Cenáculo De Oración De Los Sagrados Corazones Unidos De Jesús Y De María
Misterios Gozosos
¡Ave María Purísima, sin pecado original concebida!
Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos
líbranos Señor, Dios Nuestro
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Abre Señor mis labios y mi boca proclamará tus alabanzas.
Ven ¡Oh, Dios! en mi ayuda. Señor, date prisa en socorrerme.
Oración al Corazón Doloroso e Inmaculado de María
Doloroso e Inmaculado Corazón de María, habitación pura y santa, cobijad mi alma con vuestra maternal protección. Por este medio, permaneceré fiel a la Voz de Jesús y mi alma podrá corresponder a su amor, y obedecer su Divina Voluntad.
¡Oh, Madre mía!, mi deseo es mantener ante mi vista, sin cesar, vuestra participación de Corredentora. Con este recuerdo viviré íntimamente unido a vuestro Corazón Doloroso e Inmaculado, que siempre permanece totalmente unido al Sagrado Corazón Eucarístico de vuestro Divino Hijo.
Por los méritos de vuestras virtudes y angustias, clavadme a este Divino Corazón, protegedme ahora y siempre. Amén.
Oración de Invocación al Espíritu Santo (dictada el 28 de octubre de 2014)
Ven, mi Dios Espíritu Santo, a través de la poderosa intercesión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María, tu Amadísima Esposa.
Ven, mi Dios Espíritu Santo, a través de la poderosa intercesión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María, tu Amadísima Esposa.
Oración
V/. Envía tu Espíritu y todo será creado.
R/. Y renovarás la faz de la tierra.
Oración
Oración al Divino Espíritu Santo (dictada el 15 de agosto de 2014)
Acto de contrición
Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre Verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Tú quién eres y porque te amo sobre todas las cosas, me arrepiento de todo corazón de todo lo malo que he hecho y de todo lo bueno que he dejado de hacer, porque pecando te he ofendido a Ti, que eres el Sumo Bien y digno de ser amado sobre todas las cosas.
Ofrezco mi vida, obras y trabajos en satisfacción de mis pecados. Propongo firmemente, con la ayuda de tu Gracia, hacer penitencia, no volver a pecar y huir de las ocasiones de pecado. Señor, por los méritos de tu Pasión y Muerte, con los cuales Tú expiaste por mis pecados, ofreciendo un dolor tan grande e intenso que te hizo sudar sangre, apiádate de mí.
Madre mía del Cielo, alcánzame de Jesús este suspirado perdón. Amén.
Oración al Arcángel San Miguel
Oración al Ángel Custodio
Envía, Señor, a los Ángeles Custodios de nuestras almas y rocíanos a nosotros con tu Preciosa Sangre. Así mismo, ¡Oh, Dios Misericordioso! te rogamos bendigas este Cenáculo de Oración de Jesús y de María, a cada uno de los que aquí oran y aquellos que se encomiendan a nuestras humildes súplicas, y que tus Santos Arcángeles, San Miguel, San Gabriel y San Rafael, nos acompañen. Amén.
María Reina de los Ángeles, ruega por nosotros.
San José, Terror de los demonios, padre adoptivo del Sagrado Corazón de Jesús, ruega por nosotros.
Santos Ángeles del Señor, rueguen por nosotros.
Oración para pedir el Triunfo del Corazón Doloroso e Inmaculado de María (dictada el 5 de octubre de 2014)
Corazón Doloroso e Inmaculado de María, os pido ardientemente, con el amor a tu Hijo, Jesús Eucaristía, que venga el Reino Eucarístico de Jesús, y venga tu pronto Triunfo. Nosotros, Madre, queremos ayudarte a hacer viva tu Promesa: al final mi Corazón Doloroso e Inmaculado triunfará. Amén.
