Hora 21

21 de junio de 2018

Oración preparatoria para la Meditación de la Hora de Reparación

Jesús, amor mío, soy tu pobre nada. Mi Jesús, soy nada y además pobre, por eso necesito de tu Santo Espíritu que, unido al Doloroso e Inmaculado Corazón de la Mamá Celestial, llenen mi pequeño corazón de Amor Santo y Fuego Divino para enfervorizar mi ser tan frío e indiferente al Amor de Dios.

Jesús, mi Esposo Celestial, al comenzar mi meditación reparadora, prepara mi espíritu para recibir la Luz Divina que me conceda conocer y grabar en mi corazón los Misterios de tu Amor Infinito, Amor que entregaste a una Cruz para que yo te amara, Amor que expiró su último aliento para que yo tuviera vida.

Jesús, Mamá Celestial, tomo los méritos de cada Hora de Meditación Reparadora y los hago vida, que multiplicándose en mí den luz a todos los corazones, y haciendose vida en mi pobre vida me preparen a mí y a todos para el Triunfo del Doloroso e Inmaculado Corazón de María y del Reinado del Espíritu Santo. Amén.

21 de junio de 2018

Al terminar la Meditación Reparadora, se realiza La Dulce Cadena del Amor Divino

21 de junio de 2018 Oración preparatoria para la Meditación de la Hora de Reparación

10 de febrero de 2021- LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL SAGRADO CORAZÓN EUCARÍSTICO DE JESÚS

Vigésima Primera Hora de Meditación Reparadora
¨Jesús juzgado por Pilato¨
Víctima de mi Sagrado Corazón Divino y Prisionero: Llega el amanecer sobre Jerusalén. La primera luz de la mañana me encontró dentro de un calabozo, atado con grilletes de manos y pies.

En la mañana, toda la guardia del Templo se preparó para retirarme de aquel calabozo y, nuevamente, como si de un cordero para el Sacrificio se tratara, me ataron el cuello con soga y saliendo de la prisión de la guardia del Templo, me llevaron por las calles de Jerusalén, y me condujeron hasta el pretorio romano en el palacio de Poncio Pilato.

Frente al gobernador romano, fui acusado por el Sanedrín y sus seguidores. Pilato me ordenó hablar con él, en privado. No hallando ninguna causa justa que merecía mi muerte, me envió a Herodes, y entrando en presencia de este rey, fui otra vez humillado y ofendido, me cubrió con un manto color escarlata, burlándose todos de Mí. Herodes me llamo loco, y me envió a Pilatos, pues, tampoco encontró razones para ordenar mi muerte.

Conducido a Pilato, las acusaciones prosiguieron y Pilato, para dar contento a la turba, me condenó a las torturas de la flagelación, y la coronación de espinas (San Juan 19, 1).
Elevación del alma
Jesús, te amo, te adoro, te reparo, te consuelo, te bendigo en tus juicios ante Pilato y Herodes.

Por tus juicios, Jesús, Divino Prisionero, líbranos de la indiferencia, líbranos de lavarnos las manos ante la injusticia de los derechos de la Iglesia y de Dios.

Concede al corazón del mundo la humildad. Para que reconociéndose pecador se convierta. Para que en el mundo se haga la realidad del Reino de la paz y de la reconciliación, Reino que vendrá por medio del Triunfo del Corazón Doloroso e Inmaculado de María. Amén. Fiat.