Hora 13

21 de junio de 2018

Oración preparatoria para la Meditación de la Hora de Reparación

Jesús, amor mío, soy tu pobre nada. Mi Jesús, soy nada y además pobre, por eso necesito de tu Santo Espíritu que, unido al Doloroso e Inmaculado Corazón de la Mamá Celestial, llenen mi pequeño corazón de Amor Santo y Fuego Divino para enfervorizar mi ser tan frío e indiferente al Amor de Dios.

Jesús, mi Esposo Celestial, al comenzar mi meditación reparadora, prepara mi espíritu para recibir la Luz Divina que me conceda conocer y grabar en mi corazón los Misterios de tu Amor Infinito, Amor que entregaste a una Cruz para que yo te amara, Amor que expiró su último aliento para que yo tuviera vida.

Jesús, Mamá Celestial, tomo los méritos de cada Hora de Meditación Reparadora y los hago vida, que multiplicándose en mí den luz a todos los corazones, y haciendose vida en mi pobre vida me preparen a mí y a todos para el Triunfo del Doloroso e Inmaculado Corazón de María y del Reinado del Espíritu Santo. Amén.

21 de junio de 2018

Al terminar la Meditación Reparadora, se realiza La Dulce Cadena del Amor Divino

21 de junio de 2018 Oración preparatoria para la Meditación de la Hora de Reparación

19 de enero de 2021 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL SAGRADO CORAZÓN EUCARÍSTICO DE JESÚS

Décima Tercera Hora de Meditación Reparadora
¨Las Bodas de Caná¨
Querido hijo de mi Sagrado Corazón Eucarístico, cuando terminé mi Cuaresma en el desierto, tiempo en el cual, el Espíritu Divino preparaba mi Alma por medio de la oración y del ayuno, para iniciar mi Misión Redentora; así como el Padre dispuso que su Hijo naciera de la Inmaculada, recibiera el Bautismo de Juan, el Precursor; también quería el Padre que me preparara para mi Ministerio.

Regresé a Nazaret a casa de mi Madre. Abrazándome fuertemente, como un Niño, me estrechó a su Corazón Maternal y me hizo sentir su Amor Inmaculado, dándome consuelo y reparo, porque mi Santa Mamá es la Primera Discípula Reparadora y Consoladora de mi Sagrado Corazón Eucarístico.

Mi Santa Mamá me dijo que habíamos sido invitados a una boda, en Caná de Galilea. A la boda asistí con mi Santa Mamá y con mis discípulos, porque cuando bajé del desierto los encontré en Cafarnaúm y me siguieron a Nazaret (San Mateo 4, 18).

La boda era de dos parientes de mi Madre. Llegamos a aquella casa y saludamos a todos con la paz. En el último día de aquella celebración, mi Madre fue avisada por los familiares que el vino se había acabado. Mi Madre tomando como suya aquella preocupación, se acercó a Mí y sabiendo que su pedido adelantaría mi Ministerio, me hizo saber que no tenían vino. Y le dije: ¨Mujer, pero esto a nosotros no nos corresponde¨ y mi Madre toda ternura adelantó mi Misión, y dijo a los encargados: ¨hagan lo que mi Hijo, les diga¨. Les dije a los sirvientes que llenaran las tinajas de agua, y que me las trajeran. Pedí a todos los que estaban en aquella antesala que salieran y oré al Padre, el cuál concedió, no solo el milagro, sino que confirmó la inspiración de Divina Voluntad de mi Madre que adelantó con su Mediación, mi Ministerio.

En Caná inicia mi Ministerio Redentor impulsado por María la Corredentora.
Elevación del alma
Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, te adoro y te amo en el inicio de tu Misión Redentora, inicio impulsado por María, la Corredentora en tu Misión.

Tomo el Corazón de mi Mamá Reina con sus latidos y súplicas, así como latía en Caná al decirte no tienen vino, ese Corazón Suplicante de mi Santa Mamá, lo tomo y lo uno al mío y te lo ofrezco.

Tomo la Divinidad y la Divina Voluntad operante en el agua transformada en vino, y tomo en mí, tus Súplicas al Padre Misericordioso.

Hago mío tus actos, movimientos, pasos, cansancio y tu Cuaresma en el desierto; y junto a Ti, abrazados en el Fiat Divino que Nuestra Mamá enseño a san José, a Ti y ahora me enseña a mi, nos ofrecemos en oblación al Padre Tierno y Misericordioso, por la venida del Reino Eucarístico. Amén. Fiat.