Corona a la Divina Providencia

La Divina Providencia

Afirmación bíblica ligada a la obra de la creación sobre la Divina Providencia.

Dios, al crear, llamó de la nada a la existencia todo lo que ha comenzado a ser fuera de Él. Pero el acto creador de Dios no se agota aquí. Lo que surgió de la nada volvería a la nada, si fuese dejado a sí mismo y no fuera, en cambio, conservado por el Creador en la existencia. En realidad, Dios, habiendo creado el cosmos una vez, continúa creándolo, manteniéndolo en la existencia. La conservación es una creación continua (Conservatio est continua creatio).

La verdad de la Providencia Divina está presente en toda la Revelación. Más aún, se puede decir que impregna toda la Revelación, lo mismo que la verdad de la creación. Constituye con ella el primer y principal punto de referencia en todo lo que Dios «muchas veces y de diversas maneras» quiso decir a los hombres «por medio de los Profetas, y últimamente… por medio de su Hijo» (Heb 1, 1). Así, pues, hay que releer esta verdad tanto en los textos de la Revelación donde se habla de ella directamente, como allí donde la Sagrada Escritura da testimonio de ella de modo indirecto.

La fe en la Providencia Divina, como se ve, está íntimamente vinculada con la concepción basilar de la existencia humana, es decir, con el sentido de la vida del hombre. El hombre puede afrontar su existencia de modo esencialmente diverso, cuando tiene la certeza de no estar bajo el dominio de un ciego destino (fatum), sino que depende de Alguien que es su Creador y Padre. Por esto, la fe en la Divina Providencia inscrita en las primeras palabras del Símbolo Apostólico: «Creo en Dios Padre todopoderoso», libera a la existencia humana de las diversas formas del pensamiento fatalista.

Siguiendo las huellas de la constante tradición de la enseñanza de la Iglesia y en particular del Concilio Vaticano I, también del Concilio Vaticano II habla muchas veces de la Divina Providencia. De los textos de sus Constituciones se deduce que Dios es el que «cuida de todos con paterna solicitud» (Gaudium et spes 24), y en particular «del género humano» (Dei Verbum 3). Manifestación de esta solicitud es también la «ley divina, eterna, objetiva y universal, por la que Dios ordena, dirige y gobierna el mundo universo y los caminos de la comunidad humana según el designio de su sabiduría y de su amor» (Dignitatis humanae 3).

«El hombre… no existe efectivamente sino por amor de Dios, que lo creó y por el amor de Dios, que lo conserva. Y sólo se puede decir que vive en la plenitud de la verdad cuando reconoce libremente ese amor y se confía por entero a su Creador» (Gaudium et spes 19).

Corona a la Divina Providencia

Como una bella tradición que hemos recibido de la tradición católica, los católicos hacemos una oración a la Divina Providencia al iniciar cada mes para agradecerle a Dios todo lo que nos da como nuestro Padre bueno. Y en ella también le pedimos humildemente que durante el mes no nos falte lo necesario.

El día primero de cada mes, es un momento que puedes dedicar para pedir que tus necesidades y las de tus seres queridos sean cubiertas, y que nada les falte.

De acuerdo con la tradición, en ese día también vamos a la Iglesia, participamos en la Santa Misa, ofreciéndola a la Divina Providencia, oramos ante la imagen de la Santísima Trinidad y realizamos una ofrenda a la Iglesia.

Esta Corona a la Divina Providencia, puede orarse los días 1 de cada mes.

Corona a la Divina Providencia

¡Ave María Purísima, sin pecado original concebida!

Por la señal de la Santa Cruz

de nuestros enemigos

líbranos, Señor, Dios nuestro.

† En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Abre Señor mis labios y mi boca proclamará tus alabanzas.

Ven ¡Oh, Dios! en mi ayuda. Señor, date prisa en socorrerme.

Acto de Contrición

Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Tú quién eres y porque te amo sobre todas las cosas, me arrepiento de todo corazón de todo lo malo que he hecho y de todo lo bueno que he dejado de hacer, porque pecando te he ofendido a Ti, que eres el Sumo Bien y digno de ser amado sobre todas las cosas.

Ofrezco mi vida, obras y trabajos en satisfacción de mis pecados. Propongo firmemente, con la ayuda de tu gracia, hacer penitencia, no volver a pecar y huir de las ocasiones de pecado. Señor, por los méritos de tu Pasión y Muerte, con los cuales Tú expiaste por mis pecados, ofreciendo un dolor tan grande e intenso que te hizo sudar Sangre, apiádate de mí. 

Madre mía del Cielo, alcánzame de Jesús este suspirado perdón. Amén.