Oración para pedir Gracias al Corazón Doloroso e Inmaculado de María (dictada el 21 de octubre de 2014)
Querida y Santa Madre, que las gracias que traes para tus hijos se derramen en cada uno de nuestros corazones, y así cumplamos la misión que el Eterno Padre nos ha encomendado. Te pedimos, Madre, por las almas que aún no han escuchado tus Llamados, para que también ellas sean redimidas. Aceptamos tu Amor Maternal en nuestras vidas. Te amamos, Madre, y en tu Doloroso e Inmaculado Corazón confiamos y nos refugiamos. Amén.
Oración a la Llama del Amor del Sagrado Corazón de Jesús (dictada el 16 de octubre de 2014)
Fuego de amor del Sagrado Corazón de Jesús, enciende mi alma en la Llama de la Caridad Perfecta, y con ese fuego encendido en mi alma, haz que adore y repare, y lleve el Triunfo del Sagrado Corazón de Jesús, obedeciendo su Divino Querer, viviendo el Evangelio y cargando la Cruz. Amén.
Nota explicativa: La siguiente oración, nuestro Señor Jesucristo la ha dictado, para que preparemos nuestra alma y corazón para escuchar sus Palabras. Esta Oración prepara nuestro interior para que su Palabra no suba de nuevo hasta el Trono de su Padre, sin dar fruto en nosotros. Así será mi Palabra, la que salga de mi boca, que no tornará a Mí de vacío, sin que haya realizado lo que me plugo y haya cumplido aquello a que la envié (Is 55, 11).
Oración que prepara nuestras almas para escuchar la Sagrada Escritura (dictada el 18 de diciembre de 2014)
¡Oh, Sagrado Corazón de Jesús! enciende mi corazón con el Fuego de la Caridad Perfecta. Que tu Espíritu Divino, dado a los hombres en Pentecostés, more en mí; haga en mi interior un espacio preparado con fervor, una tierra buena y fértil que reciba la Sagrada Semilla de tu Palabra, y dé su fruto a tiempo.
Querida Santa Madre de Dios y Madre Nuestra, ayúdame a guardar las Palabras de tu Divino Hijo Jesucristo en mi mente, alma y corazón, y no suba al Reino Celestial sin haber producido una abundante cosecha de amor, redención y paz que tanto necesita el mundo. En vuestros Dos Corazones Unidos me refugio eternamente. Amén.
Jaculatoria (dictada por Dios Padre el 21 de Julio de 2016)
Amado Padre, que el Reino de la Palabra de Dios, venga pronto a nuestros corazones. María, Reina del Reino de la Palabra de Dios, ruega por nosotros. Amén.
- Se lee el Evangelio del día que la Iglesia propone.
- Seguido se lee un Llamado de Amor y Conversión.
Peticiones
Ofrecemos este santo Rosario en desagravio, reparación y consuelo al Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús y al Corazón Doloroso e Inmaculado de María; por nuestros pecados y los del mundo entero; por nuestra salvación y conversión; por las Almas Benditas del Purgatorio; por el Santo Padre, obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, los fieles y la Iglesia extendida por todo el mundo; por los enfermos, las familias, desconsolados y tristes, madres embarazadas, niños no nacidos y niños abortados, la paz del mundo, conversión de los pecadores; por las intenciones de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús, María y José, y nuestras intenciones particulares. (En silencio cada uno confía a Jesús y a la Mamá Celestial sus intenciones).
Adoramos con Nuestra Mamá Celestial las Santas Llagas de Nuestro Señor Jesucristo
† En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Yo adoro las Llagas de tu Sagrada Cabeza, con dolor profundo y verdadero, permite que todos los pensamientos en este día sean actos de adoración a Ti.
† En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Yo adoro la Llaga de tu Sagrado Hombro, con dolor profundo y verdadero, permite que todos los trabajos, penas y enfermedades en este día sean actos de amor por Ti.
† En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Yo adoro las Llagas de tus Sagradas Manos, con dolor profundo y verdadero, permite que todo trabajo de mis manos en este día sea un acto de amor por Ti.
† En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Yo adoro las Llagas de tus Sagrados Pies, con dolor profundo y verdadero, permite que cada paso que dé en este día sea un acto de amor por Ti.
