Devoción Siete Palabras

¡Ave María Purísima, sin pecado original concebida!
Por la señal de la Santa Cruz,
de nuestros enemigos,
líbranos, Señor, Dios Nuestro
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Acto de Contrición

Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre Verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Tú Quién Eres y porque te amo sobre todas las cosas, me arrepiento de todo corazón de todo lo malo que he hecho y de todo lo bueno que he dejado de hacer, porque pecando te he ofendido a Ti, que eres el Sumo Bien y digno de ser amado sobre todas las cosas.

Ofrezco mi vida, obras y trabajos en satisfacción de mis pecados. Propongo firmemente, con la ayuda de tu gracia, hacer penitencia, no volver a pecar y huir de las ocasiones de pecado. Señor, por los méritos de tu Pasión y Muerte, con los cuales Tú expiaste por mis pecados, ofreciendo un dolor tan grande e intenso que te hizo sudar sangre, apiádate de mí. Madre mía del Cielo, alcánzame de Jesús este suspirado perdón. Amén.

Oración de Invocación al Espíritu Santo (dictada el 28 de octubre de 2014)

Ven, mi Dios Espíritu Santo, a través de la poderosa intercesión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María, tu amadísima Esposa.

Ven, mi Dios Espíritu Santo, a través de la poderosa intercesión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María, tu amadísima Esposa.

Ven, mi Dios Espíritu Santo, a través de la poderosa intercesión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María, tu amadísima Esposa.

Oración

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el Fuego de tu Amor.

V/. Envía tu Espíritu y todo será creado. R/. Y renovarás la faz de la tierra.

Oración

¡Oh, Dios!, que iluminaste los corazones de tus hijos con la Luz del Espíritu Santo, haznos dóciles a sus inspiraciones, para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo, por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oración al Divino Espíritu Santo (dictada el 15 de agosto de 2014)

Divino Esposo de María Santísima, mi Dios y Señor Espíritu Santo, enciende en cada alma el Fuego de un Nuevo Pentecostés, para que nos consagres como apóstoles del Corazón Doloroso e Inmaculado de María y apóstoles de los Últimos Tiempos, protege con tu sombra a la Iglesia Católica, salva a las almas del mundo y realiza el Reino Inflamado de Amor de los Corazones Unidos de Jesús y María. Amén.

Credo de los Apóstoles

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su Único Hijo, Nuestro Señor, que fue Concebido por Obra y Gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció́ bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió́ a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.

Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Antífona inicial

Este es quién cargó sobre sí los dolores de todos. He aquí el que fue muerto en Abel, atado en Isaac, exiliado en Jacob, vendido en José. He aquí el que fue expuesto a las aguas en Moisés e inmolado en el cordero. Este es el que se Encarnó en el Seno de la Virgen, el que fue clavado en la Cruz Gloriosa y sepultado en la tierra, el que resucitó de entre los muertos y subió a lo alto de los Cielos. Él es el Cordero que no abre su boca, el Cordero Inmolado, el Cordero que nació de María, Cordera sin mancha. Él resucitó de entre los muertos y resucita al hombre de la profundidad del sepulcro.

PRIMERA PALABRA
Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen (San Lucas 23, 34)

Mi pequeña víctima, estando Yo traspasado por los clavos que me unían a la Cruz del Amor Salvífico, junto a mi Santa Cruz se encontraba mi Celestial Mamá, sostenida por Sn. Juan, mi amado discípulo (San Juan 19, 26-27), y en la base de la Cruz Bendita se encontraba, arrodillada, Santa María Magdalena: mis consoladores. El ladrón arrepentido, siguió el santo ejemplo de estos primeros reparadores y él, aún sufriendo, también se convirtió en reparador ofrendándome su arrepentimiento sincero.

