Sierva de Dios Luisa Piccarreta

04 DE MARZO - Pascua de la Sierva de Dios Luisa Piccarreta

Patrona del Apostolado de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María

La Sierva de Dios, Luisa Piccarreta nació en la ciudad de Corato en la provincia de Bari, Italia, en la mañana del 23 de abril de 1865, Domingo “In Albis” (actual fiesta de la Divina Misericordia), y el mismo día fue bautizada; vivió siempre ahí y murió en concepto de santidad el 4 de marzo de 1947. Nació de la señora Rosa Tarantino y del señor Vito Nicola Piccarreta, trabajador de una hacienda de la familia Mastrorilli. La pequeña Luisa, la cuarta de cinco hijas, era de temperamento tímido, temeroso; no obstante, era también vivaz y alegre.

El Domingo “in Albis” de 1874, a los nueve años, recibió la Primera Comunión y el mismo día el Sacramento de la Confirmación. Ya desde pequeña mostraba una fuerte inclinación a dedicar largos periodos de tiempo para la meditación y oración, teniendo como elementos fundamentales de su vida interior un encendido amor a Jesús doliente en su pasión y prisionero de amor en la Eucaristía, y una madura y sólida devoción a la Santísima Virgen María. Sus padres no prestaron atención a estas aficiones, hasta que se comenzó a manifestar en su hija una misteriosa enfermedad que la obligaba a quedarse en cama. Los médicos sin poder encontrar la causa y dar un diagnóstico, sugirieron la visita de un sacerdote. Asombrados quedaron cuando a la señal de la cruz Luisa se recuperó de su “habitual estado”, como ella misma lo llamaría años después a lo largo de sus escritos.
Alrededor de los dieciocho años, mientras trabajaba en su habitación, se encontraba haciendo la meditación sobre la pasión de Jesús; sintió su corazón oprimido y que le faltaba la respiración, asustada, salió al balcón y desde allí vio que la calle estaba llena de personas que empujaban a Jesús llevando la cruz. Sufriente y ensangrentado, Jesús entonces alzó los ojos hacia ella pronunciando estas palabras: “Alma, ¡ayúdame!”.

Luisa entró a su habitación con el corazón desgarrado por el dolor, y llorando le dijo: «¡Cuánto sufres, oh mi buen Jesús! ¡Pudiera yo al menos ayudarte y librarte de esos lobos rabiosos, o cuando menos sufrir yo tus penas, tus dolores y tus fatigas en tu lugar, para así darte el más grande alivio…! ¡Ah, Bien mío!, haz que yo también sufra, porque no es justo que tú debas sufrir tanto por amor a mí y que yo pecadora esté sin sufrir nada por ti.» Y desde aquel momento repitiendo siempre su FIAT (hágase), se hicieron siempre más frecuentes los períodos transcurridos en cama hasta la completa inmovilidad por 62 años.

En esta “pequeña prisión” Jesús le dio a conocer el gran deseo de su Corazón: que el hombre viva en su Voluntad, para que regrese al orden, al puesto y a la finalidad para la que fue creado, esto es, lo que él mismo nos enseñó a pedir en el Padrenuestro: “Hágase tu Voluntad en la tierra como en el cielo”; así depositó en ella sus maravillosas verdades, para que a su vez, como “Heraldo del Reino”, depositaria y secretaria de los tesoros de la Divina Voluntad, diera a conocer el decreto eterno del advenimiento de su Reino en la Iglesia y en el mundo entero.
Al respecto escribe San Aníbal María di Francia:

“Nuestro Señor, que de siglo en siglo aumenta cada vez más las maravillas de su Amor, parece que, de esta virgen, que El dice que es la más pequeña que ha encontrado en la tierra, desprovista de toda instrucción, haya querido hacer un instrumento idóneo para una misión tan sublime, que ninguna otra se le pueda comparar, o sea, EL TRIUNFO DE LA DIVINA VOLUNTAD en el universo, conforme a lo que decimos en el Padrenuestro: FIAT VOLUNTAS TUA, SICUT IN COELO ET IN TERRA”.

