Hora 18

21 de junio de 2018

Oración preparatoria para la Meditación de la Hora de Reparación

Jesús, amor mío, soy tu pobre nada. Mi Jesús, soy nada y además pobre, por eso necesito de tu Santo Espíritu que, unido al Doloroso e Inmaculado Corazón de la Mamá Celestial, llenen mi pequeño corazón de Amor Santo y Fuego Divino para enfervorizar mi ser tan frío e indiferente al Amor de Dios.

Jesús, mi Esposo Celestial, al comenzar mi meditación reparadora, prepara mi espíritu para recibir la Luz Divina que me conceda conocer y grabar en mi corazón los Misterios de tu Amor Infinito, Amor que entregaste a una Cruz para que yo te amara, Amor que expiró su último aliento para que yo tuviera vida.

Jesús, Mamá Celestial, tomo los méritos de cada Hora de Meditación Reparadora y los hago vida, que multiplicándose en mí den luz a todos los corazones, y haciendose vida en mi pobre vida me preparen a mí y a todos para el Triunfo del Doloroso e Inmaculado Corazón de María y del Reinado del Espíritu Santo. Amén.

21 de junio de 2018

Al terminar la Meditación Reparadora, se realiza La Dulce Cadena del Amor Divino

21 de junio de 2018 Oración preparatoria para la Meditación de la Hora de Reparación

3 de febrero de 2021 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL SAGRADO CORAZÓN EUCARÍSTICO DE JESÚS

Décima Octava Hora de Meditación Reparadora
¨Jesús traicionado por Judas¨
Mi pequeña víctima: Consuela a mi Sagrado Corazón Eucarístico en el camino de la Cruz, acompáñame en este camino por la ¨Vía Crucis¨ dándome Amor Reparador a mi Sagrado Corazón Eucarístico.

Mientras oraba en el Huerto, mi Sagrado Corazón, comenzó a sentir cerca la hora del arresto. Ya, mi Sagrado Corazón, se sentía el Divino Prisionero de las almas.

A medianoche exactamente, llegaba Judas encabezando una turba de guardias del Templo, servidores de las casas de Anás y Caifás. Al llegar Judas frente a Mí, me besó la mejilla derecha y susurro a mi oído diciendo: ¨Salve, Rabino¨, lo dijo tan sarcásticamente que escuché al demonio en su voz saludándome, pues este saludo, fue la señal concretizada con la cual Judas acordó con la turba para señalarme.

Los soldados me tomaron, me ataron con cadenas, con sus lanzas y antorchas me golpearon, me arrojaron al suelo, me ataron el cuello, me levantaron de mis cabellos, tirándolos cruelmente y me sacaron del Huerto hacia el Torrente Cedrón para llevarme a Jerusalén a casa de Anás (San Juan 18, 13).
Elevación del alma
Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, Maestro de Vida, te amo, te adoro y te reparo, te doy consuelo por la prepotencia, la violencia, la infidelidad, la división, todos estos frutos de nuestros pecados, que, traicionan una y otra vez, constantemente, tu Sagrado Corazón Eucarístico tan fiel.

Jesús, por el dolor y la traición de Judas, en Divina Voluntad, te ofrezco mi corazón y mi propio arrepentimiento por medio del Doloroso e Inmaculado Corazón de María, suplicando venga el Reino del Padre Tierno y Misericordioso que unirá la Iglesia y realizará la civilización del Amor Trinitario en el mundo. Amén. Fiat.