† En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Yo adoro la Llaga de tu Sagrado Costado y la Herida abierta de tu Sacratísimo Corazón, con dolor profundo y verdadero, permite que cada latido de mi corazón en este día sea un acto de amor por Ti.
Ofrecimiento del Santo Rosario
Me uno a todos los santos que están en el Cielo, a todos los justos que están en la tierra, a todas las almas fieles que se encuentran en este lugar. Me uno a Ti, Jesús mío, para alabar dignamente a tu Santísima Madre, y alabarte a Ti, en Ella y por Ella. Renuncio a todas las distracciones que me sobrevengan durante este Santo Rosario: quiero rezarlo con modestia, atención y devoción, como si fuera el último de mi vida. Te pedimos fe viva, firme esperanza y ardiente caridad. Amén.
Credo de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
Alzando en alto el Santo Rosario, oramos:
Con este Santo Rosario, Cadena de Salvación que atará al dragón (Ap 20, 1-3) nos unimos mi familia y yo. Intercedo por la Santa Iglesia católica, por el Santo Padre, obispos y sacerdotes. Con esta poderosa arma, ato a Satanás y sus secuaces, reparo por todos los pecados de la humanidad, y pido la paz y la conversión para el mundo entero, por el Doloroso e Inmaculado Corazón de María en la Divina Voluntad.
Adorado sea el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesucristo, con el Doloroso e Inmaculado Corazón de María, Nuestra Santa Madre, ¡sea por siempre adorado! Amén.
MISTERIOS GOZOSOS
Primer Misterio
1. La Anunciación del Arcángel Gabriel a la Virgen María
Entró el Ángel a su presencia y le dijo: ¡Alégrate, llena de Gracia, el Señor está contigo! (Lc 1, 28).
Te ofrecemos, Señor Jesús, esta primera decena en honor de tu Encarnación en el seno de María. Y te pedimos, por este Misterio, y por intercesión de nuestra Santísima Madre, humildad profunda. Amén.
Gracias del Misterio de la Encarnación, desciendan a nuestras almas. Amén.
Padre Nuestro
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras deudas, como nosotros perdonamos a nuestros deudores; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del maligno. Amén.
Antes de los diez Ave María:
¡Oh, María! como el Arcángel San Gabriel, también nosotros queremos saludarte † en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, en el nombre de todos los Ángeles y todos los hombres, y queremos pedirte que seas nuestra Madre, como eres Madre de Jesús en el Espíritu Santo. Amén.
Diez Ave María de los Últimos Tiempos:
Dios te salve, María, llena eres de Gracia, el Señor está contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el Fruto de tu Vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora de las almas, ruega por nosotros pecadores, y derrama el efecto de Gracia de tu Llama de Amor, de tu Doloroso e Inmaculado Corazón, sobre toda la humanidad, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Jaculatorias
Sagrado Corazón de Jesús, venga a nosotros tu Reino Eucarístico a través del Triunfo del Doloroso e Inmaculado Corazón de María, nuestra Madre en la Divina Voluntad, y el Triunfo de la Cruz en el Espíritu Santo, extendiendo la Llama de Amor Santo y Divino en todos los corazones. Amén.
Corazón Doloroso e Inmaculado de María, ruega por nosotros que nos refugiamos en Ti. Amén.
Casto y Amante Corazón de San José, Custodio de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María, y Protector de la Iglesia, ruega por nosotros que nos refugiamos en Ti. Amén.
¡Oh, Jesús mío! perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia. Amén.
Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Y te pido perdón, por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman. (3 veces).
Amén.
Sacratísimos Corazones Unidos de Jesús, María y José, triunfen en todos los corazones y venga el Reino Eucarístico de la Divina Voluntad. Les amo. Salven a las almas, salven a los consagrados, salven a las familias, salven al mundo entero. Amén.
Segundo Misterio
La Visita de María Santísima a santa Isabel
Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre. Isabel se llenó del Espíritu Santo, y exclamó en alta voz: ¡Bendita eres entre todas las mujeres! (Lc 1, 41-42).
