16 Septiembre 2015 – Llamado de Amor y Conversión del Casto y Amante Corazón de San José

16 Septiembre 2015  – Llamado de Amor y Conversión del Casto y Amante Corazón de San José

La urgencia de estos tiempos

¡Alabados sean los Dos Corazones Unidos de Jesús y María!
Queridos hijos:
Abran sus corazones a la voz del Señor y permitan que su Palabra se haga vida en ustedes.
Hijos míos, el mundo está disperso y distraído de las cosas del Cielo. Todos buscan sus intereses, su bienestar, su comodidad. Nadie practica la fe, la mortificación, la sencillez, la humildad, la penitencia, como desearían de ser practicados.

Hijos, la hora se acorta e incluso muchos de ustedes no se dan cuenta de la urgencia del tiempo, de la gravedad del mismo Mensaje. Hijos míos, ¿cuántos sobrevivirán en lo que les espera sobre toda esta patria? ¿Quiénes guardarán la fe? ¿Cuándo el mundo será capaz de obedecer los Mensajes, de dejar de perseguir los profetas, de buscar la conversión, la unidad, la paz que nace del Sagrado Corazón de Jesús?

Queridos hijos, les invito al despojo total.

Queridos hijos, despojarse es quitar del corazón todas las cosas que no le agradan a Dios. Despojarse es confiar en la Voluntad de Dios. Despojarse es depender de la Divina Providencia como un niño depende de sus padres.

Queridos hijos, les invito al despojamiento, porque si no se despojan de ustedes mismos, no pueden abrazarse a Cristo.

Queridos hijos, no es sólo llamarse cristiano, no es sólo vivir de los Sacramentos, muchos reciben los Sacramentos pero no viven lo que reciben. Deben vivir diariamente cada Sacramento.

Queridos hijos, el mundo sigue dormido, aletargado, sin ánimo de alzar sus ojos al Cielo y decir: “Aquí estoy, Padre, hágase en mí según tu Palabra como lo hicieron Jesús y María, y de quien aprendí”.

Queridos hijos, las horas terribles se acercan.

Queridos hijos, mientras las horas pasan el peligro se acerca. Despiértense y comprométanse, obedezcan el mensaje que el Cielo les confía porque ya no hay tiempo para la tibieza espiritual: o somos de Cristo o somos del demonio. Ustedes, ¿de quién quieren ser?

Queridos hijos, recuerden que ser cristiano es vivir como Cristo vivió, si no hacen esto entonces no son cristianos. Oren mucho por el tiempo que se acerca, comprométanse con la fe mientras puedan y obedezcan a la Iglesia. Estos mensajes les invitan a ser verdaderos hijos de la Iglesia.

Yo, San José, Protector de la Iglesia, les amo y les bendigo.

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.