Oración de Invocación al Espíritu Santo (dictada el 28 de octubre del 2014)

Ven, mi Dios Espíritu Santo, a través de la poderosa intercesión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María, tu amadísima Esposa.

Ven, mi Dios Espíritu Santo, a través de la poderosa intercesión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María, tu amadísima Esposa. 

Ven, mi Dios Espíritu Santo, a través de la poderosa intercesión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María, tu amadísima Esposa. 

Oración

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el Fuego de tu Amor.    

V/. Envía tu Espíritu y todo será creado. R/. Y renovarás la faz de la tierra. 

Oración

¡Oh, Dios! que iluminaste los corazones de tus hijos con la Luz del Espíritu Santo, haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo, por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oración al Divino Espíritu Santo (dictada el 15 de agosto del 2014)

Divino Esposo de María Santísima, mi Dios y Señor Espíritu Santo, enciende en cada alma el Fuego de un Nuevo Pentecostés, para que nos consagres como apóstoles del Corazón Doloroso e Inmaculado de María y apóstoles de los Últimos Tiempos, protege con tu sombra a la Iglesia católica, salva a las almas del mundo y realiza el reino Inflamado de amor de los Corazones Unidos de Jesús y María. Amén.

Credo de los Apóstoles

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la Vida Eterna. Amén.

En honor a la Divina Providencia de Dios Padre Tierno y Misericordioso

Padre Nuestro

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras deudas, como nosotros perdonamos a nuestros deudores; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del maligno. Amén.

Ave María de los Últimos Tiempos

Dios te salve, María, llena eres de Gracia, el Señor está contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el Fruto de tu Vientre, Jesús. 

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora de las almas, ruega por nosotros pecadores, y derrama el efecto de Gracia de tu Llama de Amor, de tu Doloroso e Inmaculado Corazón, sobre toda la humanidad, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Oración a la Divina Providencia

Divina Providencia de Dios Padre Tierno y Misericordioso, concédeme tu Clemencia y tu infinita Bondad, arrodillado frente a Ti, Padre Providente, imploro tu Caridad portentosa, con humildad y confianza de un alma pequeña, abandonada con confianza al Amor Providente de su Padre Tierno y Misericordioso.

Te pido Padre Tierno y Misericordioso, para mis prójimos, familia y para mí: casa, vestido y sustento.

Concédenos salud y llévanos por el camino de la Santidad Divina, que sea siempre la virtud la que guíe nuestro peregrinar hacia la Pascua Celestial.

Divina Providencia de Dios Padre Tierno y Misericordioso eres toda mi esperanza, eres el consuelo mío, en Ti creo, en Ti espero y en Ti confío.

Padre Tierno y Misericordioso que Tu Divina Providencia se extienda en cada momento, para que nunca nos falte fe, esperanza, caridad, salud, casa, vestido y sustento, ni los santos Sacramentos en el último momento, por intercesión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María y del Casto y Amante Corazón de San José. Amén.

Utilizando un Rosario Común de cinco misterios:

Primer Misterio

En la Cuenta Grande:

Te adoramos Preciosa Sangre de piedad, amor y caridad. Por los méritos infinitos del Costado y el Sagrado Corazón Eucarístico abiertos de Nuestro Señor Jesucristo, socórrenos en esta necesidad. Amén.

Diez veces:

Providencia de Dios, ayúdanos.

Corazón Doloroso e Inmaculado de María, y, Casto y Amante Corazón de San José, protéjannos. Amén.

Gloria:

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Jaculatorias:

Providencia Divina: Amparo mío. Providencia Divina: Mi único auxilio. Providencia Divina: En Ti confío.

Providencia Divina: Solo a Ti pido.

Providencia Divina: Vela por nosotros, con Jesús, María y José. Amén.

Glorioso Patriarca San Joaquín y bondadosísima Santa Ana, escogidos entre todos los santos de Dios para enriquecer al mundo con la Inmaculada Madre de Dios, María Santísima, rueguen por nosotros. Amén.

Tres veces:

Dios Padre Tierno y Misericordioso, tu Divina Providencia todo lo gobierna, y de todas nuestras tribulaciones nos salvas. Amén.

Utilizando un Rosario Común de cinco misterios:

Segundo Misterio

En la Cuenta Grande:

Te adoramos Preciosa Sangre de piedad, amor y caridad. Por los méritos infinitos del Costado y el Sagrado Corazón Eucarístico abiertos de Nuestro Señor Jesucristo, socórrenos en esta necesidad. Amén.

Diez veces:

Providencia de Dios, ayúdanos.

Corazón Doloroso e Inmaculado de María, y, Casto y Amante Corazón de San José, protéjannos. Amén.