Te ofrecemos, Señor Jesús, esta segunda decena en honor de la Visitación de tu Santísima Madre a su prima santa Isabel y de la santificación de san Juan Bautista. Y te pedimos, por este Misterio, y por intercesión de nuestra Santísima Madre, la caridad para con el prójimo. Amén.
Gracias del Misterio de la Visitación, desciendan a nuestras almas. Amén.
Padre Nuestro
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras deudas, como nosotros perdonamos a nuestros deudores; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del maligno. Amén.
Antes de los diez Ave María:
¡Oh, María! como el Arcángel San Gabriel, también nosotros queremos saludarte † en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, en el nombre de todos los Ángeles y todos los hombres, y queremos pedirte que seas nuestra Madre, como eres Madre de Jesús en el Espíritu Santo. Amén.
Diez Ave María de los Últimos Tiempos:
Dios te salve, María, llena eres de Gracia, el Señor está contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el Fruto de tu Vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora de las almas, ruega por nosotros pecadores, y derrama el efecto de Gracia de tu Llama de Amor, de tu Doloroso e Inmaculado Corazón, sobre toda la humanidad, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Jaculatorias
Sagrado Corazón de Jesús, venga a nosotros tu Reino Eucarístico a través del Triunfo del Doloroso e Inmaculado Corazón de María, nuestra Madre en la Divina Voluntad, y el Triunfo de la Cruz en el Espíritu Santo, extendiendo la Llama de Amor Santo y Divino en todos los corazones. Amén.
Corazón Doloroso e Inmaculado de María, ruega por nosotros que nos refugiamos en Ti. Amén.
Casto y Amante Corazón de San José, Custodio de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María, y Protector de la Iglesia, ruega por nosotros que nos refugiamos en Ti. Amén.
¡Oh, Jesús mío! perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia. Amén.
Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Y te pido perdón, por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman. (3 veces).
Amén.
Sacratísimos Corazones Unidos de Jesús, María y José, triunfen en todos los corazones y venga el Reino Eucarístico de la Divina Voluntad. Les amo. Salven a las almas, salven a los consagrados, salven a las familias, salven al mundo entero. Amén.
Tercer Misterio
El Nacimiento de Jesús en la gruta de Belén
Dio a luz a su Primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre (Lc 2, 7).
Te ofrecemos, Señor Jesús, esta tercera decena en honor de tu Nacimiento en el establo de Belén. Y te pedimos, por este Misterio, y por intercesión de nuestra Santísima Madre, el desapego de los bienes de este mundo, el menosprecio de las riquezas y el amor a la pobreza. Amén.
Gracias del Misterio del Nacimiento de Jesús, desciendan a nuestras almas. Amén.
Padre Nuestro
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras deudas, como nosotros perdonamos a nuestros deudores; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del maligno. Amén.
Antes de los diez Ave María:
¡Oh, María! como el Arcángel San Gabriel, también nosotros queremos saludarte † en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, en el nombre de todos los Ángeles y todos los hombres, y queremos pedirte que seas nuestra Madre, como eres Madre de Jesús en el Espíritu Santo. Amén.
Diez Ave María de los Últimos Tiempos:
Dios te salve, María, llena eres de Gracia, el Señor está contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el Fruto de tu Vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora de las almas, ruega por nosotros pecadores, y derrama el efecto de Gracia de tu Llama de Amor, de tu Doloroso e Inmaculado Corazón, sobre toda la humanidad, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Jaculatorias
Sagrado Corazón de Jesús, venga a nosotros tu Reino Eucarístico a través del Triunfo del Doloroso e Inmaculado Corazón de María, nuestra Madre en la Divina Voluntad, y el Triunfo de la Cruz en el Espíritu Santo, extendiendo la Llama de Amor Santo y Divino en todos los corazones. Amén.
Corazón Doloroso e Inmaculado de María, ruega por nosotros que nos refugiamos en Ti. Amén.