Al ser levantado en la Cruz, dije: Padre, perdonales, porque no saben lo que hacen, el rechazo a la verdad los ha cegado totalmente, no reciben mi Palabra y no escuchan mi mensaje del Evangelio.
Oración
Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús amado que, por amor mío, agonizaste en la Cruz a fin de pagar con tus penas la deuda de mis pecados, y abriste tu Divina Boca para obtenerme el perdón de la Justicia Eterna: ten piedad de todos los fieles agonizantes y de mí, en aquella hora postrera. Y, por los Méritos de tu Preciosísima Sangre derramada por nuestra salvación, concédenos un dolor

tan vivo de nuestras culpas que nos haga morir a la humana voluntad, y vivir en el Seno de tu Infinita Misericordia, como verdaderos apóstoles de Tu Corazón Eucarístico. Amén.

Padre Nuestro

Ave María de los Últimos Tiempos:

Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor está contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el Fruto de tu Vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora de las almas, ruega por nosotros pecadores, y derrama el efecto de Gracia de tu Llama de Amor, de tu Doloroso e Inmaculado Corazón sobre toda la humanidad, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Jaculatoria
Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, perdónanos y salva al mundo, Amén.

Corazón Doloroso e Inmaculado de María, ruega por nosotros que nos refugiamos en Ti. Amén.

SEGUNDA PALABRA
En verdad, en verdad te digo: hoy estarás conmigo en el Paraíso (San Lucas 23, 43)

Entre los ladrones se encontraba Dimas, él fue el único que salió en defensa mía, mientras que, Gestas, el otro malhechor, me insultaba y me imponía salvarlos de aquel castigo.

Dimas, exclamó diciéndome: Señor, acuerdate de mí cuando estes en tu Reino; y Yo, todo Amor Misericordioso, le dije: hoy mismo estarás conmigo en el paraíso. En este momento, Dimas se arrepintió verdaderamente, viendo mi

Santo Rostro ensangrentado y sufriente, Dimas vivió su pequeño aviso o iluminación de conciencia y fue absuelto por mi moribundo y Divino Corazón de sus pecados, porque aceptó su pequeño aviso y se arrepintió.
Oración
Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús amado que, por amor mío, agonizaste en la Cruz y que con tanta prontitud y liberalidad correspondiste a la fe del buen ladrón que te reconoció por Hijo de Dios en medio de tus humillaciones, y le aseguraste el Paraíso: ten piedad de todos los fieles agonizantes y de mi en aquella hora postrera. Y, por los Méritos de tu Preciosísima Sangre, haz de mí, un apóstol tan firme y constante que no se incline a sugestión alguna del demonio, para que también nosotros alcancemos el premio del Santo Paraíso. Amén.

Padre Nuestro

Ave María de los Últimos Tiempos:

Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor está contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y Bendito es el Fruto de tu Vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora de las almas, ruega por nosotros pecadores, y derrama el efecto de Gracia de tu Llama de Amor, de tu Doloroso e Inmaculado Corazón sobre toda la humanidad, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Jaculatoria
Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, perdónanos y salva al mundo, Amén.

Corazón Doloroso e Inmaculado de María, ruega por nosotros que nos refugiamos en Ti. Amén.

TERCERA PALABRA
Mujer, he ahí a tu hijo; hijo he ahí a tu Madre (San Juan 19, 26-27)

Mi Mamá Celeste se encontraba reparando por todos y ofreciendo consuelo, en su Doloroso e Inmaculado Corazón, por todas las almas de los pecadores.

Mi Corazón se unió al Corazón de mi Santa Mamá, y los Dos Corazones ofrecimos, nuevamente, nuestra Alianza de Corazones al Padre Tierno y Misericordioso. Le dije a mi Santa Mamá: ‘en Juan, mi discípulo más pequeño, Mamá Inmaculada, te entrego a todos los hombres como tus hijos; y en ti, Juan, entrego a todos los hombres a mi Mamá Virgen, como Madre de toda la creación’. Mi Santa e Inmaculada Mamá es la Corredentora de la Redención que Yo, hoy, realizo.
Oración
Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús amado que, por amor mío, agonizaste en la Cruz. Y, olvidando tus sufrimientos, nos dejaste en prenda de tu Amor Divino a nuestra Mamá Santísima, para que, por medio de su Doloroso e Inmaculado Corazón, podamos recurrir confiadamente a tu Sagrado Corazón Eucarístico en nuestras mayores necesidades: ten piedad de todos los fieles agonizantes y de mí en aquella hora postrera. Y, por el interior martirio de nuestra Mamá Corredentora, reaviva en nuestro corazón la firme esperanza en los infinitos méritos de tu Preciosísima Sangre, a fin de que podamos evitar, como apóstoles reparadores, la eterna condenación que tenemos merecida por nuestros pecados. Amén.

