Alabado sea el Sagrado Corazón Eucarístico del Cordero de Dios que quita los pecados del mundo.
Mi pequeño Jesús-María:
Como la Mujer Vestida del Sol reúno todas las manifestaciones enviadas por la Santísima Trinidad a la tierra. Por medio de mi Corazón Maternal y como la Gran Aparición de tu Santísima Madre todos los auténticos mensajes que he revelado, donde verdaderamente me he manifestado, los vuelvo a anunciar por última vez, en los Últimos Llamados de Amor y de Conversión.
Mi pequeño Jesús-María, verdaderamente me manifesté en Stezzano a dos pequeñas, mostrando con mi vestimenta la pureza del alma y la muerte al mundo. Pero, me manifesté con un libro en mis manos, ese libro, con el cual me aparecí eran todas las Devociones dictadas por nuestros Sagrados Corazones al Apostolado.
El libro que yo traía en mis manos, mi pequeño Jesús-María, era el Devocionario de los Últimos Tiempos, pues en esta aparición ya anunciaba la venida de mi Obra Magna. Y las oraciones son todas las Devociones dictadas por el Cielo a ti.
Por eso como Madre de la Plegaria escogió la Divina Providencia enviarte un día como hoy, para que tu misión, destinada a la plegaria, a unir a mi Ejército Mariano de los Últimos Tiempos y a orar las Devociones del Apostolado manifestadas en ese libro que yo traía entre mis manos. Ese libro, mi pequeño Jesús-María es el Devocionario de los Últimos Tiempos. El Devocionario del Apostolado.
Mi pequeño Jesús-María, como el Corazón Doloroso e Inmaculado de la Plegaria –que cada Primer Sábado, no solo da un Llamado de Amor y de Conversión, sino que ruega a la Santísima Trinidad por la conversión del corazón del mundo– te bendigo.
Tu humilde nacimiento en la Fiesta de Nuestra Señora de la Plegaria y como tres días antes de la Aparición de la Gran Señal de la Mujer Vestida del Sol es ya, un Llamado, pero a la vez un signo de tu misión de Heraldo de la Mujer Vestida del Sol, Madre del Cordero de Dios y del Triunfo y Reinado de nuestros Dos Sagrados Corazones.
El Corazón Doloroso e Inmaculado de la Madre de la Plegaria te bendice maternalmente.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.