Casto y Amante Corazón de San José, Custodio de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María, y Protector de la Iglesia, ruega por nosotros que nos refugiamos en Ti. Amén.
¡Oh, Jesús mío! perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia. Amén.
Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Y te pido perdón, por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman. (3 veces).
Amén.
Sacratísimos Corazones Unidos de Jesús, María y José, triunfen en todos los corazones y venga el Reino Eucarístico de la Divina Voluntad. Les amo. Salven a las almas, salven a los consagrados, salven a las familias, salven al mundo entero. Amén.
Cuarto Misterio
Jesús es presentado en el Templo
Llevaron al Niño a Jerusalén para presentárselo al Señor (Lc 2, 22).
Te ofrecemos, Señor Jesús, esta cuarta decena en honor de tu Presentación en el Templo y de la Purificación de María. Y te pedimos, por este Misterio, y por intercesión de nuestra Santísima Madre, gran pureza de cuerpo y alma. Amén.
Gracias del Misterio de la Purificación, desciendan a nuestras almas. Amén.
Padre Nuestro
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras deudas, como nosotros perdonamos a nuestros deudores; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del maligno. Amén.
Antes de los diez Ave María:
¡Oh, María! como el Arcángel San Gabriel, también nosotros queremos saludarte † en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, en el nombre de todos los Ángeles y todos los hombres, y queremos pedirte que seas nuestra Madre, como eres Madre de Jesús en el Espíritu Santo. Amén.
Diez Ave María de los Últimos Tiempos:
Dios te salve, María, llena eres de Gracia, el Señor está contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el Fruto de tu Vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora de las almas, ruega por nosotros pecadores, y derrama el efecto de Gracia de tu Llama de Amor, de tu Doloroso e Inmaculado Corazón, sobre toda la humanidad, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Jaculatorias
Sagrado Corazón de Jesús, venga a nosotros tu Reino Eucarístico a través del Triunfo del Doloroso e Inmaculado Corazón de María, nuestra Madre en la Divina Voluntad, y el Triunfo de la Cruz en el Espíritu Santo, extendiendo la Llama de Amor Santo y Divino en todos los corazones. Amén.
Corazón Doloroso e Inmaculado de María, ruega por nosotros que nos refugiamos en Ti. Amén.
Casto y Amante Corazón de San José, Custodio de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María, y Protector de la Iglesia, ruega por nosotros que nos refugiamos en Ti. Amén.
¡Oh, Jesús mío! perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia. Amén.
Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Y te pido perdón, por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman. (3 veces).
Amén.
Sacratísimos Corazones Unidos de Jesús, María y José, triunfen en todos los corazones y venga el Reino Eucarístico de la Divina Voluntad. Les amo. Salven a las almas, salven a los consagrados, salven a las familias, salven al mundo entero. Amén.
Quinto Misterio
El Hallazgo de Jesús en el Templo
Después de tres días lo encontraron en el Templo, sentado en medio de los maestros de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas (Lc 2, 46).
Te ofrecemos, Señor Jesús, esta quinta decena en honor de haberte encontrado María. Y te pedimos, por este Misterio, y por intercesión de nuestra Santísima Madre, la verdadera sabiduría. Amén.
Gracias del Misterio del Hallazgo de Jesús, desciendan a nuestras almas. Amén.
Padre Nuestro
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras deudas, como nosotros perdonamos a nuestros deudores; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del maligno. Amén.
Antes de los diez Ave María:
¡Oh, María! como el Arcángel San Gabriel, también nosotros queremos saludarte † en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, en el nombre de todos los Ángeles y todos los hombres, y queremos pedirte que seas nuestra Madre, como eres Madre de Jesús en el Espíritu Santo. Amén.
