23 Septiembre 2015 – Llamado de Amor y Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María

23 Septiembre 2015 – Llamado de Amor y Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María
Mi Mensaje en la Salette. 
Mi querido niño, vengo nuevamente a visitar tu alma y deseo que atiendas Mis Palabras para toda la humanidad. Mi niño, he amonestado, he advertido, he anunciado pero desde mucho tiempo atrás todavía desobedecen a Mis Llamados urgentes a toda la humanidad pero especialmente a Mi Hija mayor, la Iglesia. 

Hijito, mi Llamado en la Salette fue de corredención amorosa, de amonestación y llamado a que los hombres sobre todo los bautizados, se comprometan con Mi Hijo para anunciar la buena noticia de la salvación y denunciar los errores que los hombres cometen inducidos por Satanás, quien poco a poco se apodera del mundo y de los corazones de los hombres. Hijos, estén vigilantes en la oración y en el ayuno con estos dos aspectos de la vida espiritual, venzan la tibieza del alma. 

Hijo, el mundo seguirá sufriendo y lo anunciado sucederá porque ya no hay mucho tiempo pues cuando el tiempo de misericordia avanza dará paso al tiempo de la justicia. El hombre se cree Dios y olvida a Dios y olvida a su hermano, convirtiéndoos en ídolo. 

Hijitos míos, apóstoles de los últimos tiempos, sean conscientes de vuestro Llamado, combatan con compromiso en la batalla espiritual. No tengan miedo pues al final la Verdad Cristo y la Mensajera de la Verdad en el Espíritu Santo, Vuestra Mama del Cielo triunfarán. 

Hijito, ora mucho porque el Mensaje de La Salette se cumple, se ha cumplido, el hombre no obedeció, no cambió, no evitó el error que Yo Vuestra Madre les advertí. Mi Padre es un Dios de Amor y Misericordia pero es un Dios de Rectitud y Justicia y dará a cada quien según su proceder. Mi niño, haz conocer Mi Mensaje, Mi Ejército me necesita. Cuiden sus vidas espirituales, estén alerta y alcen sus oraciones. Llegó el tiempo de la oración, del sacrificio. Hijito, penitencia, penitencia, penitencia. ¡Oh humanidad!, por amor a tu salvación te llamo, regresa, repara, arrepiéntete.

Te amo, mi brote y te bendigo, mi apóstol de la Salette. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.