Queridos hijos:
Alabado sea el Sagrado Corazón de mi Hijo Jesús. Estoy muy contenta y me siento feliz con todos mis hijos, porque se han cumplido las intenciones de mi Corazón Maternal y los deseos del Querer Divino en el Retiro de sacerdotes y religiosos, en el encuentro de todos mis apóstoles en mi casita del Tepeyac, y, en este Retiro de todos los responsables de extender mi Obra, se han cumplido todos nuestros deseos, ninguna intención de nuestros Dos Corazones ha quedado sin ser realizado, para Gloria de Dios, para el bien de mi Apostolado y para el mayor crecimiento de la Iglesia.
Gracias, queridos hijos por su Fiat, por su sí, porque este encuentro de esta magnitud, a todos los ha educado, a todos los ha formado, se han dado cuenta de la importancia de la unidad, unidad del Director Espiritual con las Coordinaciones, unidad de las Coordinaciones con su país, unidad de Coordinación a Coordinación.
Gracias, queridos hijos, gracias por su sí, mi amado Hijo Jesús, a todos, ha derramado gracias espirituales y físicas. Todos han sido sellados con el Don del Tercer Fiat, y hoy, en esta aparición de envío, porque hoy hago la Aparición del envío, es decir, hoy me aparezco para sellar con Amor Maternal esta Jornada y mañana sea sellada con su Consagración en la Santa Eucaristía.
Queridos hijos, recuerden que siempre el Cielo los guía, los conduce, les enseña.
Les doy mi amor y mi Bendición Maternal. Yo, la Mujer Vestida del Sol, los reúno a ustedes, mi Ejército, siéntanse todos necesarios e importantes para mi Triunfo. Les doy las gracias y los bendigo con la Alianza de nuestros Sagrados Corazones Unidos.
Manuel de Jesús:
Ora el Ave María de los Últimos Tiempos.
Gracias Madre, por tu presencia, por tu Llamado. Gracias, porque indignamente me haces parte, junto a mis hermanos, a trabajar por tu Triunfo. Gracias, por el Apostolado Mundial, por todos los sacerdotes que desearon estar, por todos los religiosos que desearon estar, y no pudieron. Por los sacerdotes que nos acompañaron en Fátima. Gracias, por los miembros del Apostolado en sus países. Por los miembros del Apostolado en sus países. Por los miembros del Apostolado enfermos, con tribulaciones, con pruebas, con sufrimientos. Por todas las coordinaciones para que nos mantengamos en unión. Gracias, Madre por tu amor maternal. Así sea.
Y para antes de terminar esta oración, queridos apóstoles, queridos hermanos:
Nuestra Señora ha venido muy contenta, ha dicho que todas sus intenciones fueron cumplidas a pesar de todo lo que hemos, unos y otros, pasado, sufrido, o también, a pesar de todos nuestros errores, pecados. A pesar de todas las enfermedades, las pruebas. A pesar de todas las Coordinaciones, de otros países, que también han pasado por pruebas. Se ha cumplido, a pesar de todo, el plan de la Madre en este Retiro. Es un Triunfo de su Corazón de este encuentro que hemos vivido.
Gracias también por su Fiat y su entrega y por su amor a los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María.
Y mañana, abran el Corazón para que reciban esa Consagración, para que formulen su oración de servicio, y para que todos se vayan, a la vez, unidos a su coordinación, a sus Cenáculos, a sus sacerdotes. El amor, la unidad dará el éxito a nuestro pobre trabajo humano y los demás lo hará la Virgen y el Espíritu Santo. Amén.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.