Diez Ave María de los Últimos Tiempos:
Dios te salve, María, llena eres de Gracia, el Señor está contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el Fruto de tu Vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora de las almas, ruega por nosotros pecadores, y derrama el efecto de Gracia de tu Llama de Amor, de tu Doloroso e Inmaculado Corazón, sobre toda la humanidad, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Jaculatorias
Sagrado Corazón de Jesús, venga a nosotros tu Reino Eucarístico a través del Triunfo del Doloroso e Inmaculado Corazón de María, nuestra Madre en la Divina Voluntad, y el Triunfo de la Cruz en el Espíritu Santo, extendiendo la Llama de Amor Santo y Divino en todos los corazones. Amén.
Corazón Doloroso e Inmaculado de María, ruega por nosotros que nos refugiamos en Ti. Amén.
Casto y Amante Corazón de San José, Custodio de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María, y Protector de la Iglesia, ruega por nosotros que nos refugiamos en Ti. Amén.
¡Oh, Jesús mío! perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia. Amén.
Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Y te pido perdón, por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman. (3 veces).
Amén.
Sacratísimos Corazones Unidos de Jesús, María y José, triunfen en todos los corazones y venga el Reino Eucarístico de la Divina Voluntad. Les amo. Salven a las almas, salven a los consagrados, salven a las familias, salven al mundo entero. Amén.
ORACIONES FINALES
Padre Nuestro
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras deudas, como nosotros perdonamos a nuestros deudores; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del maligno. Amén.
- Dios te Salve María, Hija de Dios Padre, Virgen Purísima y Castísima antes del parto, por tu Doloroso e Inmaculado Corazón, alcánzanos, Señora, la virtud de la Fe. Llena eres de Gracia, el Señor está Contigo. Bendita Tú eres, entre todas las mujeres, y Bendito es el Fruto de tu Vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora de las almas, ruega por nosotros pecadores, y derrama el efecto de Gracia de tu Llama de Amor, de tu Doloroso e Inmaculado Corazón sobre toda la humanidad, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén.
- Dios te Salve María, Madre de Dios Hijo, Virgen Purísima y Castísima en el parto, por tu Doloroso e Inmaculado Corazón alcánzanos, Señora, la virtud de la Esperanza. Llena eres de Gracia, el Señor está Contigo. Bendita Tú eres, entre todas las mujeres, y Bendito es el Fruto de tu Vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora de las almas, ruega por nosotros pecadores, y derrama el efecto de Gracia de tu Llama de Amor, de tu Doloroso e Inmaculado Corazón sobre toda la humanidad, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén.
- Dios te Salve María, Esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen Purísima y Castísima después del parto, por tu Doloroso e Inmaculado Corazón alcánzanos, Señora, la virtud de la Caridad. Llena eres de Gracia, el Señor está Contigo. Bendita Tú eres, entre todas las mujeres, y Bendito es el Fruto de tu Vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora de las almas, ruega por nosotros pecadores, y derrama el efecto de Gracia de tu Llama de Amor, de tu Doloroso e Inmaculado Corazón sobre toda la humanidad, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Una Salve por las Intenciones de Nuestra Señora
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve. A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. ¡Ea! pues, ¡Señora Abogada Nuestra! vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús, Fruto Bendito de tu Vientre. ¡Oh, Clemente!, ¡Oh, Piadosa!, ¡Oh, Dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Letanías de Nuestra Señora
Señor, ten piedad de nosotros.
Jesucristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Jesucristo, óyenos.
Jesucristo, escúchanos.
Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.
Santa María, ruega por nosotros
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Jesucristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la misericordia,
Madre de la Divina Gracia,
Madre de la esperanza,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre Virgen,
Madre Incorrupta,
Madre Inmaculada,
Madre Amable,
Madre Admirable,
Madre del Buen Consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen Poderosa,
Virgen Clemente,
Virgen Fiel,
Espejo de Justicia,
Trono de la eterna sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso de honor,
Vaso de insigne devoción,
Rosa Mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Consuelo para los migrantes,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los Afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas, Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina Asunta al cielo,
Reina del Santo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la Paz,
Reina del Apostolado de los Sagrados Corazones Unidos, Reina del Ejército Eucarístico y Mariano,
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten misericordia de nosotros.
