Queridos hijos, los invito a que abran el corazón a mis mensajes. Es un deseo de mi Hijo Jesús que valoren las gracias que les son dadas a ustedes. No solo escuchen el mensaje como palabras vacías, sino que abran el corazón para que cada palabra se guarde en sus corazones.
Pequeños míos, enamórense de esta Obra, entréguense a esta Obra. Aún existen corazones duros, aún existen corazones en desconfianza, aún hay corazones que ponen en primer lugar al mundo, al trabajo, al dinero, al poseer; no se acuerdan de mi Hijo Jesús, y ni un pensamiento durante el día elevan a Nuestros Corazones Unidos.
Por favor, hijos míos, déjenme ayudarles; estoy aquí porque me necesitan. Obedezcan mis palabras para que lleguen al conocimiento de la verdad y descubran el amor de Dios.
Oren para que realmente puedan comprender los planes que tengo en mi Corazón a través de esta Obra. Oren para que puedan vivir, de verdad, mis mensajes.
Les amo y les bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.