Hora 07

21 de junio de 2018

Oración preparatoria para la Meditación de la Hora de Reparación

Jesús, amor mío, soy tu pobre nada. Mi Jesús, soy nada y además pobre, por eso necesito de tu Santo Espíritu que, unido al Doloroso e Inmaculado Corazón de la Mamá Celestial, llenen mi pequeño corazón de Amor Santo y Fuego Divino para enfervorizar mi ser tan frío e indiferente al Amor de Dios.

Jesús, mi Esposo Celestial, al comenzar mi meditación reparadora, prepara mi espíritu para recibir la Luz Divina que me conceda conocer y grabar en mi corazón los Misterios de tu Amor Infinito, Amor que entregaste a una Cruz para que yo te amara, Amor que expiró su último aliento para que yo tuviera vida.

Jesús, Mamá Celestial, tomo los méritos de cada Hora de Meditación Reparadora y los hago vida, que multiplicándose en mí den luz a todos los corazones, y haciendose vida en mi pobre vida me preparen a mí y a todos para el Triunfo del Doloroso e Inmaculado Corazón de María y del Reinado del Espíritu Santo. Amén.

21 de junio de 2018

Al terminar la Meditación Reparadora, se realiza La Dulce Cadena del Amor Divino

21 de junio de 2018 Oración preparatoria para la Meditación de la Hora de Reparación

9 de enero de 2021 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL ARCÁNGEL SAN GABRIEL

Séptima Hora de Meditación Reparadora
¨Nacimiento y Presentación de Nuestra Señora¨
Alma, a tu corazón de víctima, por el Triunfo del Corazón Doloroso e Inmaculado de María, el Señor Todopoderoso quiere revelar el gran Misterio del Nacimiento de Nuestra Señora, la Corredentora predestinada del género humano, la Mujer que dio la Salvación hecha hombre al mundo, con su obediencia al Padre Tierno y Misericordioso.

Joaquín, hombre justo de la estirpe sacerdotal de Israel, que tenía como esposa a la piadosa Ana no había podido concebir con ella una descendencia, por lo cual los dos piadosos y venerables esposos habían sufrido por este dolor de la infertilidad, la cual era vista por los demás como una maldición de Dios. Sin embargo, Dios Padre Tierno y Misericordioso, tenía planes de salvación para ellos.

Una noche de vigilia de san Joaquín en un monte cercano a Getsemaní, Dios me envió a él para anunciarle la noticia de la descendencia.

Dios Padre Tierno y Misericordioso me encomendó decirle:

¨Joaquín, sacerdote del Señor, Yahvé el Dios de Israel me envía a ti para anunciarte la buena nueva: tu mujer Ana concebirá una hija, vuestra hija será la Prometida Hija de Sión, la Virgen anunciada por el profeta Isaías y la Mujer cuya Descendencia será el: Mesías de Israel. Ella con su obediencia será la Corredentora del pueblo de Dios y la más humilde de las Esclavas del Señor. Vuelve a tu casa y anuncia a Ana este mensaje del Señor¨.

Joaquín volvió a su casa. Ana sintió la llegada de su venerable esposo, salió a su encuentro, lo esperó fuera de su casa. Al verse, Joaquín comunicó la maravillosa noticia a su esposa y, en un abrazo de amor esponsal brilló la Luz Inmaculada en el Vientre de Ana. Nueve meses después de la dulce espera, el día 5 de agosto, a la primera hora de este día santo, Ana dio a luz a Nuestra Señora. El rocío que recibió Isaías (Isaías 45, 8), la nube que vio Elías (1 Reyes 18, 44), descendió esa noche santa a Jerusalén donde estaba la tiernita Niña. Los Nueve Coros Angélicos descendieron a la casa de Joaquín para alabar a la Dulce Reinecita.

Al octavo día del nacimiento de Nuestra Señora se le impuso el Dulce Nombre de María, y al cumplirse los 40 días de su alumbramiento Nuestra Señora fue presentada en el Templo de Jerusalén. Frente a las Puertas Reales que custodiaban en su interior el Arca de la Alianza, el purísimo Cuerpecito de Nuestra Señora fue tomado por el Sumo Sacerdote y el Sol dejando caer un rayo de luz dorada sobre la Inmaculada Niña la revistió, mostrándola como la Reina del nuevo pueblo. La Shekina, la gloria de Dios que posaba sobre el Templo de Jerusalén mostró rayos, luz y truenos, manifestando la entrada triunfal de la verdadera, nueva y eterna Arca de la Alianza. La Hija de David preparaba ya la entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén.

Nuestra Señora regresó a la casa paterna donde creció en santidad y edad hasta los 3 años que, ingresó a vivir y servir en el Templo dando muestras de virtudes y de gracias hasta la edad de 12 años, cuando salió del Templo, pero con la vivísima convicción de vivir en santa Virginidad para servir al Señor y a su Mesías, porque, Nuestra Señora, también esperaba y oraba por la llegada del Redentor.

María, la Niña Inmaculada, los prepara ahora a ustedes, Apóstoles de los Últimos Tiempos, para que vivan el Reino Nuevo Eucarístico que vendrá y hará triunfar la Santa Fe Católica.
Elevación del alma
Padre Tierno y Misericordioso, te agradezco por el inmenso Don que nos has dado en María. Espíritu Santo llévame a recorrer, en Divina Voluntad, estos Misterios de Nuestra Señora y glorificar a Dios, en la Vida de san Joaquín y santa Ana. Alabarlo en la anunciación a san Joaquín. Repararte en la concepción de María en el vientre de santa Ana, y de adorarte desde el primer suspiro de la Inmaculada Niña en la tierra, adorarte en su llanto de aspiración por el Amor Divino, adorarte en su santa infancia, con sus padres y en el Templo.

Padre Tierno y Misericordioso, tomo la vida, los latidos del Corazón, el llanto de sus ojitos, los movimientos, las vivencias de María la Dulce Niña con el Espíritu Santo; para amarte con María Niña, repararte con María Niña, adorarte con María Niña.

Madre Niña, mi Reinecita Inmaculada, tomo las gracias de tu misma Vida para, consolar al Señor y darle reparación, adoración, y amor por medio de Ti, por todos los hombres. Amén. Fiat.