En el principio nada existía. Solo la Trinidad Santísima. Todo lo demás era desolación. Pero, a través del Verbo todo fue creado. Dos corazones creados a imagen y semejanza nuestra eran el objeto de nuestro amor. Estos dos corazones, los de Adán y Eva, se unieron, pero en una alianza de desobediencia que condujo, a toda la descendencia humana, a un rechazo permanente al amor.
Como en el principio, hoy, hay desolación. Y los corazones forman alianzas para ofender al Señor su Dios. Nuevamente, Yo, su Padre, intervengo y envío al Verbo y a la esclava en esa Alianza de la Encarnación Divina para que todos se unan a estos Dos Corazones.
Queridos hijos, mi Apostolado es la Alianza de Jesús y de María manifestada en la tierra. Para que la humanidad por medio de estos Dos Corazones Unidos encuentre la conversión y la santidad.
Que el mundo entero se una a esta alianza para que se salve.
Su Padre Tierno y Misericordioso los bendice.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.