Alabado sea el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesucristo, el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo.
Mi amada nada, pequeño Jesús-María:
La Providencia Divina, en su sabiduría, ha predestinado para este tiempo las dos grandes devociones de todos los tiempos y de manera especial de los Últimos Tiempos.
El Padre Tierno y Misericordioso ha enviado a manifestarse al Corazón Doloroso e Inmaculado de María, la Mujer Vestida del Sol y Coronada de Doce Estrellas y al Sagrado Corazón Eucarístico de Jesucristo, que es el Cordero Degollado que, desde el Trono, con el Padre, reina.
Las dos manifestaciones ya han sido preanunciadas por el evangelista San Juan en el Libro de Apocalipsis.
Pequeño Jesús-María, las apariciones de los Sagrados Corazones Unidos son las últimas apariciones de Jesús y de María en la tierra, porque ya es el Tiempo de la Mujer Vestida del Sol y del Cordero; pero, únicamente escuchando estos Últimos Llamados de Amor y de Conversión podrán aceptarlo, vivirlos y responderlo.
Con mi Casto y Amante Corazón te bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.