Mis intenciones y la oración.
Querido hijo, brote de mi Doloroso e Inmaculado Corazón, Yo cuando vengo al encuentro de mis hijos, traigo gracias especiales, intenciones de mi Maternal Misión o alguna gracia especial para las almas, especialmente aquellas escogidas por el Sagrado Corazón de mi Hijo.
Pero, es necesario que las almas tracen el camino por donde pase el mensaje del siervo de Yahvé[1], aquel que baja de los montes trayendo la Palabra de Dios. Así, cada alma entenderá, purificará y transformará, y la Palabra de Dios no subirá de nuevo a mi Padre sin dar su fruto[2], pero es necesario la disposición de las almas en la oración ya que la oración es una condición requerida por mi Padre, así el alma será receptora de mis Gracias y del Amor de Dios.
Lo importante es escuchar la Palabra de Dios.
En la Palabra Encarnada[3], mi Hijo Jesucristo. Se bendito.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.
[1] Isaías 52,7: que bienvenidos, por los montes, los pasos del que buenas noticias. Nuestra Madre de reifere a su Hijo Jesucristo, el siervo de Jahvé, y cómo debemos disponer nuestro corazón para escuchar sus palabras.
[2] Isaías 55,11: Mi palabra no volverá a Mí sin haber hecho lo que Yo quería.
[3] Sn. Juan 1,1-4 El Verbo era de Dios y el Verbo era Dios.