Mi Corazón Inmaculado sangra de dolor al ver la dureza del corazón de los hombres, que prefieren hacer en todo su voluntad, y vivir atados al mundo y al pecado, y no se dan cuenta del gran daño que hacen a sus propias almas. Muchas almas se condenan por ignorancia y por rechazar la Palabra de Mi Hijo.
Hijos Míos, lean la Sagrada Escritura para que aprendan más de Mi Hijo Jesús. También lleven una vida de entrega, ayunen y hagan oración, ofrézcanse por los pobres pecadores. Hijos Míos, con vuestras vidas de santidad consuelen Mi Corazón Doloroso que sufre al ver cuántos de Mis hijos se condenan por no amar a Dios, por no amar a sus hermanos, por no amarse ellos mismos.
Hijos Míos, pidan perdón al Cielo, que aún hay tiempo para hacerlo, porque la purificación de la Creación del Señor está cerca. Prepárense, hijos, para recibir a Jesús que regresa. Les amo y les bendigo. Y no quiero que ninguna alma se pierda cuando el Señor regrese. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.