Queridos hijos, como Madre de Jesús y Madre de todos los pecadores, deseo invitarlos a que abran sus corazones al Amor de Dios. Jesús los ama. Mírenlo a Él en la Cruz, con sus Brazos abiertos, para recibirlos a todos y conceder el perdón ¡Jesús los ama!
El dolor más grande que puede dar el mundo a nuestros Corazones Unidos es dudar del Amor De Dios. Cuando un alma duda del Amor de Dios entristece grandemente el Corazón de mi Hijo. Jesús Crucificado es la prueba más grande del Amor Verdadero, del Amor Santo y Divino.
Abandónense en los Brazos de Jesús, inúndese del Amor de Dios, y también transmitan este Amor Santo a los demás. Sean faros de Luz y Amor en el mundo, en la Iglesia, en sus familias.
Oren, oren mucho, oren sin cesar, para que también ustedes experimenten el Amor de Dios. Yo vuestra Madre, les bendigo y les protejo, les doy mi Bendición Maternal, en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.