Gloria:

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Jaculatorias:

Providencia Divina: Amparo mío. Providencia Divina: Mi único auxilio. Providencia Divina: En Ti confío.

Providencia Divina: Solo a Ti pido.

Providencia Divina: Vela por nosotros, con Jesús, María y José. Amén.

Glorioso Patriarca San Joaquín y bondadosísima Santa Ana, escogidos entre todos los santos de Dios para enriquecer al mundo con la Inmaculada Madre de Dios, María Santísima, rueguen por nosotros. Amén.

Tres veces:

Dios Padre Tierno y Misericordioso, tu Divina Providencia todo lo gobierna, y de todas nuestras tribulaciones nos salvas. Amén.

Utilizando un Rosario Común de cinco misterios:

Tercer Misterio

En la Cuenta Grande:

Te adoramos Preciosa Sangre de piedad, amor y caridad. Por los méritos infinitos del Costado y el Sagrado Corazón Eucarístico abiertos de Nuestro Señor Jesucristo, socórrenos en esta necesidad. Amén.

Diez veces:

Providencia de Dios, ayúdanos.

Corazón Doloroso e Inmaculado de María, y, Casto y Amante Corazón de San José, protéjannos. Amén.

Gloria:

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Jaculatorias:

Providencia Divina: Amparo mío. Providencia Divina: Mi único auxilio. Providencia Divina: En Ti confío.

Providencia Divina: Solo a Ti pido.

Providencia Divina: Vela por nosotros, con Jesús, María y José. Amén.

Glorioso Patriarca San Joaquín y bondadosísima Santa Ana, escogidos entre todos los santos de Dios para enriquecer al mundo con la Inmaculada Madre de Dios, María Santísima, rueguen por nosotros. Amén.

Tres veces:

Dios Padre Tierno y Misericordioso, tu Divina Providencia todo lo gobierna, y de todas nuestras tribulaciones nos salvas. Amén.

Utilizando un Rosario Común de cinco misterios:

Cuarto Misterio

En la Cuenta Grande:

Te adoramos Preciosa Sangre de piedad, amor y caridad. Por los méritos infinitos del Costado y el Sagrado Corazón Eucarístico abiertos de Nuestro Señor Jesucristo, socórrenos en esta necesidad. Amén.

Diez veces:

Providencia de Dios, ayúdanos.

Corazón Doloroso e Inmaculado de María, y, Casto y Amante Corazón de San José, protéjannos. Amén.

Gloria:

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Jaculatorias:

Providencia Divina: Amparo mío. Providencia Divina: Mi único auxilio. Providencia Divina: En Ti confío.

Providencia Divina: Solo a Ti pido.

Providencia Divina: Vela por nosotros, con Jesús, María y José. Amén.

Glorioso Patriarca San Joaquín y bondadosísima Santa Ana, escogidos entre todos los santos de Dios para enriquecer al mundo con la Inmaculada Madre de Dios, María Santísima, rueguen por nosotros. Amén.

Tres veces:

Dios Padre Tierno y Misericordioso, tu Divina Providencia todo lo gobierna, y de todas nuestras tribulaciones nos salvas. Amén.

Utilizando un Rosario Común de cinco misterios:

Quinto Misterio

En la Cuenta Grande:

Te adoramos Preciosa Sangre de piedad, amor y caridad. Por los méritos infinitos del Costado y el Sagrado Corazón Eucarístico abiertos de Nuestro Señor Jesucristo, socórrenos en esta necesidad. Amén.

Diez veces:

Providencia de Dios, ayúdanos.

Corazón Doloroso e Inmaculado de María, y, Casto y Amante Corazón de San José, protéjannos. Amén.

Gloria:

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Jaculatorias:

Providencia Divina: Amparo mío. Providencia Divina: Mi único auxilio. Providencia Divina: En Ti confío.

Providencia Divina: Solo a Ti pido.

Providencia Divina: Vela por nosotros, con Jesús, María y José. Amén.

Glorioso Patriarca San Joaquín y bondadosísima Santa Ana, escogidos entre todos los santos de Dios para enriquecer al mundo con la Inmaculada Madre de Dios, María Santísima, rueguen por nosotros. Amén.

Tres veces:

Dios Padre Tierno y Misericordioso, tu Divina Providencia todo lo gobierna, y de todas nuestras tribulaciones nos salvas. Amén.

LETANÍAS A LA DIVINA PROVIDENCIA

Señor, ten piedad de nosotros. R. se repite

Jesucristo, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.

Jesucristo, óyenos. R. se repite

Jesucristo, escúchanos.

