Querido hijo:
El Corazón Doloroso e Inmaculado de María Virgen te ha entregado por medio del Espíritu Santo al Sagrado Corazón Eucarístico del Cordero. En la brasa ardiente que es este Divino Corazón te ofrendas como víctima de amor por mis sacerdotes, por los pecadores, y por el Reinado del Espíritu Santo y de los Sagrados Corazones.
En este Corazón que arde de amor, te ofreces a Mí, tu Padre Tierno y Misericordioso, para que se realicen los planes de salvación para con la humanidad; y, todos mis hijos que escuchan estos últimos Llamados abren su corazón, y los viven, también se ofrecen por nuestras intenciones celestiales.
Son estos nuestros últimos Llamados de Amor para la conversión de los hombres, y, en estos Llamados, hijito, les ayudo a discernir en las verdaderas manifestaciones de Jesús y de María.
Con los Llamados de Amor y de Conversión el Espíritu Santo les está recordando todo: al Evangelio, a la Santa Doctrina y a las verdaderas manifestaciones del Cielo, antes del tiempo de la justicia.
¡Escuchen! nuestros Llamados de Amor y de Conversión. Hijito, ¡Anúncialos! ¡Predícalos! ¡Grítalos! ya no endurezcan el corazón.
Su Dios y Padre Tierno y Misericordioso los bendice.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.