Padre Nuestro

Ave María de los Últimos Tiempos:

Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor está Contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y Bendito es el Fruto de tu Vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora de las almas, ruega por nosotros pecadores, y derrama el efecto de Gracia de tu Llama de Amor, de tu Doloroso e Inmaculado Corazón sobre toda la humanidad, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Jaculatoria
Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, perdónanos y salva al mundo, Amén.

Corazón Doloroso e Inmaculado de María, ruega por nosotros que nos refugiamos en Ti. Amén.

CUARTA PALABRA
¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado? (San Marcos 15, 34; San Mateo 27, 46)

La oscuridad invadió tanto mi alma, el pecado llenó mi alma de tinieblas. Sin Yo cometer jamás pecado sufrí las terribles tinieblas de un alma en desgracia de Dios, que me llegue a sentir solo sin mi Padre y abandonado por el Espíritu Divino, todo un Dios se abandonó a si mismo por amor a las almas. Esta soledad fue tan profunda e infinita que Dios se sintió solo, y así, abandonado en el Altar de la Cruz, exclamé:
Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?
Oración
Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús amado que, por amor mío, agonizaste en la Cruz y que, añadiendo más sufrimiento a tu sufrimiento, además de tantos dolores en el cuerpo, sufriste con infinita paciencia la más penosa aflicción de espíritu a causa del abandono de tu Eterno Padre: ten piedad de todos los fieles agonizantes y de mí en aquella hora postrera. Y, por los méritos de tu Preciosísima Sangre, concédenos la gracia de sufrir con verdadera paciencia

todos los dolores y congojas de nuestra agonía, a fin de que, unidas nuestras penas a tus penas, podamos dar testimonio de verdaderos apóstoles de tu Sagrado Corazón abandonado, y podamos, después, participar de tu gloria en el Paraíso. Amén.

Padre Nuestro

Ave María de los Últimos Tiempos:

Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor está Contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y Bendito es el Fruto de tu Vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora de las almas, ruega por nosotros pecadores, y derrama el efecto de Gracia de tu Llama de Amor, de tu Doloroso e Inmaculado Corazón sobre toda la humanidad, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Jaculatoria
Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, perdónanos y salva al mundo, Amén.

Corazón Doloroso e Inmaculado de María, ruega por nosotros que nos refugiamos en Ti. Amén.

QUINTA PALABRA
Tengo sed (San Juan 19, 28)

Mi Sagrado Corazón abandonado en esa noche oscura que sufrió, donde todas las noches oscuras de las almas se acumularón en una sola oscuridad sobre mi Santa Alma: sentí sed, sed del amor del hombre, sed de sus almas, sed de almas, sed de la salvación eterna, sed que nunca es apaciguada, pues no quiero que ninguno se pierda. Y esta sed la sufro en cada Tabernáculo Eucarístico en el mundo.
Oración
Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús amado que, por amor mío, agonizaste en la Cruz y que, no saciado aún con tantos vituperios y sufrimientos, quisiéras sufrirlos todavía mayores para la salvación de todos los hombres, demostrando así que, todo el torrente de tu Pasión Eucarística no es bastante para apagar la sed de tu amoroso Corazón: ten piedad de todos los fieles agonizantes y de mí en aquella hora postrera. Y, por los Méritos de tu Preciosísima Sangre, enciende tan vivo fuego de Amor Divino en nuestro corazón, que lo haga desfallecer con el deseo de unirse a Ti por toda la eternidad, como apóstoles sedientos de tu Amor Santo. Amén.

