Mis amados hijos de Mi Corazón Eucarístico, en cada Sagrario del mundo está Mi Corazón palpitando, pidiendo en silencio ser amado, ser adorado, ser visitado.
El Sagrario, es la Roca de la Iglesia, porque en Él, se guarda, la Vida y la Fuerza del Cuerpo Místico, que es la Sagrada Eucaristía. Y en cada Eucaristía estoy pidiendo Adoración y Reparación.
Hijos, muchas almas han perdido el conocimiento y el valor de la Santa Misa, y al Santo Sacrificio. En estos últimos tiempos, se da poca importancia y Mi Corazón sufre porque en cada Altar me entrego como lo hiciera en el Calvario, me entrego para que Mi Padre aun tenga Misericordia.
Pero, hijos Míos, ahora son ustedes los que deben tener misericordia y piedad con su Dios. Son ustedes los que deben, ahora, practicar la caridad con vuestro Dios.
Dios los ama y no puede ningún ser humano dudar del Amor que la Santa Trinidad tiene por ustedes.
Pero ahora le corresponde al hombre ser misericordioso con Dios, escuchar a Dios, aceptar el Amor de Dios. Si el mundo rechaza aun más el Amor de Dios, el pecado y el egoísmo, avanzarán y destruirá muchas vidas. Hijos, en el Amor Santo está la llave de la Bendición y la Salvación. Ámense unos a otros, amen a su Dios.
Los bendigo, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Los bendigo, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.