Luisa, como hija de la Iglesia, le fue siempre sumisa y obediente. Durante el período desde 1884 hasta su muerte en 1947, ella estuvo bajo el cuidado y la obediencia de varios confesores enviados por el Obispo de su Arquidiócesis. Su segundo confesor, Don Gennaro di Gennaro el 28 de febrero de 1899 le dio la obediencia de poner por escrito todo cuanto sucedía entre Jesús y ella y las gracias que continuamente recibía. Fue entonces que Luisa se decidió a vencer la repugnancia de hacer público lo que vivía en su interior. Y así, con gran esfuerzo, escribió más de 2.000 capítulos, recogidos en treinta y seis volúmenes, sin contar cientos de cartas, “las Horas de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo”, y “la Virgen María en el Reino de la Divina Voluntad”.

Uno de sus confesores y promotor más importante de la Divina Voluntad (la doctrina que Jesús le enseñó a Luisa) fue San Aníbal María di Francia quien fue Revisor Eclesiástico de los volúmenes (dio su Nulla Obstat a 19 de los 36 volúmenes), y primer apóstol del Reino del Fiat Divino (como Jesús mismo lo titula en el volumen 20 de su diario, noviembre 6, 1926).

Luisa murió antes de cumplir los ochenta y dos años, el 4 de marzo de 1947, después de una corta pero fatal pulmonía -la única enfermedad diagnosticada en su vida-, entró a la vida eterna para continuar sumergida en la Divina Voluntad en el cielo, como lo estuvo en la tierra. En 1993, sus despojos fueron trasladados al Santuario de Santa María Greca, gracias a su último confesor Don Benedetto Calvi. El 20 de noviembre 1994 -en la Fiesta de Cristo Rey-, la Santa Sede dio su “Nulla Obstat” a la Arquidiócesis de Trani-Barletta-Bisceglie, guiada por S.E. Mons. Carmelo Cassati, para la apertura oficial de la Causa de Canonización. El 29 de noviembre del 2005 S.E. Mons. Giovan Battista Pichierri -Arzobispo actual de la Arquidiócesis-, clausuró la fase diocesana, recogiendo multitud de documentos y testimonios sobre la fama de santidad de la Sierva de Dios, iniciando así la fase romana de la causa, donde el Santo Padre la elevará a la dignidad de los altares.

LLAMADOS DE AMOR Y DE CONVERSIÓN Y LUISA PICARRETA

Patrona del Apostolado de los Sagrados Corazones de Jesús y de María.

Madre espiritual de Manuel de Jesús

El Don de vivir en la Divina Voluntad en los escritos de Luisa Piccarreta, es una enciclopedia dada por el Cielo a la Sierva de Dios, son las experiencias místicas recibidas durante su vida y son una espléndida guía para el entendimiento de la Divina Voluntad y la razón de vivir en ella, pues es el retorno de la criatura al orden, al lugar y al propósito para el cual fue creada por Dios, así como al entendimiento cabal de lo que es ser alma víctima.

Todos somos llamados a vivir en la Divina Voluntad, todo apóstol de los Últimos Tiempos debe buscarlo con intensidad.

3 de mayo de 2014 - LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CORAZÓN DOLOROSO E INMACULADO DE MARÍA

Mis hijos formados en mi Santísimo Vientre cumplen la Divina Voluntad de la Santísima Trinidad.

La Santa Madre:
Hijitos, mis hijos cumplen con la Santísima Voluntad del Divino Querer, es por eso que el Padre se complace en ellos.

Miren hijos míos, cuando un alma cumple la Santísima Voluntad, se llena de luz, que significa la presencia de la Santísima Trinidad en esa alma, y la llena de amor. Amor, porque esa es su esencia, solo con amor a la Santísima Trinidad se cumple, hijos míos, el amor a la Santa Voluntad.

Muchos de mis hijos preguntan ¿cuál es la Voluntad de Dios para mí? Yo les contesto mis niños: Amar a Dios sobre todo y todos, y amor a tus hermanos como a ti mismo, en esto radica la base, la roca, el baluarte, el pendón de la Santísima Voluntad.

La voluntad del Padre sobre sus hijos es el amor. Amor sacrificado, amor entregado, amor anonadado, amor en oblación.

Mis hijos, mis verdaderos hijos, los que realmente nacen del Santísimo Vientre, son aquellos que se complacen en cumplir la Voluntad del Padre, aquellos que sin entender se sumergen en su misericordia.

Yo, vuestra santa Mamá, mis niños, no comprendí bien el anuncio del Ángel (Lucas 1, 26-38) pero me anonadé en la Santísima Trinidad, en su Divino Querer y eso fue mi alimento y sostén, cumplir la Divina Voluntad del Padre en el Fiat. Así que mis niños, verdaderamente míos, dicen el Fiat a la Voluntad del Padre no importa lo que ello implique: renuncias, sufrimiento, dolor.

