sus corazones a mi Sagrado Corazón y vivan de mi Amor, llénense de mi Amor y sientan mi Amor. Amor crucificado, Amor resucitado, Amor glorificado, Amor eucarístico.

Hijitos míos, sientan mi Amor, y con sus sufrimientos consuélenme de mis sufrimientos Divinos. Yo sufro, hijitos míos, al ver que mi muerte de Cruz es ignorada y se desperdicia la Gracia de la Redención en las almas que se condenan, en las almas que pecando me ofenden, porque Yo me entregué para que tuvieran Vida y la tuvieran en abundancia. Yo me entregué para que fueran santos y perfectos, pero sin embargo el mundo sigue igual, los corazones me ignoran, me critican, tergiversan mis Palabras y persiguen a mis siervos y profetas.

Hijos ¿a quién hablaré? sino sólo a mi pequeño Remanente Fiel, al que está allí conmigo, no sólo en la Gloria del Tabor sino en el Monte Calvario.

Mi Madre Amantísima… Juan, mi discípulo, a quien mucho amo… y María Magdalena, que me amó de verdad y creyó en mi Palabra, son la prefiguración de ese pequeño Resto Fiel que estuvo conmigo en la Cruz del Calvario.

Hijitos míos, sigan conmigo, sigan en mi Corazón, sigan en el silencio y en mi Amor, perseveren y no se cansen de seguirme.

Yo les amo y les bendigo, y quiero corazones que me amen con mucho Amor de Dios. El Espíritu Santo, si piden con fe, quitará su querer humano y pondrá el Querer Celestial, y así, hijitos míos, me consolarán más. Paz.

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

27 de octubre de 2017 - LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL SAGRADO CORAZÓN EUCARÍSTICO DE JESÚS

Cuando mi Corazón fue abierto por la lanza, en la Cruz, brotaron sangre y agua, brotó mi Espíritu y mi Vida, mi Humanidad y mi Divinidad, porque Yo, Jesucristo, soy verdadero Hombre y verdadero Dios.

Al pie de la Cruz, no sólo estaba mi Madre, estaba mi amado Juan y María Magdalena, ellos fueron testigos de la apertura de mi Corazón, ya no sólo en Espíritu, sino también en Verdad, porque se abrió para recibirlos a todos.

Juan y María, al pie de la cruz, por intercesión de mi Madre, se hicieron los nuevos Apóstoles de Nuestros Sagrados Corazones siguiendo el ejemplo de mi padre San José.

Y ellos se entregaron para consolar, amar y reparar Nuestros Sagrados Corazones, y, por eso mismo, san Juan y santa María Magdalena son intercesores de esta Obra de los Últimos Tiempos.

Es un ejemplo a seguir para ustedes. Los dos cambiaron de vida, los dos se arrepintieron, los dos se dejaron amar y también amaron.

Sigan, también, el ejemplo de estos dos Apóstoles de Nuestros Dos Corazones y dediquen su vida a consolarnos, a obedecernos y a cambiar cada día.

Le doy mi bendición con misericordia.

En el Nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

8 de febrero de 2019 - LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL SAGRADO CORAZÓN EUCARÍSTICO DE JESÚS

Mi Apostolado formado desde antes, en mi Sabiduría Eterna, fue dado al mundo el día de la Encarnación, cuando el Corazón de mi Mamá fue unido a mi Corazón de Dios y de Hijo.

San José, mi padre adoptivo, fue la primera criatura en vivir esta espiritualidad de los Corazones Unidos de Jesús y de María.

En san Juan y en santa María Magdalena estaban prefigurados los apóstoles de estos tiempos. Reparadores y consoladores de Nuestros Dos Corazones. Y, lo que el Espíritu Santo dictó a san Luis de Montfort, mi Madre y la Trinidad Santísima lo han concretizado en este Apostolado.

Por eso, he dicho que mi Apostolado es un pozo donde confluyen diversos torrentes de gracias.

Mi Apostolado también es una armada mariana. Es verdad que con esta Obra preparamos al mundo para el Triunfo del Doloroso e Inmaculado Corazón de mi Mamá. Triunfo que será el medio por el cual vendrá mi Reino Glorioso Eucarístico.

Pero también, con este Apostolado, mi Madre está reuniendo a todos los hijos que creen en el dogma de María Corredentora. Pues, con este Apostolado, el sentir de los hijos de mi Madre prepara la proclamación de este dogma, el más grande, y que es la base de todo dogma mariano.

Pero, han de saber que, mi Madre es Corredentora únicamente unida al Redentor. Mi Madre es Corredentora por Mí, porque Ella fue la criatura que más perfectamente colaboró con la obra de la Redención. Ella es la perfecta colaboradora del Redentor. Y todos los hijos de mi Madre que esperan y oran por la venida de este dogma, el Espíritu Santo los esta reuniendo en esta armada mariana, que es mi Apostolado.

¡Oren! pidiendo la Gracia del Espíritu Santo, para la Iglesia, en su jerarquía. ¡Oren! y vivan continuamente nuestros Llamados de Amor y de Conversión.

Con mi Corazón Redentor Yo los bendigo.

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.