Santa Bernardita Soubirous

16 Abril - Santa Bernardita Sourbirous

Santa Patrona del Apostolado de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María

Vidente de la Inmaculada Concepción

Nacida el 7 de enero de 1844 en Lourdes, en el suroeste de Francia, a los pies de los Pirineos, Bernarda Soubirous vivió en completa pobreza, pero con el corazón profundamente dirigido a María. A ella se le apareció varias veces “la Señora”, tal como solía definir a la Virgen, a la Inmaculada Concepción, como se lo reveló la misma Virgen durante la aparición del 25 de marzo de 1858. Bernardita, desde el 11 de febrero hasta el 16 de julio de aquel año, asistió a dieciocho apariciones de María en la Gruta de Massabielle. El Papa Francisco, en su Mensaje para la Jornada Mundial del enfermo de 2017, recordó que “la humilde muchacha de Lourdes” relataba que “la Virgen, a quien ella definía ‘la Bella Señora’, la miraba como se mira a una persona. Estas sencillas palabras describen la plenitud de una relación. Bernardita pobre, analfabeta y enferma, se siente mirada por María como una persona. La ‘Bella Señora’ le habla con gran respeto, sin conmiseración”.

De la fragilidad, un apoyo para los demás

Desde el inicio de las apariciones Bernardita se hizo portavoz de un acontecimiento que tuvo eco en todo el mundo, pasando por numerosos interrogatorios oficiales porque se la sospechaba de impostura. Nada la venció, mientras en los años aumentaba el flujo incontrolado de personas a la Gruta de las curaciones. “Bernardita, después de haber estado en la Gruta, gracias a la oración – explicó el Papa Francisco – transforma su fragilidad para apoyar a los demás, y gracias al amor se vuelve capaz de enriquecer a su prójimo y, sobre todo, ofrece su vida por la salvación de la humanidad. El hecho de que la ‘Bella Señora’ le pida que rece por los pecadores nos recuerda que los enfermos, los que sufren, llevan en sí sólo el deseo de curarse, pero también el de vivir cristianamente su propia vida, llegando a donarla como auténticos discípulos misioneros de Cristo”.

Vocación por los enfermos

A Bernardita María le entrega la vocación de servir a los enfermos y la llama a ser Religiosa de la Caridad: la tarde del 7 de julio de 1866 entra en Saint-Gildard, en la casa madre de la Congregación de las Monjas de la Caridad de Nevers. Constreñida a estar en cama a causa del asma por tuberculosis, por un tumor óseo en la rodilla, falleció a los 35 años de edad. Era el 16 de abril de 1879. Beatificada en 1925, el Papa Pío XI la proclamó santa el 8 de diciembre de 1933. Es protectora de las trabajadoras del y de los pastores.

Fuente: Vatican News.

Llamados de Amor y Conversi ón y el legado de la Reina de Loudes a trav és de Santa Bernardita Soubirous.

LA ROSA PERFECTA DE LA PENITENCIA

10 de febrero del 2015 - LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CORAZÓN DOLOROSO E INMACULADO DE MARÍA

Señora y Reina de Lourdes.

Queridos hijos, gracias por responder y abrir sus corazones a mi presencia.

Soy la Señora y Reina de Lourdes, deseo sanar sus corazones enfermos y purificarlos con el Agua de Vida. 

Mi Mensaje de Lourdes es un Llamado a la penitencia. Las ‘rosas amarillas’ sobre mis pies simbolizan el espíritu de penitencia, ya que el mundo necesita penitencia para salvarse. 

Les pido, hijos, que sean almas víctimas, que todo lo sufran con paciencia por amor a mi Hijo Jesucristo. Yo les prometo la felicidad del Cielo, pero si cargan fielmente sus cruces con amor. 

Les entrego la rosa de la perfecta penitencia, la cual les llevará a una vida de obediencia, modestia, pureza. Recen, recen mucho hasta que sus corazones se conviertan en corazones orantes. 

Queridos hijos, Yo necesito que el mundo ame a Jesús y conozca su Amor, por eso les pido, oren, oren y no se olviden que también deben amar, porque Dios es Amor.

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Ave María Purísima, sin pecado original concebida. 

10 de febrero del 2015 - LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CORAZÓN DOLOROSO E INMACULADO DE MARÍA

La [1]Penitencia, el Don de Lourdes.

Mi querido hijo, quiero revelar a tu alma el Don escondido de Lourdes, cuando me manifesté como la Inmaculada Concepción. 

Mi Corazón Doloroso e Inmaculado tenía una gracia especial para los hijos de Dios. Mi Mensaje en Massabielle, fue el Mensaje de la penitencia. Quiero dar ahora a mis hijos el motivo de mi manifestación a Bernardita. 

Las dos rosas que traía sobre mis sagrados pies representan la penitencia del cristiano. Camina el hombre entregado a Dios en un camino de rosas y espinas. La penitencia es el deber del alma que debe ser fiel a mi Hijo Jesucristo, renunciando día a día a sí mismo y cargando la cruz1

La penitencia, es la modestia de la que, los hijos de Dios, deben ser imitadores. En Colosenses 3, está el programa de la vida de penitencia donde el hombre debe sujetarse a las Leyes de Dios[2] y no a las del mismo hombre. 

Yo, como Madre y Maestra de la penitencia, a donde el hombre debe sujetarse a las leyes de Dios, presenté la belleza de la austeridad en mi cuevita de Lourdes cuando me manifesté en ella, donde no se me vio sometida a la comodidad sino a la austeridad. 

La penitencia vivida con amor fortalece el espíritu y te ayuda a ser más fiel al Evangelio de Jesús. El mundo hoy, dominado por la lujuria, libertinaje y egoísmo quiere buscar en todo medio su bienestar egoísta. El cristiano debe procurar, no el bienestar natural, sino el bienestar espiritual. 

Yo, tu Amada Madre, quiero entregar a tu pequeño corazón el don de

Lourdes, la rosa de la perfecta penitencia. Con esta rosa adorna el jardín del Señor que es tu alma. Cuando un alma se encuentra con la perfecta penitencia, ama. Ama porque su deseo no es agradar al mundo sino al Señor[3]

Te entrego la rosa de la perfecta penitencia para que tu alma crezca en virtud y con tu vida sometida a una esclavitud de amor a Nuestro Señor

Jesucristo, y que den frutos abundantes, donde los hombres vean tu buen obrar y glorifiquen al Padre Celestial que está en el Cielo[4]

Los hombres creen que mi Hijo los quiere esclavos, mi Hijo los quiere libres y sólo logrará vivir en perfecta penitencia aquella alma que ame de todo corazón a mi Hijo, pues su deseo será agradar a Dios y liberarse de la esclavitud del mundo. 

La rosa de la perfecta penitencia os elevará a la más alta santidad del Cielo, porque los que lloran, en el Cielo serán consolados[5]

Te sello con el Don de Lourdes. La rosa de la perfecta penitencia te guie a mi Corazón Maternal.

Te amo y te bendigo y siembro en tu corazón la sagrada rosa de la penitencia. 

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Ave María Purísima, sin pecado original concebida. 


 

[1] Pedro 2,21

[2] Salmos 119

[3] Colosenses 3,23

[4] San Mateo 5,16

[5] San Mateo 5,4