En el principio, después de la caída en la desobediencia de la humana voluntad de Adán y de Eva, mi Padre Tierno y Misericordioso pronunció el Proto-Evangelio, la primera profecía, la Mujer que, con su Hijo, es decir su descendencia, aplastaría la cabeza del seductor del mundo.
Desde este primer instante de la Creación del mundo, fueron profetizados por el mismo Padre Creador, Poderoso y Eterno, nuestros Dos Sagrados Corazones, unidos desde ese mismo momento, en el Corazón del Padre, para la reconciliación de la Humanidad con Dios.
Yo, como Verbo Eterno, y mi Madre, como Criatura Predestinada para ser Corredentora, ya habíamos sido espiritualmente unidos, en el tiempo de Dios, para la reparación del genero humano.
Desde aquí, desde este primer instante de la Creación, inicia la espiritualidad del Apostolado. Mediten en la misión en la que han sido llamados. Lean, mediten y oren con mi Llamado de Amor y de Conversión a la Luz de mi Sagrada Escritura en Génesis, Capítulo 3.
Yo, el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús los bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.