APOSTOLADO DE LOS SAGRADOS CORAZONES UNIDOS DE JESÚS Y DE MARÍA

DÍA 5:

Se acercó a él, le vendó las heridas poniendo aceite y vino sobre ellas
(Lc 10,34)

Señor, ayúdanos a ver las heridas y encontrar esperanza

Pasajes adicionales de las Escrituras

Joel 2,23-27
Salmo 104,14-15

Reflexión

El Buen Samaritano hizo lo que pudo según sus posibilidades: vertió vino y aceite y vendó las heridas del hombre y lo puso sobre su propio animal. Incluso fue más allá prometiendo hacerse cargo de sus cuidados. Cuando vemos el mundo a través de los ojos del samaritano, cada situación puede ser una oportunidad para ayudar a los necesitados. Aquí es donde se manifiesta el amor. El ejemplo del Buen Samaritano nos lleva a preguntarnos cómo responder al prójimo. Dio vino y aceite, restaurando al hombre y dándole esperanza. ¿Qué podemos dar nosotros para participar en el plan de Dios de sanar este mundo roto?

Los signos de este mundo quebrantado son la inseguridad, el miedo, la desconfianza y la división. Avergonzados, reconocemos que estas divisiones también existen entre los cristianos. Aunque celebramos sacramentos u otros rituales de sanación, reconciliación y consuelo, a menudo usando aceite y vino, persistimos en divisiones que hieren el Cuerpo de Cristo. La sanación de nuestras divisiones cristianas promueve la sanación de las naciones.

Oración

Dios Misericordioso,
Tú que eres la fuente de todo amor y bondad:
permítenos ver las necesidades de nuestro prójimo.
Muéstranos lo que podemos hacer para alcanzar la sanación.
Cámbianos, para que podamos amar a todos nuestros hermanos y hermanas. Ayúdanos a superar
los obstáculos de la división,
para que podamos construir un mundo de paz para el bien común.
Gracias por renovar tu creación
y conducirnos a un futuro lleno de esperanza.
Tú que eres Señor de todo, ayer, hoy y siempre. Amén.