Hora 08

21 de junio de 2018

Oración preparatoria para la Meditación de la Hora de Reparación

Jesús, amor mío, soy tu pobre nada. Mi Jesús, soy nada y además pobre, por eso necesito de tu Santo Espíritu que, unido al Doloroso e Inmaculado Corazón de la Mamá Celestial, llenen mi pequeño corazón de Amor Santo y Fuego Divino para enfervorizar mi ser tan frío e indiferente al Amor de Dios.

Jesús, mi Esposo Celestial, al comenzar mi meditación reparadora, prepara mi espíritu para recibir la Luz Divina que me conceda conocer y grabar en mi corazón los Misterios de tu Amor Infinito, Amor que entregaste a una Cruz para que yo te amara, Amor que expiró su último aliento para que yo tuviera vida.

Jesús, Mamá Celestial, tomo los méritos de cada Hora de Meditación Reparadora y los hago vida, que multiplicándose en mí den luz a todos los corazones, y haciendose vida en mi pobre vida me preparen a mí y a todos para el Triunfo del Doloroso e Inmaculado Corazón de María y del Reinado del Espíritu Santo. Amén.

21 de junio de 2018

Al terminar la Meditación Reparadora, se realiza La Dulce Cadena del Amor Divino

21 de junio de 2018 Oración preparatoria para la Meditación de la Hora de Reparación

11 de enero de 2021 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CORAZÓN DOLOROSO E INMACULADO DE MARÍA

Octava Hora de Meditación Reparadora
¨Desposorios de Nuestra Señora con San José¨
Querido hijo: En esta Hora de Reparación deseo que medites en el Misterio del Desposorio con mi Castísimo Esposo José.

A la edad de 12 años, salí del Templo, en el cual viví desde los tres años. Todos esos años de mi Infancia Inmaculada las viví, sirviendo al Señor en su Santuario orando por la Venida del Mesías Prometido.

Al salir del Templo fui recibida por mis santos padres que me esperaban cerca de la Puerta la Hermosa (Hechos 3, 2), ya muy ancianos, supe en mi Corazón por el Espíritu Santo, que el Padre pronto los llevaría a su presencia, serví a mis santos papás y estuve a su lado cuando llegó el día de su pascua al seno de Abraham.

Mi padre Joaquín, antes de su Pascua, había ya considerado mi matrimonio con José, varón Justo y Santo, apenas unos pocos años mayor que yo. José al igual que yo, esperaba y oraba por el Mesías, había deseado consagrar su virginidad también a Yahvé por la pronta llegada del Mesías.

Fui desposada con José a la edad de 15 años, en el Templo, frente al Sumo Sacerdote, el báculo de José, que representaba proféticamente su misión de Patriarca, floreció con 3 hermosos lirios frente a todos durante el Rito de la Bendición; ante el Sacerdote nos desposábamos y ante Dios en el secreto nos ofrecimos en castidad perpetua por su Gloria, por eso San José, como Yo, sabíamos de nuestros votos de virginidad.

Mis Ancianos Padres, después de mi Desposorio de Cielo, fueron llamados al seno de Abraham. De Jerusalén fui a vivir a Nazaret, el pueblo de mis santos Papás, donde en el silencio y la vida oculta me ofrecía al Señor Misericordioso junto a José, quien aún no me había recibido en su casa, ninguno de los dos vivíamos de gracias extraordinarias, sino que, éramos en lo cotidiano fieles a nuestros votos al Padre Tierno y Misericordioso.

Hijito, imita a José y María, imita el silencio que escucha, el ofrecimiento de lo cotidiano y sellando todos los actos, con un Fiat diario, constante y fiel.
Elevación del alma
Querido Padre Tierno y Misericordioso, al meditar en la juventud pura e inocente de Nuestra Señora, y en la fiel juventud de san José, quiero hacer míos, sus actos de amor en lo cotidiano, en la vida diaria, en el transcurrir de cada momento presente.

Uno mis actos a los de María y José para santificar mis actos y así ofrecerlos a Ti, para darte reparación por todos, amor por todos, alabanza por todos, y que la virtud y los frutos de la fidelidad de María y José, se multipliquen en cada corazón, como un Fiat constante y eterno. Amén. Fiat.