Hijos de mi Castísimo Corazón, les invito a abrir el corazón. Cuando el hombre cierra su corazón a Dios, aunque ore y pida luz, pero no abre su corazón, no comprenderá los designios de Dios.
Es necesario abrir el corazón y orar con el corazón, para que el Espíritu Santo actúe en ustedes haciendo una obra de perfeccionamiento espiritual como lo hizo en Mí.
Yo abrí el Corazón. No entendía, ni comprendía el Misterio de la Encarnación del Verbo en el Seno de mi amadísima Esposa, la Santísima Virgen, pero el Espíritu Santo iluminó, transformó y guio mi Corazón. No entendía todo, pero con el Corazón abierto fui capaz de obedecer y de creer.
Así, queridos hijos, abran sus corazones. No lo comprenderán todo, ni entenderán todo, pero serán capaces de aceptar el mensaje, de vivirlo, de obedecer. Pequeños, oren mucho, oren siempre con el corazón.
Mi Casto y Amante Corazón, que también se manifestó en Fátima, les ama y les bendice.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.