Hora 04

21 de junio de 2018

Oración preparatoria para la Meditación de la Hora de Reparación

Jesús, amor mío, soy tu pobre nada. Mi Jesús, soy nada y además pobre, por eso necesito de tu Santo Espíritu que, unido al Doloroso e Inmaculado Corazón de la Mamá Celestial, llenen mi pequeño corazón de Amor Santo y Fuego Divino para enfervorizar mi ser tan frío e indiferente al Amor de Dios.

Jesús, mi Esposo Celestial, al comenzar mi meditación reparadora, prepara mi espíritu para recibir la Luz Divina que me conceda conocer y grabar en mi corazón los Misterios de tu Amor Infinito, Amor que entregaste a una Cruz para que yo te amara, Amor que expiró su último aliento para que yo tuviera vida.

Jesús, Mamá Celestial, tomo los méritos de cada Hora de Meditación Reparadora y los hago vida, que multiplicándose en mí den luz a todos los corazones, y haciendose vida en mi pobre vida me preparen a mí y a todos para el Triunfo del Doloroso e Inmaculado Corazón de María y del Reinado del Espíritu Santo. Amén.

21 de junio de 2018

Al terminar la Meditación Reparadora, se realiza La Dulce Cadena del Amor Divino

21 de junio de 2018 Oración preparatoria para la Meditación de la Hora de Reparación

21 de julio de 2020 - LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DE DIOS PADRE TIERNO Y MISERICORDIOSO

Cuarta Hora de Meditación Reparadora
“Dos Corazones”
Querido hijo, sumérgete en mi ternura misericordiosa, allí, en esta Ternura Divina, contempla el momento en el que, el hombre cayendo en pecado, es llamado por Mí, pero éste se esconde en su vergüenza, (Génesis 3, 8 – 15).

Entonces, la original vida de santidad fue truncada por la voluntad humana inclinada a las insinuaciones del demonio. En ese mismo instante reprendí el proceder del hombre y maldije al demonio, y pronuncié por mi propia boca el “Proto Evangelio”: la Mujer María, que, con su Talón, Cristo, vencería su reinado de maldad.

En este primer pecado, Yo, su Padre Tierno y Misericordioso, revelé también la gran gracia de la Redención: a Jesucristo vencedor del demonio y del pecado, como vuestro Redentor; y María como el instrumento perfecto para que el Redentor realizará su Misión.

María, como Corredentora, es un instrumento totalmente dependiente del Redentor Jesucristo: un hombre, Adán; una mujer, Eva; y un pecado, la rebelión. Son reparados por: un Hombre, Jesús; una Mujer, María, y una Gracia, la Divina Encarnación del Verbo.
Elevación del alma
Padre Tierno y Misericordioso, te adoro y te amo en el momento del pecado que cometía Adán y Eva, insinuados por la Serpiente Antigua.

Por mis primeros padres, quiero darte amor, reparación, obediencia y sobre todo ofrendarte mi humanidad y voluntad en los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María, quiero ofrecer mi propia vida en unión con María para Jesús, como un corredentor de mis hermanos y ofrecerme por la salvación de tus hijos. Amén. Fiat.