27 Enero 2017 – Llamado de Amor y Conversión del Sagrado Corazón de Jesús

27 Enero 2017 – Llamado de Amor y Conversión del Sagrado Corazón de Jesús
Queridos apóstoles de Mi Sagrado Corazón, deben saber que el Mensaje de Fátima es también un Mensaje de Unidad. El Don de la Unidad proviene de la unión mística y profunda que el Espíritu Santo ha forjado y cimentado de Mi Sagrado Corazón con el Corazón Doloroso e Inmaculado de Mi Mamá Celestial, y de esta unión nace como fruto el Don de la Unidad.

Esta unidad se pidió en Fátima cuando Mi Madre anunció que la guerra acabaría y los soldados volverían a sus hogares; esta fue la unidad del pueblo y la unidad de la familia. La Madre, en Fátima, pidió la unión de toda la Iglesia a Su Corazón Inmaculado pero ahora, queridos hijos, en el tiempo de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, vengo a pedir como Dios y como Redentor, la Unidad: que toda la Iglesia pida el Don de la Unidad, que todos los cristianos unidos al Santo Padre y a sus pastores, pidan el Don de la Unidad; que las familias pidan el Don de la Unidad; que los apóstoles de Nuestros Sagrados Corazones, de estos últimos tiempos, pidan en oración el Don de la Unidad.

Mis pequeños apóstoles de los últimos tiempos, vivan en unidad, ábranse en la unidad, estén unidos en Nuestros Sagrados Corazones, ámense y sopórtense mutuamente, perdónense y anímense mutuamente. Todos, como el Ejército de Mi Madre, acompáñense en este éxodo de los corazones.

Queridos hijos, les invito a que consuelen Mi Corazón como lo hizo el pequeño Francisco. Les invito a que se entreguen por la conversión de los pecadores, por el Santo Padre, por los sacerdotes, como almas víctimas; como lo hizo Mi amada Jacinta.

Y ahora, propaguen en el mundo la devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y de María. A Mi hija Lucía se le encomendó la misión de propagar la devoción al Inmaculado Corazón de Mi Madre Celestial, pero a vosotros, en estos últimos tiempos, y al pequeño Elías que dirige a los apóstoles de Nuestros Sagrados Corazones, se les pide y se les encomienda propagar la devoción a Nuestros Sagrados Corazones unidos por el Amor del Espíritu Santo. Únanse, todo Mi Resto Fiel, para consolar, para entregarse como almas víctimas, y para extender en el mundo el Reino Eucarístico de Mi Corazón por medio del Triunfo del Corazón de Mi Madre.

Lean la Primera Carta a los Corintios, capítulo 1.
Les doy Mi Bendición. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.