Oración
Te rogamos nos concedas, Señor Dios nuestro, gozar de continua salud de alma y cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la Bienaventurada, siempre Virgen María, vernos libres de las tristezas de la vida presente y disfrutar de las alegrías eternas. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Salmo 25
A Ti, Señor, levanto mi alma; en Ti espero, Dios mío, no quede defraudado; que no triunfen de mí mis enemigos. No queda defraudado el que en Ti espera, que lo quede el que traiciona sin motivo. Muéstrame tus caminos, Señor, enséñame tus sendas; guíame en tu verdad, enséñame; tú eres mi Dios y mi salvador, yo siempre espero en Ti. Acuérdate, Señor, de tu misericordia y tu bondad, que son eternas; olvídate de los pecados de mi juventud y de mis faltas; acuérdate de mí, Señor, con misericordia y con bondad. El Señor es bueno y recto, y enseña el camino a los descarriados, conduce en la justicia a los humildes, enseña a los humildes su camino; los caminos del Señor son amor y lealtad para quien guarda su alianza y sus preceptos. Por el honor de tu nombre, Señor, perdona mis culpas, por muy grandes que sean.
¿Quién hay que sea fiel al Señor? Él le indica el camino que debe seguir; tendrá una vida feliz y su posteridad heredará la tierra. El Señor se confía a sus leales y les explica su alianza. Tengo mis ojos fijos en el Señor, Él sacará mis pies del cepo.
Mírame, Señor, y ten piedad de mí, pues soy un desgraciado y estoy solo; quítame l a angustia de mi corazón, sácame de mis tribulaciones. Contempla mi miseria y mi dolor, perdona todos mis pecados; mira a mis enemigos, que son tantos, mira con qué violencia me persiguen. Guárdame, Señor, y sálvame la vida, me he refugiado en ti, no quede defraudado. La integridad y la rectitud me guardarán, pues en Ti, Señor, he puesto mi esperanza. Oh, Dios, rescata a Israel, líbralo de todas sus desgracias.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el Principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
MAGNIFICAT
Antífona: “¿Quién es esta que surge cual la aurora, bella como la luna, refulgente como el sol, imponente como batallones?” (Ct 6, 10).
“Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es Santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y su descendencia por siempre” (Lc 1, 46-55).
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona: “¿Quién es esta que surge cual la aurora, bella como la luna, refulgente como el sol, Imponente como batallones?” (Ct 6, 10).
V: ¡Ave María Purísima, sin pecado original Concebida!
R: Ruega por nosotros, que recurrimos a Ti.
Comunión espiritual del Apostolado
Creo, Jesús mío, que estás verdaderamente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven en Divina Voluntad, espiritualmente a mi corazón…
Y como ya te recibí, te abrazo y me uno todo a Ti, Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Jesús mío, te abrazo y te estrecho fuerte en mi corazón, Tú abrázame y quédate en mí y yo en Ti.
Mamá y Reina mía, da gracias a Jesús, y ofrécele por mí, los actos que Tú hiciste al recibirlo. Amén.
Anima Christi
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del Costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
Oh, Buen Jesús, óyeme.
Dentro de tus Llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame, y mándame ir a Ti, para que con los Ángeles y los Santos te alabe y te bendiga, por los siglos de los siglos. Amén.
Oración que contiene los Anhelos de Jesús y nos une
Jesús, que nuestros pies vayan juntos, que nuestras manos recojan unidas, que nuestros corazones latan al unísono, que nuestro interior sienta lo mismo, que el pensamiento de nuestras mentes sea uno, que nuestros oídos escuchen juntos el silencio, que nuestras miradas se compenetren profundamente fundiéndose la una en la otra, y que nuestros labios supliquen juntos al Eterno Padre para alcanzar misericordia. Amén.
Consagración al Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús
Sacratísimo Corazón de Jesús, verdaderamente presente en la Santa Eucaristía, te consagro mi cuerpo y alma para ser enteramente uno con tu Corazón, sacrificado cada instante en todos los altares del mundo y dando alabanza al Padre, implorando por la venida de su Reino.
