12 de octubre de 2023 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CORAZÓN DOLOROSO E INMACULADO DE MARÍA

12 de octubre de 2023 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CORAZÓN DOLOROSO E INMACULADO DE MARÍA

Queridos hijos, adoren conmigo al Sagrado Corazón Eucarístico de mi Hijo Jesús.

Amados hijos, mis predilectos; amadas hijas, esposas castas del Señor, los he reunido en esta jornada para prepararlos para el Triunfo de mi Doloroso Inmaculado Corazón.

Queridos hijos, con la Fraternidad Sacerdotal y la Fraternidad religiosa estoy preparando un gran Ejército de sacerdotes y de religiosos que con su ministerio de entrega y vocación sean estandartes de mi Triunfo Maternal.

Amados hijos e hijas deseo que se entreguen sin temor a nuestros Sagrados Corazones. Tengan por cierto que, con el Apostolado, Dios Padre quiere reparar las heridas en la Iglesia. Reparar las ofensas al Sacramento del Orden Sacerdotal y reparar todo sacrilegio contra la santa Eucaristía.

Queridos hijos, los sacerdotes que se consagran con Nuestros Sagrados Corazones Unidos se convierten en puentes de los últimos tiempos con el nuevo tiempo que está por venir, el nuevo tiempo de paz, el nuevo tiempo de la Eucaristía.

Hoy vengo de una manera muy particular a consagrarlos, Yo, su propia Madre, a mi Corazón, yo los enlisto, los formo, los reúno. Ninguno de ustedes, hijos e hijas, está por coincidencia. Por diversos medios, todos los que están reunidos son las primicias del gran ejército de sacerdotes, religiosos y religiosas santos que harán triunfar la fe católica, que harán renovar el amor de los hombres a la Iglesia y que traerán un tiempo de paz. El Tiempo de paz que vendrá con el triunfo de mi Corazón está unido al Apostolado sacerdotal. Habrá paz, cuando haya muchos sacerdotes santos y por eso los formo para que, a través de ustedes, mis predilectos hijos, triunfe mi Corazón y brote la paz.

Cada uno de ustedes ha recibido una gracia especial. Han recibido gracias particulares, personales y espirituales, pero han recibido mi gracia unida a su vocación para el Triunfo y Reinado de nuestros Corazones Unidos.

Deseo, mis amados hijos sacerdotes e hijas religiosas que ahora sirvan en mi Obra de los Dos Corazones, que formen por donde vayan Cenáculos de Oración y que consagren a cuantas almas puedan a nuestros Sagrados Corazones Unidos.

Hijos, de esta tierra escogida ha nacido la Luz de la Cruz, Matagalpa es tierra de Cruz y tierra de María. La Cruz de los Dos Corazones brillará por el mundo entero.

Gracias, gracias mis sacerdotes, gracias mis religiosas, por haber respondido a mi invitación maternal. Muy pronto, cuando el Señor rompa los errores del comunismo en esta tierra amada por mí, los traeré, por ahora regresen a sus misiones, pero lleven el Reinado de nuestros Dos Corazones a todos.

Amados hijos, quiero que compartan el trabajo y la misión de mi Apostolado, que ayuden a las Coordinaciones con sus ministerios y su vocación para hacer crecer este Ejército de la Alianza de los Dos Corazones, porque ser consagrados a nuestros Dos Corazones es ser consagrados al misterio de la Encarnación del Verbo en la esclava Virgen de Nazaret, y anuncio y deseo que todos puedan participar y desde ahora los digo e inviten más consagrados a este Ejercito, a esta Alianza de Jesús y de María.

Dios Padre envía a su Madre Celestial para darles su bendición Maternal y para anunciarles que cada año el Padre Tierno y Misericordioso desea un Retiro Eucarístico y Mariano para sacerdotes y religiosas. Y el próximo retiro mundial de sacerdotes y religiosos, el Padre desea que se realice los días 10,11 y 12 de octubre del 2024, en el Apostolado de Colombia.

Queridos hijos deseo que todos se vuelvan a reunir y que más se unan a este gran Ejercito de Consagrados y Consagradas para que mi Corazón triunfe y mi Hijo pueda reinar.

Los bendigo con amor, los bendigo con alegría, los bendigo con todo mi Corazón. Siempre, siempre nuestros Dos Corazones están con ustedes, nunca tengan miedo de extender la Reino de Amor, el Reino de Jesús y de María.

Reciban mi bendición maternal, en el Nombre del Padre Tierno y Misericordioso, del Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús y del Santo Espíritu. Gracias, queridos hijos.

Ave María Purísima, sin pecado original concebida.

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