Padre Nuestro

Ave María de los Últimos Tiempos:

Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor está Contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y Bendito es el Fruto de tu Vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora de las almas, ruega por nosotros pecadores, y derrama el efecto de Gracia de tu Llama de Amor, de tu Doloroso e Inmaculado Corazón sobre toda la humanidad, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Jaculatoria
Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, perdónanos y salva al mundo, Amén.

Corazón Doloroso e Inmaculado de María, ruega por nosotros que nos refugiamos en Ti. Amén.

SEXTA PALABRA
Todo está cumplido (San Juan 19, 30)

Al sufrir todo mi suplicio de Redención ya todas las profecías y toda la Obra de Salvación se había cumplido perfectamente en la Cruz. En la Cruz, con mi Santa Mamá, todo se cumplió y en cada Santo Sacrificio de la Misa se cumple, permanentemente, por la salvación de las almas.

Al cumplir con la Divina Voluntad del Padre Tierno y Misericordioso, y al ser fiel hasta la muerte en la Cruz, cumpliendo fielmente mi Misión Redentora y entregarme sin reservas por amor a los hombres, entregué mi Alma Santísima a Dios Padre Tierno y Misericordioso, y en el Espíritu Santo y unido a la Divina Voluntad del Padre Misericordioso, ofrendé mi Vida entera. Esta entrega de mi Espíritu al Padre Tiernísimo en cada Santo Sacrificio de la Misa, se renueva y se renovará hasta el último día, en este Sacrificio Perpetuo de la Santa Eucarístia.
Oración
Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús amado que, por amor mío, agonizaste en la Cruz y desde esta cátedra de verdad anunciáste el cumplimiento de la Obra de nuestra Redención; por la que, de hijos de ira y perdición, fuimos hechos hijos de Dios y herederos del cielo. Ten piedad de todos los fieles agonizantes y de mí en aquella hora postrera. Y, por los méritos de tu Preciosísima Sangre, despréndenos por completo del mundo, como de nosotros mismos, para ser auténticos apóstoles de sus Sagrados Corazones Unidos. Y, en el momento de nuestra agonía, danos gracia para ofrecerte, de corazón, el sacrificio de la vida en expiación de nuestros pecados. Amén.

Padre Nuestro Ave María de los Últimos Tiempos:

Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor está Contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y Bendito es el Fruto de tu Vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora de las almas, ruega por nosotros pecadores, y derrama el efecto de Gracia de tu Llama de Amor, de tu Doloroso e Inmaculado Corazón sobre toda la humanidad, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Jaculatoria
Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, perdónanos y salva al mundo, Amén.

Corazón Doloroso e Inmaculado de María, ruega por nosotros que nos refugiamos en Ti. Amén.

SÉPTIMA PALABRA
Padre, en tus Manos encomiendo mi Espíritu (San Lucas 23, 46)

Víctima de mi Sagrado Corazón yacente: En la Cruz del Amor,se mostró toda mi Misericordia en plenitud, para los hombres, antes de expirar le dije a mi Padre Tierno y Misericordioso: Adonai, en tus Manos encomiendo mi Espíritu.

En el Calvario, al expirar, mi Espíritu fue arrebatado al Trono Glorioso, en el momento de mi grito, lo que excláme fue la palabra FIAT. Mi Santísima Mamá, unida a Mí, y su Corazón lacerado por el dolor, también exclamó con dolor: FIAT.

En ese instante, después de mi grito de alabanza y conformidad con la Divina Voluntad, expiré. Y mi Sagrada Cabeza se inclinó hacia mi Pecho. Mis Ojos quedaron cerrados y mi Boca entreabierta. Mis Miembros se dejaron venir

hacía abajo, solo se sostenían por los duros clavos.

