Alabado sea el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesucristo
Pequeña nada, esclavo de amor de Jesús por María:
Los signos de Dios acompañan el anuncio de los últimos Llamados de Amor y de Conversión:
Todos los dolores de la Pasión del Señor ocultos pero reales en tu ser, configurándote con el Cordero Crucificado. Las exudaciones de las Lágrimas y Escarchas del Corazón de nuestra Madre y Reina, en las palmas de tus manos. La encarnación mística de los Dos Sagrados Corazones dentro de ti, abrazando al tuyo. Y el gran sello del Fiat viviente y divino, que hacen de ti una ofrenda de victimación por los sacerdotes y por la Iglesia, por los pobres pecadores para que conozcan el Amor de Dios y por el Reino de Jesús, de María y del Espíritu Santo.
Ofreciéndote tú mismo desde la miseria de tu nada por estas intenciones de los Sagrados Corazones y Yo, San Miguel Arcángel soy el gran defensor de estas intenciones de Jesús y de María.
Te doy la bendición y con esta bendición te envío a proclamar y anunciar los Llamados de Amor, que están dirigiendo a la humanidad la Señora Vestida del Sol y el Divino Cordero de Dios.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.