Queridos hijos de mi Doloroso e Inmaculado Corazón:
Les quiero ayudar a comprender que el Cenáculo de Oración de Nuestros Sagrados Corazones Unidos fue dictado por Nuestros Corazones, por San Luis de Montfort y el Padre Pío.
En este Cenáculo todas las oraciones y jaculatorias que auténticamente han sido dadas por el Cielo se reúnen.
En el Cenáculo de Oración tienen las devociones más amadas por la Santísima Trinidad: la devoción al Sagrado Corazón de Jesús como centro y la devoción a mi Doloroso e Inmaculado Corazón como camino para llegar a Jesús.
Hijos míos, en estos Cenáculos preparo a mis apóstoles para que esperen con fe, mediante la consagración y la perseverancia, la gran venida del Espíritu Santo. El gran Pentecostés está unido al triunfo de mi Doloroso e Inmaculado Corazón. Si permiten que mi Corazón maternal triunfe desde ahora en sus corazones el Espíritu Santo reinará.
Hijos míos:
El triunfo final de mí Doloroso e Inmaculado Corazón se realizará, pero quiero desde ahora que triunfe mi Corazón en ustedes. Escuchándome y viviendo los Últimos Llamados de Amor, que solamente son un medio para vivir el Evangelio de Jesús, mi
Corazón podrá triunfar. Para eso sus corazones deben ser pequeños, humildes y dóciles.
¡Oren! ¡Oren pidiendo el don del Amor de Dios! ¡Oren sin cesar! ¡Sólo con la oración y el ayuno podrán vencerse a ustedes mismos!
Hijos míos, que mi Cenáculo de Oración dictado por Nuestros dos Sagrados Corazones, y que también es un compendio de gracias, se extienda por el mundo entero, junto a la imposición del Sagrado Escapulario de Nuestros Sagrados Corazones.
Queridos hijos, el Cielo desea que el Icono de Nuestros Corazones Unidos se propague por el mundo entero, porque es una promesa que los que se acerquen con devoción a esta Sagrada Imagen de Nuestros Corazones Unidos obtendrán la conversión de corazón. Yo, vuestra Madre, les pido: ¡abran sus corazones a mi amor maternal!
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.