Apóstoles de Jesús, María y José; el camino de la santidad dado para estos Últimos Tiempos es el camino de la reparación eucarística y mariana. En este camino de reparación avanzarán ayudados por la Misericordia Insondable y Divina en los grados de la perfección. La reparación eucarística consiste, en volver a la adoración a Jesucristo realmente presente en el Santo Sacramento; en unirse nuevamente a la Iglesia a través del Sacramento de la reconciliación y vivir el Evangelio. Vivir en reparación eucarística significa que el Santo Sacrificio de Jesús en el altar debe ser el centro de la vida, de los actos y del corazón. La reparación mariana es aceptar a nuestra Señora como Madre, creer en los Dogmas de fe de nuestra Señora, consagrarse a su Doloroso e Inmaculado Corazón y vivir con amor y obediencia sus últimos Llamados de Amor y de Conversión a la humanidad.
Viviendo esta espiritualidad reparadora, eucarística y mariana, la Divina Misericordia asistirá sus almas para que crezcan a través de los grados de la perfección que son los Aposentos de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús, María y José; del Espíritu Santo y del Padre Eterno. Sean testigos vivientes del Amor de Dios y ejemplos de conversión.
Yo, Teresa de Jesús, que también en la tierra viví el Espíritu de este Apostolado, los bendigo con mi intercesión: en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.