La Voluntad de la Santísima Trinidad está viva y presente en la Sagrada Escritura, en la Santa Doctrina y en la enseñanza de los apóstoles de la Iglesia de mi Hijo, de mi grey.

Yo, Madre de la Divina Voluntad, les enseñaré a cumplir con amor, negación, oración.

Les pido, mis niños, que crezcan en amor y obediencia a la Santísima Voluntad de la Santísima Trinidad, crezcan sumergidos en mi Amor.

Amén.

20 junio 2018 - LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CASTO Y AMANTE CORAZÓN DE SAN JOSÉ

Mi Castísimo Corazón de padre, anhela que los hombres se enamoren de Dios. Enamorarse de Dios es amarlo sobre todas las cosas, confiar en Él, creer que es un Padre Providencial, y que las alegrías y las tristezas que Él permite que sus hijos vivan son para el bien de sus mismos hijos.

Amar a Dios es creer que es un Dios de amor y que de su Corazón solamente fluye una eterna Fuente de Amor.

La humanidad cada día está empeorando más. Las familias cada vez se destruyen y se dividen más. Los jóvenes y los niños cada vez se confunden más. Porque la humanidad entera ha quitado su atención en el Amor del Crucificado.

Queridos hijos, cuando Yo estuve en la tierra era un joven normal, trabajaba, oraba, pero cada día trataba de experimentar el Amor de Dios, en todo momento mi pensamiento estaba centrado en el Amor de Dios y aunque satanás me dijera que Dios no me amaba, nunca caí en su tentación.

Hijos:
Es necesario de que mediten más en el Amor de Dios, el mundo se está destruyendo por falta de amor, y el único amor que puede salvarlos es el Amor de Dios, que ya ha sido entregado a ustedes en el Corazón de Jesús.

Queridos hijos, Yo, San José: un hombre de trabajo y de casa, un hombre de oración y de familia, un hombre de fe y de vida ordinaria; los exhorto, piensen más en el Amor de Dios, crean más en el Amor de Dios.

Queridos hijos, es urgente y necesario que cada corazón se ocupe en pensar más en el Amor de Dios y orar al Espíritu Santo, implorando, que nos revele el Amor de Dios. Yo estoy con ustedes hijos de mi Casto Corazón y quiero guiarlos al Reino del Amor de Dios.

Y a ti, pequeño lirio, se te ha concedido que Luisa Picarreta y el Padre Pío sean tus dos protectores celestiales. Y, unido al don de la encarnación mística vienen las heridas de Jesús, y te confirmo, porque Jesús me lo ha pedido, que tú tienes las heridas de Jesús, invisibles, pero reales; y recuerda que, una de las cosas por las que te ofreces como víctima es para que la humanidad reciba el Amor de Dios.

Les doy mi bendición, como el padre San José seducido y llamado por el Amor de Dios.

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

21 de julio de 2018 - LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CORAZÓN DOLOROSO E INMACULADO DE MARÍA

Hijito, Luisa Picarreta me acompaña, por intercesión de ella doy mi Llamado de Amor y Conversión. Hijito, la Divina Voluntad es el Sol de la Justicia de Dios, porque las Obras de Dios son justas y esas Obras se realizan por orden de su Divina Voluntad. La Redención, los Sacramentos, la Iglesia, mis venidas a este lugar, todas han sido Obras de Dios, Obras justas que se han realizado en obediencia a su Voluntad.

Vengo Vestida de ese Sol, vengo Vestida de la Luz de la Divina Voluntad, por eso mi Manto de Oro representa que estoy toda envuelta del Reinado del Fiat Divino. Y vengo como la Reina de la Divina Voluntad a revelarles lo que Dios quiere de ustedes en mis Llamados de Amor para el mundo.

Hijitos, escuchen mis Llamados de Amor, lo que Dios quiere para ustedes; Yo lo vengo a dar a conocer, pero también a recordarles la Palabra de Jesús. Mis Llamados y mis venidas a este lugar quieren que sus corazones regresen a la Palabra de Dios, a leerla, a meditarla y a ponerla en práctica.

Hijos míos, los invito nuevamente a que comprendan la unión profunda que existe entre la Palabra de Dios y mis Llamados de Amor y de Conversión. Hijos míos, no tengan miedo de escuchar a vuestra Madre, que mi Manto, que brilla por el Sol del Querer de Dios, los ilumine. ¡Vean mi Corazón, es el camino para llegar hasta Jesús!

