Santa María Magdalena

22 de julio: Memoria Litúrgica de Santa María Magdalena

Santa Patrona del Apostolado de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María

María Magdalena fue una de las pocas personas que estaban presente al pie de la Cruz, al lado de la Virgen María.
Dos mujeres. Dos extremos: la Inmaculada y una pecadora pública. Ambas recibieron la redención de Cristo. Pero en formas diversas: María, por anticipación, por fuerza de lo que fue concebida Inmaculada. ¡Magdalena, representando la humanidad pecadora, necesitó ser lavada por la sangre del Redentor! (El Santo del Día – Don Servilio Conti, I.M.C. – Ed. Vozes – Petrópolis – Rio de Janeiro – Brasil – 3ª. ed. – pág. 316)
María Magdalena fue llamada así por Magdala, pueblo cerca de Tiberíades en la costa occidental de Galilea, donde ella vivía.
Fue una de las mujeres que acompañaron y siguieron a Cristo (Lc 8, 2-3), y de las cuales siete demonios fueron expulsados de ella (Mc 16, 9). Es la segunda persona nombrada al pie de la cruz (Mc 15,40; Mt 27,56; Jn 19,25; Lc 23,49). Ella vio a Cristo mientras yacía en su tumba y fue el primer testigo reconocido de la Resurrección.
La Iglesia griega afirma que la santa se retiró a Éfeso con la Santísima Virgen, donde murió. Que sus reliquias fueron trasladadas a Constantinopla en el año 886 y se conservan allí. Gregorio de Tours (Demiraculis, I, xxx) apoya la idea de que ella fue a Éfeso.

Sin embargo, según la tradición francesa (ver San Lázaro De Betania), María, Lázaro y algunos compañeros fueron a Marsella convirtiendo toda la Provenza. Se dice que Magdalena se retiró a una colina cercana, La Sainte-Baume, donde se entregó a una vida de penitencia durante treinta años.

Cuando llegó el momento de su muerte, los ángeles la llevaron a Aix, al oratorio de San Máximo, donde recibió el viático. Entonces, su cuerpo estaría en un oratorio construido por San Máximo en Villa Lata, más tarde llamado San Máximo.
La historia guarda silencio sobre estas reliquias hasta el año 745, cuando, según el cronista Sigebert, fueron trasladadas a Vézelay por miedo a los sarracenos. No hay registro de su regreso, pero en 1279, cuando Carlos II, rey de Nápoles, levantó el convento de La Sainte-Baume para los dominicos, la tumba se encontró intacta, con una inscripción que indicaba por qué había estado escondida.
En el año 1600, las reliquias se colocaron en un sarcófago enviado por Clemente VIII, con la cabeza colocada en una vasija separada.

María Magdalena, según Geoffroi de Vêndome, sólo se redimió totalmente, después de haberse lanzado por completo al camino de la conversión, al que llegó con la más severa penitencia. Reinterpretando la Vida Eremítica, la sitúa, después de la ascensión, en medio de dolores ascéticos auto infligidos.

Los datos históricos que llegaron hasta nosotros, como mostrado antes, nos indican de forma indudable, que Santa María Magdalena, después de conocer a Jesucristo, hasta el último momento de su vida, vivió una vida de penitencia y reparación.

Recordemos lo que dice la historia:

“Se dice que Magdalena se retiró a una colina cercana, La Sainte-Baume, donde se entregó a una vida de penitencia durante treinta años.”
“Sólo se redimió totalmente, después de haberse lanzado por completo al camino de la conversión, al que llegó con la más severa penitencia.”

Como se puede ver, Santa Magdalena buscó vivir el consejo de la Divina Madre María Santísima, dado en el Llamado de Amor que sigue:

25 Marzo 2018 - LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CORAZÓN DOLOROSO E INMACULADO DE MARÍA

Queridos hijos de mi Corazón, cuando Yo peregrinaba en la tierra, el Padre, por medio de su Espíritu, me hizo comprender el valor de la penitencia.
Queridos hijos:
La penitencia es la cruz, es el dolor, son las pruebas y las tentaciones, y son los sufrimientos normales de la vida que no se pueden evitar y que deben soportar con paciencia.
En la tierra yo no me quejaba de los defectos de mis hermanos, me hacían sufrir, pero nunca me quejé de ningún ser humano, los ofrecí a mi Padre.
(…)
Súfrelo todo. El sufrimiento no es malo, el sufrimiento purifica, fortalece, limpia tu alma y te hace idéntico a Jesús.
Los exhorto, queridos hijos, que la vida de todos mis Apóstoles de mi Corazón, sea una vida de penitencia.

Súplica a Santa María Magdalena:

Santa María Magdalena, ruega por los apóstoles de los Sagrados Corazones, e intercede al Padre Tierno y Misericordioso, para que, por medio de su Espíritu, nos haga comprender el valor de la penitencia, y tengamos la fortaleza y la paciencia para soportar todos los sufrimientos que nos están destinados, por la Divina Voluntad. Amén.

Santos Patronos del Apostolado de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María