Ruego que recibas esta humilde ofrenda de mi ser. Utilízame como quieras para la gloria del Padre y la salvación de las almas.
Santísima Madre de Dios, no permitas que jamás me separe de tu Divino Hijo. Te ruego me defiendas y protejas como tu hijo especial. Amén.
Consagración al Doloroso e Inmaculado Corazón de María
Doloroso e Inmaculado Corazón de María, que a cambio de tu amor para con nosotros recibes tantas ofensas, yo te ofrezco y consagro perpetuamente todo mi ser, como esclavo de amor, para corresponder de la mejor manera a tu ternura maternal, para reparar las injurias de que eres objeto de parte de tantos hijos ingratos, y para vivir, por mi parte, la Consagración del mundo entero tan deseada por tu Doloroso e Inmaculado Corazón y así ser apóstol del Triunfo de tu Corazón Maternal.
Dígnate aceptar este humilde pero sincero ofrecimiento, mi alma, mi cuerpo, mi vida son tuyos; y pues enteramente te pertenezco, guárdame y defiéndeme como cosa enteramente tuya. Corazón Doloroso e Inmaculado de María, triunfa en el mundo. Amén.
Consagración a los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María (dictada el 10 de agosto de 2014)
Sacratísimos Corazones de Jesús y María, los amo y reparo, consuelo y alivio sus Corazones Dolorosos, que sufren místicamente por la maldad del mundo, que aún los tiene en un eterno Calvario, e ininterrumpidamente los encamina al sufrimiento del Gólgota. He aquí a su hijo, quiero ser su siervo; alejen de mi a Satanás, porque hoy en su nombre renuncio a él; destierren de mi toda falta de amor a Dios y al prójimo; háganme su siervo y templo viviente, los quiero con toda mi alma y solo les pido: ayúdenme a buscar el Reino del Eterno Padre y su Divina Justicia, y todo se me dará por añadidura. Soy todo suyo desde ahora hasta la Eternidad. Amén.
¡Oh, Jesús! ¡Oh, María! salven mi alma y aumenten mi amor por sus Corazones Unidos.
Consagración a los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María (dictada por el Padre Pio de Pietrelcina, el 14 de septiembre de 2014).
Queridísimos Corazones de Jesús y María que tanto sufren y tanto aman, tomen mi cuerpo y mi alma, elévenme a la Sacrosanta y Trinitaria Gloria. Yo (nombre), quiero consagrarme a ustedes en cuerpo y alma, entregar mis obras y mi vida, para ser apóstol de vuestros Corazones Gloriosos. Consagro mi país, mi familia, mis actos, todo lo que tengo, lo que soy y lo que hago. Cubro mi consagración con la Preciosa Sangre de Cristo, † En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; y la protejo con las Lágrimas de la Divina Señora, † En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; la resguardo con la Espada de San Miguel para vivir en la Divina Voluntad; haciendo, amando, sirviendo, viviendo, entregándome desde hoy hasta el día de mi encuentro pleno con Cristo. Amén.
Oración por la unidad de la Iglesia y por el Ejército Mariano de los Apóstoles de los Últimos Tiempos
Madre une tu Amor a mi pequeño amor, y derrama la Llama de tu Amor, llenándonos de esa fuerza invencible para luchar contra Satanás y el mal.
Corazón Doloroso e Inmaculado de María, ruega por nosotros que nos refugiamos en Ti.
Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora de las almas, sálvanos por la Llama de Amor de tu Doloroso e Inmaculado Corazón.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Tres veces oramos:
Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús
Doloroso e Inmaculado Corazón de María
Casto y Amante Corazón de San José
Triunfen y Reinen
Amén
1 Padre Nuestro, 3 Ave María de los Últimos Tiempos, y 1 Gloria por las intenciones del Santo Padre y las necesidades de la Santa Iglesia. Y para que San José nos alcance una santa muerte.