Hijitos míos, lean y mediten el capítulo quince del Libro del Apocalipsis.

Los bendigo con Amor Maternal.

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

19 diciembre 2018 - LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CASTO Y AMANTE CORAZÓN DE SAN JOSÉ

Pequeña víctima, consoladora de nuestros Sagrados Corazones Unidos en el Espíritu Santo, da al mundo estos Últimos Llamados de Amor. No temas, porque nuestros Corazones y tus protectores: Padre Pío y Luisa , estamos contigo.

En Fátima, el Padre me envío a bendecir al mundo. En Knock, el Padre me envío a rogar por el mundo. En Cotignac, como con San André Bessette, el Padre me envío a sanar a los enfermos y afligidos. Ahora, el Padre, por medio de ti, para el Apostolado.

El Padre me envía a llamar a los hijos de María, para que regresen al hogar de los Tres Corazones y comience en el mundo el Reinado Glorioso de los Tres Sagrados Corazones. Por eso, el Espíritu Santo ha dado las tres advocaciones que son el resumen y el llamado final de Jesús, María y José.

Vengo vestido de oro y mostrando mi Casto Corazón, reflejando a la Reina Celestial y preparando a nuestros apóstoles para el Reino Glorioso y la venida del Gran Pentecostés. Para eso es necesario que escuchen nuestros Últimos Llamados, se reúnan a orar en Cenáculos de Oración y se consagren, como Yo lo hice, guiado por el Espíritu Santo, a los Sagrados Corazones de Jesús y de María.

Queridos hijos, den gracias al Padre Celestial por el Apostolado y por estos Últimos Llamados, porque son un don del Amor Misericordioso.
¡Agradezcan al Señor por llamarlos con ternura y amor a la conversión!
Desde este aposento de nuestros Corazones, junto al Jardín de María y la Fuente de Gracia y Misericordia, nuestros Tres Corazones bendicen a la humanidad.

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

4 de enero de 2019 - LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

De mi Corazón Eucarístico ha brotado mi Apostolado como fruto de mi misericordia insondable. Este Apostolado, profetizado en Apocalipsis 12, profetizado por San Luis de Montfort, es la Obra Magna de mi Sagrado Corazón.

Es grande porque con esta obra expandiré en la humanidad el Reino Eucarístico de mi Corazón. Es grande porque con los Cenáculos de Oración y los Últimos Llamados de Amor y de Conversión preparamos los corazones para el triunfo del corazón materno de mi Mamá Reina, y cuando el Corazón de la Reina Celestial triunfe, el Espíritu Santo descenderá sobre toda la Creación, suscitando un Nuevo Pentecostés.

Mi Apostolado prepara y ora para que estas gracias vengan a la humanidad.

Este Apostolado vive de la espiritualidad de la Cruz: mi Sagrado Corazón unido en la Cruz.

• Espiritualidad que le revelé a santa Ángela de Foligno y Luisa Picarreta.
• Espiritualidad de la Cruz que revelé a Concepción Cabrera.
• Espiritualidad de la Cruz que vengo a anunciar, con este Apostolado, a la humanidad.

Esta obra de mi Sagrado Corazón también es la obra de la Cruz, de la Cruz Gloriosa de mi Sagrado Corazón Eucarístico, y con mi Corazón unido a la Cruz bendigo a la humanidad.

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

26 de agosto de 2021 - LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DE SANTA MARÍAM DE JESUS CRUCIFICADO

Hermanito, al igual que yo, tú también eres la pobre nada de Jesús.

Hermanito, somos nada (Job 8, 9) , pero a pesar de nuestra nada le pertenecemos a Jesús.

Pequeña nada, el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús ha designado que el Santo Padre Pio y la Sierva de Dios, Luisa, la pequeña hija de la Divina Voluntad, sean tus padres espirituales.

Y hoy, el Sagrado Corazón de nuestro Señor me ha pedido tomarte a ti bajo mi patrocinio e intercesión como tu santa patrona , es decir, junto a tu ángel caminaré contigo en tu peregrinar en la tierra y en tu pascua a la eternidad.

Nos unimos para ofrecernos a su Corazón por las almas y por su Iglesia.

Yo, Mariam de Jesús Crucificado te bendigo.

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.