Mi Santa Mamá, también murió conmigo de una manera Mística, así nuestros Dos Corazones sufrieron todas las muertes de todas las almas, muertes ocasionadas por el pecado.
Oración
Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús amado que, por amor mío, agonizaste en la Cruz, y que, en cumplimiento de tan grande sacrificio, aceptaste la Voluntad Divina del Eterno Padre Misericordioso al encomendar en sus Manos tu Espíritu, para enseguida inclinar tu Sagrada Cabeza y morir. Ten piedad de todos los fieles agonizantes y de mí, en aquella hora postrera. Y, por los Méritos de tu Preciosísima Sangre, otorgános en nuestra agonía una perfecta conformidad a tu Divina Voluntad, a fin de que, como apóstoles de tu Sagrado Corazón Agonizante, estemos dispuestos a vivir o a morir según sea tu Querer Divino; y que no suspiremos, para nada más que, por el perfecto cumplimiento en nosotros de tu Adorable Voluntad. Amén.

Padre Nuestro

Ave María de los Últimos Tiempos:

Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor está Contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y Bendito es el Fruto de tu Vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora de las almas, ruega por nosotros pecadores, y derrama el efecto de Gracia de tu Llama de Amor, de tu Doloroso e Inmaculado Corazón sobre toda la humanidad, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Jaculatoria
Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, perdónanos y salva al mundo, Amén.

Corazón Doloroso e Inmaculado de María, ruega por nosotros que nos refugiamos en Ti. Amén.
Oración
Oh Dios, que en la muerte dolorosísima de tu Hijo Divino haz constituido un ejemplo y un auxilio para la salvación del linaje humano: concédenos, te rogamos, que en el último momento de nuestra pascua, merezcamos alcanzar el efecto de tan grande caridad y entrar en la gloria del Redentor. Por el mismo Jesucristo Señor nuestro.

Mamá Santísima de los Dolores, por el intenso martirio que sufriste al pie de la Cruz, durante las tres horas de agonía del Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, dígnate, en nuestra agonía, asistirnos a todos los que somos hijos de tu Doloroso Corazón, a fin de que con tu intercesión como nuestra Corredentora, podamos pasar del lecho de muerte a ser tu Corona de apóstoles de los Últimos Tiempos en el santo Paraíso. Amén.

OFRECIMIENTO DE LA PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO AL ETERNO PADRE

Dios Padre Tierno y Misericordioso, nos unimos a la Iglesia Triunfante, Purgante y Militante para ofrecerte, en Divina Voluntad, por medio del Doloroso e Inmaculado Corazón de María, en unión del Espíritu Santo, la Dolorosa Pasión Redentora de nuestro Señor Jesucristo que, por Amor nuestro y nuestra Salvación Eterna, quiso padecer en reparación y expiación de nuestros pecados y de la humanidad pasada, presente y futura.

De manera especial amadísimo Padre Nuestro, queremos implorarte: por las almas estancadas en el pecado y los vicios, por las almas que están en peligro de condenarse, por la liberación de las almas del Purgatorio, por las almas que en este instante están en su Juicio Particular, por la Santa Iglesia Católica, el Santo Padre y todos los Consagrados, por la destrucción del mal que aún existe en los corazones humanos, por la destrucción de los planes y del reino de satanás, para que el mundo entero reconozca al Corazón Eucarístico de Jesús, como único Dios, Señor y modelo a seguir.

Dios Padre Tierno y Misericordioso, que, en tu Santo Querer, mis oraciones lleguen hasta Ti, por medio del Corazón Doloroso e Inmaculado de mi Mamá Celestial y sea recibido mi clamor, como si toda la humanidad estuviese orando. Así, mi oración humilde, sea expansiva a todos mis hermanos y hermanas y el rocío del Nuevo Pentecostés sea derramado en todos los corazones, y vivir los Frutos de tu Reino Eucarístico que son el Amor y la Misericordia. Amén.
Tres veces oramos:
Que tus Lágrimas de Sangre ¡oh Madre Dolorosa! destruyan el reino del infierno. Por tu Divina Mansedumbre ¡oh encadenado Jesús! guarda al mundo de los horrores amenazantes.

Padre Nuestro, Ave María de los Últimos Tiempos, por las Intenciones del Santo Padre y las necesidades de la Iglesia y del Apostolado.
Jaculatoria Final
Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús
Doloroso e Inmaculado Corazón de María
Casto y Amante Corazón de San José
Triunfen y Reinen
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.