Mis apóstoles llevan una vida de consagración.
Queridos hijos, mi Corazón Doloroso e Inmaculado sólo quiere que mis hijos vivan una vida de consagración. Quiero que mis hijos, vivan consagrados al Señor, amando y sirviendo a sus hermanos.
Mi Hijo y Yo, sólo les pedimos una vida de consagración, de oración, sacrificio y penitencia, y así preparar a la humanidad para el próximo retorno de mi amado Hijo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.