Mi Corazón fue unido al Corazón de mi Hijo por Voluntad del Padre Tierno y Misericordioso, en el momento que Adán y Eva se unieron para desobedecer, influenciados por la serpiente antigua.
El Padre decreta a los Dos Corazones: al Redentor y a la Corredentora junto al Redentor, que repararían la rebeldía de la voluntad humana con la obediencia. La Alianza de nuestros Sagrados Corazones, profetizada por el Padre en el principio de la historia humana, da inicio al espíritu de la reparación.
Queridos hijos, yo los invito a vivir esta Alianza y este espíritu reparador. Lean y mediten en el capítulo 4 del Libro de Génesis.
Con mi Doloroso e Inmaculado Corazón les doy mi Bendición Maternal.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.