Dios Padre Tierno y Misericordioso, cuya Divina Providencia todo lo gobierna, ten piedad de nosotros.
Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, Redentor del mundo,
Dios Espíritu Santo, aliento de los que languidecen,
Un sólo Dios, Trinidad Santa, providencia invariable,

Divina Providencia, creadora y gobernadora de todas las cosas, apiádate de nosotros.
Divina Providencia, obradora de grandes maravillas,
Divina Providencia, sumamente buena e inmensa,
Divina Providencia, por la que vivimos, nos movemos y existimos,
Divina Providencia, única esperanza y salud nuestra,
Divina Providencia, fuente de todos los bienes,
Divina Providencia, a quien nada le es imposible,
Divina Providencia, protectora de los desamparados,
Divina Providencia, que no nos abandonas jamás,
Divina Providencia, fortaleza de los débiles,
Divina Providencia, amparo nuestro,
Divina Providencia, reparadora de las injusticias, vida y protección nuestra,
Divina Providencia, de donde emana todo consuelo,
Divina Providencia, protección de los huérfanos,
Divina Providencia, auxilio de los necesitados,
Divina Providencia, piloto de los navegantes,
Divina Providencia, escudo invencible,
Divina Providencia, Espíritu de vida,
Divina Providencia, pan de los hambrientos,
Divina Providencia, para quien nada hay oculto,
Divina Providencia, dadora de todas las cosas,
Divina Providencia, muy suficiente consoladora,
Divina Providencia, defensora de los desvalidos,
Divina Providencia, que calmas todas las angustias,
Divina Providencia, que no desoyes nunca a los que en Ti confían,
Divina Providencia, misericordia infinita,

-De todo mal, líbranos Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús.
-De todo pecado,
-De tu ira,
-De la peste, el hambre y la guerra,
-Del rayo y de la tempestad,
-Del granizo, de la lluvia y de la sequía destructores,
-De la pérdida de las cosechas y de la carestía,
-De toda desconfianza en tu Divina Providencia,
-De la murmuración y quejas contra tus Santas Disposiciones,
-Del desánimo y la impaciencia,
-De la excesiva preocupación de las cosas temporales,
-Del abuso de tus gracias y beneficios,
-De la insensibilidad para con el prójimo,
-De la indiferencia a tu Amor Divino,
-En el día del juicio,

-Que siempre confiemos en tu Divina Providencia, óyenos Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús.
-Que no seamos arrogantes en la buena fortuna, ni desalentados en la calamidad,
-Que nos sometamos filialmente a todas tus disposiciones,
-Que alabemos tu Nombre cuando quieras darnos algo o cuando quieras quitárnoslo,
-Que nos des lo necesario para la conservación de nuestra vida,
-Que te dignes bendecir nuestros esfuerzos y trabajos,
-Que te dignes darnos fortaleza y paciencia en todas las adversidades,
-Que te dignes conducirnos por la tribulación a la enmienda y a la conversión,
-Que te dignes concedernos la alegría eterna por los padecimientos temporales,

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de nosotros, Señor.

Oración

Dios Padre Tierno y Misericordioso, que nos has concedido a tus siervos el don de conocer la gloria de la Eterna Trinidad en la confesión de la verdadera fe, y la de adorar la unidad en el poder de tu Majestad; te rogamos que por la firmeza de esta misma fe, nos libres siempre de todas las adversidades. Por el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

ORACIÓN A LA DIVINA PROVIDENCIA

Beata Isabel de Francia

¿Que me sucederá hoy, Dios mío? Lo ignoro. Lo único que sé es que nada me sucederá que no lo hayas previsto, regulado y ordenado desde la eternidad. ¡Me basta esto, Dios mío, me basta esto! Adoro tus eternos e imperecederos designios; me someto a ellos con toda mi alma por amor a Ti. Lo quiero todo, lo acepto todo, quiero hacer de todo un sacrificio por amor. Uno este sacrificio mío, al perfecto Sacrificio de Jesús, mi Salvador, y te pido en su Dulce Nombre y por sus Méritos Infinitos la paciencia en mis penas y una perfecta resignación a la Divina Voluntad. Amén.

Oración de abandono de San Carlos de Foucauld

Padre mío, me abandono a Ti. Haz de mí lo que quieras, lo que hagas de mí te lo agradezco, estoy dispuesto a todo, lo acepto todo. Con tal que tu Divina Voluntad se haga en mí y en todas tus criaturas, no deseo nada más, Dios mío.

Pongo mi vida en tus manos. Te la doy, Dios mío, con todo el amor de mi corazón, porque te amo, y porque para mí, amarte es darme, entregarme en tus Manos sin medida, con infinita confianza, porque Tú eres mi Padre. Amén.

Jaculatoria Final

Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús
Doloroso e Inmaculado Corazón de María
Casto y Amante Corazón de San José
Triunfen y Reinen.
Amén.

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.