Mis apóstoles, Yo, Dios Hijo, he realizado un sacrificio de reparación universal como el Cordero sin defecto en el Altar de la Cruz. En esta eterna y perfecta oblación, mi Santa Mamá se ofreció conmigo. Yo, como redentor único de los hombres y mi Santa Mamá como intercesora.
El más grande acto de reparación es el santo sacrificio de la Misa. Pero era necesario que la alianza de los corazones de Adán y Eva –en la desobediencia–, fuera reparada con otra alianza. Por eso, nuestros Sagrados Corazones, unidos por el Espíritu Santo, son la Alianza que repara el pecado del antiguo Adán y de la antigua Eva.
Y he llamado al mundo entero a que se una a esta Alianza. Y he dado un medio concreto, visible y actual:
Es el Apostolado de Nuestros Sagrados Corazones Unidos. Es la alianza de mi Corazón con el Corazón de mi Santa Mamá, acogiendo a toda la humanidad.
Que todo el mundo se una a la Alianza de Nuestros Dos Corazones para que la faz de la tierra sea santificada.
Con mi Preciosa Sangre los bendigo en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.
El instrumento:
Querido Jesús, Cordero sin mancha, te entregamos esta Jornada de 24 Horas de Reparación, de Adoración; que sirvan para la realización de todos los planes de sus Dos Corazones para la sanación, liberación, santificación y unión del Apostolado, y que seamos imágenes vivas del amor de los Corazones de Jesús y de María.
Hermanas, hermanos míos, no hay una obra tan directamente llamada a ejercer el amor que el Apostolado. Realmente la vocación del Apostolado es el amor. Como diría y profetizaría santa Teresita: mi vocación en la Iglesia es el amor, la vocación del Apostolado, en la Iglesia y en el mundo, es el amor, porque nuestra fuente es la fuente del amor: los Dos Corazones.
Ofrecemos con amor esta Jornada, con la que damos por clausurado el gran mes de junio, el mes de los Tres Sagrados Corazones Unidos, donde aperturamos el maravilloso mes de julio, el mes del Apostolado. 11° aniversario de las apariciones, 11° aniversario de la manifestación de la Mujer Vestida del Sol, 11° aniversario de la Obra Magna. Y, mañana recordemos que es aniversario de las proféticas apariciones de nuestra Señora en Garabandal, apariciones de Garabandal que son precursoras y son continuidad de las apariciones del Apostolado. Incluso allí, la Madre, a las niñas, revela el Escapulario del Apostolado.
Todo el rompecabezas, el Señor, con el Apostolado, ha venido a poner la última pieza para entender todo ese hermoso mosaico que es el Triunfo de la Mujer Vestida del Sol y el Reinado de su Hijo, el Cordero de Dios, el Corazón Eucarístico de Jesús.
Recibimos, amados hermanos, la bendición con la cual clausuramos nuestra Jornada y, desde ya, santo día de Garabandal para todo el Apostolado.
Recordemos mañana, en nuestro en vivo, a las 7:00 de la noche, vamos a orar la Corona de Oro del Corazón Doloroso e Inmaculado de María en acción de gracias por sus apariciones en Garabandal y desde ya muchas felicidades a toda la Obra Magna. Muchas felicidades a todos, entramos en los días de esperanza, en los días de oro, por eso la Madre le llama el Día de Oro, el Día de Triunfo, el Día Solemne.
Con alegría, vayamos preparando nuestro corazón para la gran Novena Solemne a la Mujer Vestida del Sol, la gran Novena Solemne a la Virgen del Apocalipsis, somos la única obra en el mundo que celebra el Apocalipsis 12 y que se prepara con una Novena Solemne para celebrar a la Mujer Vestida del Sol.
Así que alegría, hermanos, alegría y esperanza; que eso debemos ser en el mundo, no mensajeros de catástrofes, sino constructores del Reino de Jesús y de María a pesar de todas las adversidades llevar la esperanza, porque eso es el Evangelio, el kerigma: la esperanza. Jesús que ha resucitado y nos espera en la Gloria del Paraíso y nos espera con su Madre Vestida de Oro esperando reinar en todos los corazones.
¡Viva Jesús! ¡Viva María! ¡Viva José! y ¡Viva el Apostolado! y ¡Viva la Sangre de Cristo! FIAT.